UNA PALABRA
“El CDI es un espacio donde no solamente se les da cuidado, sino también educación”
Con una herencia familiar ligada a la docencia y un compromiso inquebrantable con la primera infancia, Stella Marys Calderón coordina el CDI ‘Corazoncitos Soñadores’ en la Casa de Gobierno, donde cada día se construyen pequeños grandes logros en el desarrollo de los niños. Su historia, en este nuevo episodio del ciclo de entrevistas de Agencia de Noticias.
La vocación docente corre por las venas de Stella Marys Calderón. Su abuela y su madre fueron maestras, y aunque inicialmente exploraron otros caminos profesionales, incluyendo un breve paso por la escuela de Policía, el destino la llevó a encontrar su verdadera pasión en la educación inicial.
“Me suelen decir en mi familia que estoy las 24 horas pensando en el jardín“, confesó Calderón, quien desde 2014 ha forjado su camino en la docencia. Su trayectoria comenzó en un jardín privado y continuó en instituciones públicas como el jardín ‘Evita’, donde adquirió una valiosa experiencia tanto en lo pedagógico como en lo administrativo.
Hoy, como coordinadora del CDI ‘Corazoncitos Soñadores’, ubicado en el predio de la Casa de Gobierno, Calderón lidera un espacio educativo que acoge principalmente a hijos de empleados públicos y personal del Hospital Carrillo. “Es un grupo muy lindo”, destacó, señalando la respuesta positiva de las familias al trabajo institucional.
El compromiso con la primera infancia se refleja en cada aspecto del centro. “Es una gran responsabilidad estar a cargo de niños tan pequeños, ya que la primera infancia es fundamental para el desarrollo integral”, explicó. El CDI no solo proporciona cuidados básicos como desayuno y almuerzo, sino que implementa actividades planificadas que estimulan el desarrollo de los pequeños.
Las historias de éxito son el mejor testimonio de su labor. Calderón comparte, emocionada, una anécdota especialmente significativa: “Una niña de un año y seis meses que no caminaba, empezó a caminar en el CDI. Un día la madre vino a buscarla y la nena salió por el pasillo caminando. La emoción tanto de las seños como de la madre fueron muy gratificantes”.
Para esta educadora, que ingresa cada mañana “con entusiasmo y ganas de trabajar”, la misión es clara: proporcionar un espacio donde los padres confíen el cuidado y la educación de sus hijos, sabiendo que pueden estar en manos expertas y comprometidas con su desarrollo integral.