100 AÑOS
José María Gatica, el tiempo lo convirtió en rey de un palacio que lo mantiene erguido en el bronce
El 25 de mayo de 1925 comenzó a escribirse la historia de un hombre que concibió la vida y el ring como una misma cosa. Y si algún título no pudo conseguir en el ámbito deportivo, el boxeador villamercedino conquistó el cetro más preciado: el amor de su pueblo. A un siglo de su nacimiento, su legado sigue vivo en la memoria de los amantes del boxeo y la cultura popular argentina.

El destino de José María Gatica era la grandeza desde la cuna. Su gesta, gloria y controversia estaba marcada por nacer un 25 de mayo. Esas coincidencias patrias están reservadas para aquellos que tiene destino de bronce. Gatica fue revolucionario porque revolucionó su tiempo, él lo sabía y vivió en consecuencia.
Lázaro Koczi no descubrió al noqueador oculto tras ese puesto de lustrabotas en Constitución. La vida de José María era un ring diario, sólo había que situarlo o en el cuadrilátero de un gimnasio para que toda esa rebeldía saliera a la luz y dejara paso a la figura del boxeador.

El 7 de diciembre de 1945 la revista El Gráfico lanzaba a la calle la edición número 1.378 con Pedro Caffa, ganador en atletismo de la Maratón de los Barrios. Esa noche debutaba Gatica como púgil rentado, noqueando a Leopoldo Mayorano en el primer round. Pasaron diez combates y 49 ejemplares para que su estampa estuviera al alcance de todos en los puestos de diarios y revistas del país.
El ‘Tigre’ para la popular, el ‘Mono’ para el ring side
Durante 1946 ganó los siete combates que disputó, todos en el Luna Park. El estilo que tenía para boxear, agresivo y ambicioso, llamó la atención del público que también fue seducido por su carisma. Su origen humilde, lo volvió un referente de las masas y su contundencia arriba del ring le valió el apodo de ‘Tigre’ para la popular.

Gatica acumulaba 10 peleas, ya había aparecido Alfredo Prada (a quien venció) y con él la antinomia, el encono, la dualidad y el mote de ‘El Mono’ para el ring side, la platea acomodada. Eran tiempos de reivindicación social, de posiciones antagónicas, de Perón. Y si algo le faltaba a Gatica para ser figura pública, era estrechar la mano del General, ganarse su afecto y sentar posición. El país que eligió a Perón como su líder, tenía en José María Gatica como ídolo, la otra mitad se quedó con Prada.

Un campeón sin corona que perdura en el tiempo
Entonces Gatica siguió los pasos de Firpo, y el Madison Square Garden de la ciudad de Nueva York conoció a otro ‘Toro de las Pampas’, que sucumbió ante los puños de Ike Williams, campeón mundial de los ligeros. Por las dudas, el nacido en Brunswick (Georgia) no expuso el título. Corría el año 1951, pero todavía quedaban 13 combates por ganar y el sexto encuentro con Prada.
Aquel 16 de septiembre de 1953 en que Alfredo Prada, campeón argentino y sudamericano, pusiera el duelo 3-3, abrió un paréntesis de diez años en la vida del villamercedino, hasta el momento de entrar definitivamente en la historia, el 12 de noviembre de 1963. A partir de allí, las 85 conquistas de sus 95 batallas en la arena, pasaron a engrosar las páginas más notables del boxeo argentino, que tiene un apartado especial reservado a los grandes. Gatica es uno de ellos.

Pero un héroe, debe ser venerado como tal, por lo tanto necesita que su pueblo pueda rendirle homenaje. Además, un ídolo descansa mejor rodeado de sus afectos. Por eso el Gobierno de San Luis, entendió que el lugar donde tenía que estar por siempre era en suelo puntano, su Villa Mercedes natal.
Así, “cumpliendo un sueño de todos los puntanos, sanluiseños y mercedinos”, como lo dijera el gobernador Claudio Poggi, el día de la llegada de los restos de Gatica a San Luis, el 24 de mayo de 2013, ‘El campeón del pueblo’ hoy es monumento y museo. El boxeo resurgió en la provincia, con él merodeando los gimnasios, los cuadriláteros de San Luis.
La gente lo erigió como ‘rey sin corona’ por eso, su provincia le puso un palacio a su disposición : ‘El Palacio de los Deportes’, en Villa Mercedes.

“Gatica inspira mucho respeto, es un sentimiento popular”
Osvaldo Príncipi, participó de la ceremonia de repatriación de los restos de José María Gatica que culminaron con un festival pugilístico en honor al ‘Mono’ aquel 25 de mayo de 2013, el primer día en su morada final.
“Fue un boxeador que fue mucho más allá de un campeón sin corona, creo que tuvo un mensaje y una conexión social y pasional, que te diría, no la tuvo nadie en Buenos Aires. Para la adoración y para la resistencia”, consideró el especialista en boxeo. “Gatica es un nombre propio. Inspira mucho respeto, es un sentimiento popular”, afirmó.

