CULTURA

Siete artistas abrieron de par en par las puertas de sus refugios creativos 


Fotografía, vitrales, pintura y técnicas mixtas confluyeron en una de las múltiples exposiciones desarrolladas durante el evento, en el que el público dialogó mano a mano con los talentos locales y adquirió obras originales a precios accesibles.

La 6° edición del Recorrido de las Artes exhibió una amplia variedad de estilos y técnicas en las obras de los artistas.

En el norte de la capital sanluiseña, una casa de barrio, con relucientes paredes blancas, se convirtió en el epicentro de un despliegue creativo repleto de formas y colores cautivantes. El 6° Recorrido de las Artes no sólo atrajo por la diversidad de estilos reunidos, sino por las ideas que comparten siete artistas de variadas trayectorias, donde la percepción es la única brújula. 

Graciela Barón Guiñazú ofició de anfitriona en cada celebración. Con lámparas, sillones de madera blanca con almohadones esmeralda y distintos soportes, transformó su living y la cochera para que las obras de sus amigos destacaran durante el viernes y sábado. Así, en ese espacio cálido y cuidado, abrieron de par en par la posibilidad de sumergirse en lo más profundo de la cultura y regalarse un tiempo genuino para la contemplación. 

El 6° Recorrido de las Artes estuvo coorganizado por la Fundación Súper Arte y Artistas Visuales de San Luis (AVASL). Contó con sedes en diferentes puntos de la geografía provincial. Una de ellas fue ‘Guiñabarí, espacio de arte’, ubicado en Alem 2826, barrio Cerros Azules, donde expusieron Mirta Ruta Vargas, ‘Chelco’ Rezzano, Juan Manuel Talia, Malkka Bentivegna, Silvana Spagnotto, Oscar Di Chiara y la propia Guiñazú

La fotografía como cable a tierra 

“Participé en varias ediciones porque creo que es una forma de estar en contacto con la gente. Traje fotos en blanco y negro, macros figurativas, láminas y algunas esculturas de peces en hierro en las que estuve trabajando últimamente”, compartió Talia. 

Entusiasmado por la propuesta, el artista relató el origen de algunas perspectivas fascinantes: “Esta foto con estilo abstracto la saqué desde la ventana de un avión, con el obturador abierto al aterrizar. En cambio, esta otra es de la neblina en el barrio a la noche”. Para Talia, su vocación le brinda un refugio: “Es una búsqueda personal de querer expresar, pero también es como un cable a tierra porque trabajo muchas horas en otros ámbitos”.

Del río a las paredes: imágenes que dialogan 

A pocos metros, con mate en mano, Spagnotto presentó su diversidad de estilos y técnicas: grabados en óleo, cuadros con mandalas de piernas, retratos de amigas, stickers, ilustraciones de poemas y fotografías que buscan concientizar sobre el cuidado del agua en el río Desaguadero. 

“Me interesa transmitir mensajes con mis obras, como por ejemplo reflexionar sobre el rol de las mujeres y sus cuerpos. Este encuentro es muy importante porque somos todos amigos y la iniciativa se sostuvo en el tiempo, sumando localidades y generando una movida provincial”, valoró la artista, que además es Licenciada en Física, doctora en Geofísica e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). 

La mirada aguda de ‘Chelco’ Rezzano también estuvo presente. Se dedica a la fotografía desde hace más de cinco décadas y participó en varias ediciones de estos recorridos. “Son eventos sumamente importantes porque permiten la visibilización de las obras y el diálogo con los espectadores, que es un aspecto fundamental. Además, pone en un lugar de relevancia la tarea del artista, en estos tiempos donde desde ciertas esferas se dice que los artistas no trabajamos”, argumentó. 

‘Chelco’ presentó los libros fotográficos ‘Detrás de las paredes’ y ‘Herbario’, que fue seleccionado como el mejor de autor latinoamericano en Montevideo, durante 2014. “En el primero hay fotos en color de lo que representan ciertas construcciones en el paisaje urbano, dejando testimonio de un lugar con los grafitis que se van inscribiendo y le dan otros significados como si fuera un palimpsesto. Y, en el segundo volumen, presenté en blanco y negro, fotos de plantas reflejando el carácter erótico que toman algunas formas en la naturaleza con técnicas de cianotipia”, explicó el reconocido fotógrafo. 

