domingo, 18 agosto de 2013 | 13:06

Mujeres que levantan paredes

Desafiaron imposiciones de la sociedad, casi una aseveración: ser albañil es cosa de hombres. Ellas se pusieron ropa de fajina y casco. Dejaron a sus hijos en casa, la comida preparada y se convirtieron en mujeres albañiles.

En los últimos años ser constructora es una opción muy viable a la hora de buscar trabajo para cualquier mujer. La demanda del sector  y salarios bien remunerados son algunos de los motivos de que este oficio se haya expandido entre el mundo femenino.

Ejemplo de esto es lo que pasa en el suroeste de la ciudad de San Luis. Ahí está el predio que el Gobierno de la Provincia cedió para que 111 familias construyeran sus viviendas.

El Plan Solidaridad nació como una forma de que cada puntano tuviera su casa, construida por ellos mismos. Los materiales también los entrega el Estado. Solo hay que ponerse a construir.

Una mujer es quien abre los portones para ingresar al predio donde están las construcciones del Plan Solidaridad en el Barrio Estrella del Sur. Otra mujer explica donde hay que esperar al encargado de la obra. Esa misma mujer indica a un hombre donde bajar materiales de construcción. Más allá, otra mujer descuelga caños y los carga para llevarlos a una de las parcelas donde levantan las viviendas.

Cargan y descargan materiales, cavan, levantan paredes. Son las mujeres albañiles puntanas

Cargan y descargan materiales, cavan, levantan paredes. Son las mujeres albañiles puntanas

Será así un barrio con espíritu femenino. “Comencé en el Plan de Inclusión a limpiar terrenos y después en la construcción en el Barrio 9 de julio. Lo primero que hice fue bajar blocks y cemento de los camiones”, cuenta Claudia que tiene 53 años y hace cuatro que está en la construcción. Dice que no tenía ninguna idea de este oficio pero que pasó muchas horas en su infancia viendo como trabajaba su abuelo que era albañil: “Ayudo a hacer la mezcla y mirando aprendí. Si te gusta aprendes, a mí me gusta mucho”, aseguró. Ahora está a cargo del conteiner de entrega de materiales y reafirma, una y otra vez que nunca los hombres, con los que trabaja codo a codo, la subestimaron por ser mujer.

Las chicas trabajan en equipo para construir sus propias casas

Las chicas trabajan en equipo para construir sus propias casas

Con una planilla en la mano, Roxana organiza el trabajo junto a otras chicas. Otro de los desafíos es aprender a trabajar en equipo. Todos hacen las casas de todos. Aseguran que costó avanzar, pero hoy, después de un año, afirman que ya conocen la forma de llevar adelante la construcción.

“Cavamos, trajimos el hierro, lo pusimos, hicimos nivel y cimientos y ahora estamos levantando paredes. Cuando llegamos por primera vez, no tenía ni idea. ¿Por qué se tanto? Porque cuando uno quiere tener la casa y tiene voluntad, aprende”, Roxana tiene 30 años y 3 hijos.

Esta mujer llegó al predio del Barrio Estrella del Sur con su marido, que es remisero, dejaban los chicos en la casa donde viven y entre los dos comenzaron a enseñarle al resto. “Mi marido me enseñó y después yo le enseñé a otras personas y así se hizo una cadena. Hasta que no nos salía no lo dejábamos”, dijo la mujer y agregó: “fue duro comenzar a trabajar porque dejo a mi hija más chica con mis otros dos hijos”.

¿Te gustaría seguir trabajando en esto?

Si me encantaría. Me gusta mucho esto. Se hace el horario de irse y no me entero. La historia de Celeste es diferente.

Roxana tiene 30 años y 3 hijos

Roxana tiene 30 años y 3 hijos

Tiene 22 años y también llegó un día para aprender a agarrar una pala y una cuchara. “Yo ni sabía maniobrar una pala. Acá aprendí a traer el hierro, a llevar las columnas, a cavar, hacer el nivel, levantar paredes. Un esfuerzo tremendo”. Celeste es soltera y no tiene hijos pero su madre, con quien vive, está embarazada y no puede hacer tareas de albañil. “Vengo para darle una mano a mi mama. Esta bueno”, dice.

Ramona charla y se ríe con las otras compañeras, pero se pone seria para contar que llego con conocimientos de albañilería.“Yo sabía, estaba en Villa de la Quebrada construyendo con mi marido. Me encanta. Los hombres trabajan a la par de nosotras. Nos enseñan”.

La gran mayoría de las personas que llevan adelante este barrio del Plan Solidaridad son mujeres. Los hombres siguen trabajando en la calle. Ellas siguen siendo amas de casa. Y ahora albañiles.

Las muejeres albañiles no dejan su tarea de madre

Las mujeres albañiles no dejan su tarea de madre

Un barrio con espíritu femenino

En el predio de marras, actualmente se levantan las paredes de 111 Viviendas Solidaridad. Este plan fue creado por el gobernador, CPN Claudio Poggi, para aquellas familias que no pudieron acceder a los Planes Progreso y Sueños, teniendo como alternativa esta modalidad de autoejecución, a través del cual el Estado adjudica un terreno, un crédito en materiales y un manual de construcción.

La devolución del crédito la realiza cada beneficiario una vez que tiene la casa lista para vivir, en cuotas de $100 mensuales.

A mediados del año pasado, a través de esta modalidad, comenzaron a construirse también las viviendas del Plan de Inclusión, y así son más los adjudicatarios que viven la experiencia de levantar su techo propio.

Las primeras casas en edificarse a partir de este plan fueron tres en San Jerónimo que estuvieron listas en marzo de este año, cumpliendo así el sueño a tres familias de tener la vivienda propia. En esa oportunidad, se firmó un convenio de cooperación entre el Ministerio de la Vivienda y el Municipio para continuar con una segunda etapa con diez viviendas más.

La obra tiene alma femenino

La obra tiene alma femenino

En mayo, dos casas del Plan Solidaridad fueron el fruto del esfuerzo de dos familias de La Toma y de San Martín, y en la localidad de Nueva Esperanza también son dos las viviendas que toman forman a través de este Plan.

En el barrio Eva Perón, ubicado en el extremo norte de calle Riobamba, son 100 las unidades que se construyen, tarea que transita por su tercera etapa y muestra un gran avance de obra y un sueño casi cumplido. Del mismo modo se presenta el paisaje de barrio que muestran ya las 100 casas que se levantan en la Ribera Mercedina.

Las aberturas y puertas de estas viviendas son realizadas por medio de un convenio entre el Ministerio de Relaciones Institucionales y Seguridad y la Penitenciaría Provincial por internos que desarrollan el oficio de carpintería.

Nota: Gisela Perroni

Fotos: Jésica Flandes