En la memoria de todos, venciendo al tiempo
“Fue el primer ídolo que tuve cuando empecé a acercarme a un gimnasio. Por revistas deportivas, recortes de diarios, me fui informando de quien era el ‘Mono’ y eso me llevó a despertar una admiración que llevo de por vida”, contó Abel Celestino Bailone quien adoptó San Luis como suya y luego Villa Mercedes, tal vez siguiendo los mandatos de su corazón, para estar más cerca de Gatica.
Bailone fue campeón argentino, sudamericano y latinoamericano de los semipesados, hizo carrera en el deporte de los puños durante los años ’70 hasta principios de los ’80, forjándose en sus inicios con el recuerdo vivo aun de las hazañas del héroe mercedino que se oía alrededor del Luna Park, la Federación Argentina de Box o donde quiera que haya una pera colgando para hacer puchingball.

“Hoy es muy difícil que algún boxeador de los de ahora pueda repetir la popularidad que tenía el ‘Mono’. Es muy difícil que vuelva a suceder esto”, remarcó. Los que reinaron en categorías similares (ligero o liviano, superligero o welter jr.) saben del valor que tiene lo hecho por el peleador sanluiseño. “Gatica es una leyenda”, aseguró Juan Martín ‘Látigo’ Coggi, tricampeón mundial entre 1987 y 1996; quien estuvo rindiéndole honores en el 2013. “Es un homenaje que todos los boxeadores desearíamos tener llegado el momento. Este es un estadio hermoso y el monumento que va a quedar para siempre parado ahí, no se va a repetir en ninguna parte del mundo”, consideró.

“Creo que Gatica marcó un antes y un después, pudo haber sido querido o le pudo haber gustado como boxeaba o no, pero sí que marcó una página enorme. Se hablaba de él y se hablaba de nocaut y de espectáculo, eso es algo que yo le tengo que agradecer por levantar mucho más nuestro deporte”, declaró Sergio ‘Maravilla’ Martínez, en una de sus estadías que el múltiple campeón mundial tuvo por San Luis mientras ostentaba el mote de ‘mejor libra por libra del planeta’ junto a Manny Pacquiao y Floyd Mayweather, Jr.
Más acá en el tiempo, pero a 9.293 kilómetros al noroeste de Villa Mercedes, Oscar de La Hoya crecía en su Montebello natal con las historias que su padre le contaba sobre el boxeo argentino. “El ‘Mono’ Gatica fue el mejor boxeador sin corona”, se animó a decir en su visita a la provincia en 2017. El ‘Golden Boy’ ganó 10 títulos mundiales en 6 categorías diferentes en sus 16 años de trayectoria (1992-2008), incluidas dos coronas dentro del peso del ‘Tigre’ puntano.

Edgardo Nieva, el que le dio vida a Gatica en ‘El Mono’
Se dijo que Edgardo Nieva ‘le puso el alma y el cuerpo’ para interpretar a Gatica al que calificó como ‘el Maradona de los ‘50’. Accedió a operarse para cambiar su fisonomía y lograr el parecido en el que sería el papel de su vida.
“Cuando filmás una película nunca imaginás que va a tener este tipo de trascendencia. Formar parte de esta reivindicación a uno de los más grandes deportistas me llena de orgullo”, sostuvo el actor (fallecido en 2020) durante la ceremonia de homenaje por la restitución de los restos del boxeador. “Estar presente hoy aquí se lo agradezco a la profesión, que nos da este tipo de satisfacciones. Así que viva el deporte, viva Gatica y viva San Luis”, dijo en aquel momento.

Destino de bronce para ‘El Campeón del Pueblo’
“Mi viejo era fanático de Gatica, se iba derecho al Luna Park y sacábamos segunda o tercera fila. Yo era chico y me emocionaba, quería ser Gatica, como todos los chicos de esa época”, manifestó Fernando Pugliese (1939-2021), autor de la escultura ubicada en la entrada del Palacio de los Deportes y de la figura en tamaño real que hoy se encuentra en la casa natal del boxeador, convertida en museo que la gestión de Poggi reabrió el año pasado tras años de abandono.
El reconocido escultor contó más de una vez que desde pequeño sintió admiración por el tremendo pegador mercedino: “La historia comienza cuando Gatica da sus primeros pasos como boxeador y llega a Buenos Aires, donde empieza a ganar. Yo era chico y lo iba a ver con mi papá al Luna Park. En esos momentos, verlo a Gatica era ver pasión”.

Como todo noqueador que se precie, Gatica odiaba `besar la lona’, él siempre buscó estar de pie, hasta último momento. Por eso, y para cumplir con este capricho de boxeador altanero, tal y como lo fue el ‘Mono’, sus restos están en forma vertical, para hacer honor a un campeón que ya nunca volverá a caer.