Vitrales con historia 

Di Chiara, oriundo de Mendoza, vivió 20 años en Colombia y actualmente reside en San Luis, donde continúa con su pasión por el arte tras una larga carrera en arquitectura. “Expuse seis vitrales, algunos pequeños, provenientes de la biblioteca pública de Cartagena, donde me hicieron un homenaje. Fue la primera vez que participé en este espacio y me sentí contentísimo”, expresó, mientras los colores se filtraban a través de sus figuras geométricas sobre una tela blanca y el público se detenía para apreciar de cerca los latidos de las luces y sombras en la tarde.

Expresión sin tabúes

Bentivegna optó por explorar los límites. “Presenté un trabajo en gran formato sobre erotismo que vengo realizando hace meses, y algunas imágenes en blanco y negro de mi tesis de Fotografía que son objetos trabajados con escáneres y retratos”, contó Malkka, mientras el aroma a café recién hecho se mezclaba con el cuchicheo de los visitantes que recorrían el hogar transformado en galería. 

Con premios y becas por sus proyectos a nivel nacional, la artista resumió su recorrido: “Desde los 11 años me dedico a sacar fotos y siempre fui un poco autodidacta hasta que pude estudiar en la universidad. Estos encuentros son muy productivos, porque reúnen colegas y amistades, sumando distintos estilos y disciplinas”.

Maestras de la pintura 

En el living, las percepciones de Vargas cautivaron al público con su calidez y movimiento. Pintó una quema de hojarascas, un rostro sin pensamientos y múltiples abrazos en clave abstracta, junto a un rincón de acuarelas con paisajes y figuras humanas. 

“Muchas veces, lo que más tiempo lleva es pensar el motivo de la obra. Me gusta hacer manchas y luego remarcar con espátulas, jugando con las líneas”, compartió Mirta, que nació en San Luis, estudió en Rosario, residió en Barcelona desde 1982 a 1997 y se dedica al arte desde hace más de 40 años. “Cuando trabajo en una obra estoy como fuera de este mundo y entusiasmada, hasta que llega el descanso de concretarla”. 

Ventanas al inconsciente 

“Me di el lujo de presentar obras que aún están en proceso, parte de lo que estoy produciendo para mi próxima muestra. Hay obras sobre la quema, sobre los cuerpos, con fuerte presencia de la naturaleza y el color”, relató la destacada artista y docente, Graciela Guiñazú, quien nació en Entre Ríos y vive en San Luis desde 1984. 

Una de sus recientes imágenes plásticas, que permanecen a fuego en las retinas del público, expone la visita de unos abejorros en una bignonia rosa rodeada de grises, lilas y ráfagas amarillas, que parecen recrear la vibración del aire que provocan los insectos o la flor.

Ese inspirador cuadro fue el resultado de un método de fragmentación y juegos con el tiempo. “Hice ventanas en el lienzo, pinté en cada una lo que podía en un día, luego la tapé y abrí otra, hasta que finalmente destapé todo y conecté los espacios. Es una forma de producir cuando el tiempo es escaso”, reflexionó en su atelier. 

En sus búsquedas, la visión onírica atraviesa el proceso creativo. “A veces, en los trazos espontáneos surgen formas no racionales, mezclas entre lo humano y lo animal, entre cielo y tierra. Pero no pinto sueños, sino que me dejo llevar por el inconsciente cada tanto. Sigo lo que decía Gaspar Di Genaro, mi profesor, acerca de la conveniencia de trabajar en varios lienzos a la vez para evitar que las capas de significación se contrapongan”, destacó. 

Potencias singulares 

Con una trayectoria profesional en la pintura desde 1982 y numerosos galardones, Graciela defiende los impulsos genuinos. “El arte es un territorio sagrado, lo más auténtico que podemos ofrecer. La obra debe surgir desde una potencia interior, de un trabajo profundo en un movimiento con luces y sombras. No creo en la pintura decorativa. Por eso, es importante construirnos cada día, dialogar sobre arte, estudiar, compartir con colegas y evitar imágenes preconcebidas”, remarcó. 

Mirta y Graciela están presentes desde los comienzos en el Recorrido de las Artes. Ambas celebraron el crecimiento y la posibilidad de construir un semillero creativo, siempre abierto, donde la imaginación no conoce fronteras.



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