EN LA EDIRO
El Gobernador participó de una jornada de concientización y lucha contra el bullying
La actividad fue organizada por la Alianza Sanluiseña Antibullying Escolar. Profesionales de distintos rubros compartieron conocimientos sobre el problema en sus respectivos ámbitos y algunas herramientas para revertir las situaciones, y estudiantes víctimas de violencia compartieron sus experiencias personales. Sobre el final, Claudio Poggi manifestó su intención de establecer un convenio de cooperación para trabajar juntos en el futuro.
En el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Bullying, la Alianza Sanluiseña Antibullying Escolar (ASAE) organizó una jornada de reflexión y concientización en el microcine de la Estación de Interconexión Regional de Ómnibus (EDIRO). Participaron estudiantes que experimentaron situaciones de violencia, familiares, integrantes de la fundación, especialistas y profesionales de distintos espacios. El evento contó con la presencia del gobernador, Claudio Poggi.
“Que lindo ver una institución no gubernamental, que no persigue fines de lucro, dando una lucha tan noble. No dudé en estar presente, porque como servidor público lo primero que hay que hacer para dar soluciones es reconocer que existe el problema”, subrayó el Jefe de Estado. Aseguró que buscará conectar las tareas de ASAE con el ministerio de Educación para adoptar una postura “de acción, prevención y concientización, para anticiparse a que este hecho pase ante toda la comunidad educativa”. Agradeció el valor y el coraje de aquellos estudiantes que compartieron sus historias de vida relacionadas a situaciones de violencia y manifestó que trabajará para que ningún otro chico tenga que atravesar por una situación tan difícil.
El sitio web oficial de ASAE (www.asae.com.ar) indica que, en Argentina, siete de cada 10 chicos sufren algún tipo de acoso o situación de bullying, sea a nivel físico, psicológico, emocional, virtual o de otra característica. Gustavo y Rodrigo Sesmilo fundaron ASAE en enero de este año como respuesta a una necesidad latente que ellos percibieron en niños y adolescentes de la provincia. “Empezamos porque me topé con una estadística impresionante hace siete meses. Argentina está 5° a nivel mundial como país con más casos registrados de bullying. A eso sumale la gran cantidad de chicos que abandonan la escuela, muchos a causa de esto. No somos profesionales de la salud, pero tenemos mucho corazón y voluntad”, destacó Gustavo.
“La idea era hacer un repaso por lo que es institucionalmente ASAE, mostrar a todos los que trabajan con nosotros y cuáles son las actividades que proponemos para cumplir nuestro cometido”, explicó Sesmilo. Así, a lo largo de todo el evento especialistas de distintas ramas o instituciones sociales compartieron experiencias personales, conocimientos y parte del trabajo que llevan adelante, cada uno desde su lugar, para luchar contra el bullying y el ciberbullying, dos conceptos que “hoy en día son prácticamente sinónimos”. Disertaron profesionales en seguridad, educación, salud y del ámbito jurídico, aportando un abordaje integral del tema, con información y algunas herramientas que pueden servir para hacer frente al problema.
La tecnología como un componente agravante del bullying fue uno de los temas que surgió de forma permanente y reiterada a lo largo de la jornada. Es un desafío extra que afrontan todos aquellos que buscan combatir la violencia y la exposición de las víctimas. “Es una de las cosas que más dificultan nuestra tarea, particularmente en la prevención y detección. Actualmente, alguien que sufre bullying puede tener episodios de violencia a las tres de la mañana y acostado en su cama, todo por el celular. El bullying puede presentarse a cualquier hora y en cualquier lugar”, resaltó Gustavo Sesmilo.
A eso, hay que sumarle que más de la mitad de las víctimas de bullying no exteriorizan su situación, por el motivo que sea. Esto incrementa la importancia de las tareas de concientización y visibilización, para fomentar que todo aquel que esté al tanto de una situación semejante pueda alzar la voz y ayudar a resolverlo.
Las escuelas son espacios sumamente propensos a la manifestación del bullying, pero no son los únicos. Por ese motivo, ASAE busca constantemente visitar diferentes instituciones sociales en las que conviven niños u adolescentes porque puede ser un ámbito donde aparezcan situaciones de violencia y acoso. “Hemos visitado el club GEPU, academias de baile y modelaje y otros lugares también. No nos limitamos al ámbito educativo escolar” manifestó el cofundador de la organización.
Pedro Ostanelli, representante del Centro de Estudiantes de la ciudad de San Luis, también tuvo su oportunidad de dirigirse al público y remarcó que el bullying “es un tema que nos toca de cerca a todos, y tenemos que actuar para ser parte de la solución. Quedarse de brazos cruzados o en silencio es ser parte del problema, es ser cómplice”. El joven también hizo hincapié en la importancia de trabajar “desde un eje transversal”, que implica necesariamente adoptar un rol participativo en el asunto, sea uno víctima o no, para no naturalizar los casos que puedan aparecer y poder ser parte de la solución.
María Laura Ojeda aportó una visión desde el lado de la psiquiatría, incorporando datos que reflejan la globalidad del problema y los efectos psicológicos que puede causar en sus víctimas, desmintiendo mitos que sólo sirven como justificativo del bullying y alentando a comprometerse con soluciones. “Hay numerosos estudios que muestran que directivos, docentes, no docentes, familias e incluso alumnos deben trabajar juntos para estar atentos a las señales de alerta de alguien que potencialmente sufre violencia, desalentar el acoso e imponer consecuencias ante este tipo de acciones. Siempre hay que recordar que el bullying puede aparecer bajo muchas formas, puede ser física, verbal, social, a través de medios digitales, etcétera”, explicó.
Antes de cerrar, Valentina Cabrera y Francisco Pérez, dos jóvenes que sufrieron múltiples hechos de bullying durante su etapa escolar, pasaron al frente del microcine y compartieron detalles de sus historias personales. Valeria contó cómo tuvo que cambiar de colegio cuatro veces porque no encontraba su lugar y cómo pudo observar el carácter contagioso del bullying, en el que tres o cuatro repiten un patrón malicioso iniciado por un amigo. Francisco, por su parte, explicó que su sufrimiento fue causado por compañeros que no toleraban su discapacidad y eso llegó al punto de una feroz golpiza física, aunque también rescató al estudiante que lo defendió en la contienda, un amigo que guarda hasta el día de hoy.