Mundial 2014 - Final
domingo, 13 julio de 2014 | 18:53

Luego de malograr varias situaciones de gol, Argentina perdió con Alemania

La Selección cayó 1-0 con un gol de Mario Götze en el minuto 112 del alargue tras igualar 0-0 en tiempo reglamentario, cuando se vio privado de un grosero penal que podría haber cambiado la historia. El equipo nacional jugó en la final su mejor partido del Mundial pero no pudo quebrar a los europeos.

Mario Götze ya convirtió el único tanto del partido. Todos los saludos son para él, el lamento es argentino.

Mario Götze ya convirtió el único tanto del partido. Todos los saludos son para él, el lamento es argentino.

 

Finalmente no pudo ser. La ilusión se mantuvo hasta los 112 minutos de juego. Luego de haber sido superior durante todo el partido, Argentina ‘pagó’ demasiado caro su falta de contundencia y perdió 1-0, como consecuencia del gol de Götze a los 7 minutos del segundo tiempo suplementario. Higuaín, Palacio y Agüero desperdiciaron varias situaciones claras de gol; mientras que el conjunto “teutón” sacó provecho de la única clara que tuvo. Además, el árbitro italiano perjudicó claramente al combinado nacional, ignorando un claro penal a Higuaín, que a su vez requería la expulsión del arquero Neuer. En el mítico estadio ‘Maracaná’, Messi estuvo ausente y no se mostró a la altura de lo que se esperaba. Igualmente, los dirigidos por Sabella hicieron un extraordinario Mundial

Estuvo tan cerca que duele de sólo pensarlo. Se escapó por muy poco. Argentina aguantó y fue mejor que su rival durante 112 minutos, pero Alemania se llevó la victoria por 1 a 0 mediante el gol anotado por Mario Gotze a los 7′ del segundo tiempo suplementario en el Maracaná de Río de Janeiro. Resulta un enorme golpe a la ilusión “albiceleste”, luego de plantarse de igual a igual ante una verdadera potencia mundial que le arrebató el sueño de la tercera corona en la máxima cita de selecciones.

Una vieja máxima del fútbol lo explica a la perfección: “Los goles que no se hacen en un arco, se sufren en el propio”. Durante el juego disputado en el mítico estadio carioca, las principales situaciones de gol fueron creadas por los jugadores del elenco de Alejandro Sabella. A los 20′ del primer período regular, tras una grosera falla de la defensa europea, Gonzalo Higuaín se escapó mano a mano ante la figura de Manuel Neuer, pero remató pifiado y el balón se perdió increíblemente afuera. En tanto, a los 6′ de la primera etapa del alargue, Rodrigo Palacio recibió un centro desde la izquierda y en vez de acomodarla hacia un palo, intentó picarla por sobre la humanidad del arquero contrario. El resultado, el mismo: desviado.

Finalmente, Argentina lo pagó demasiado caro. A pesar de valorarse el esfuerzo, sacrificio, garra, valentía e inteligencia táctica para igualar la categoría técnica de los alemanes, el “cachetazo” definitivo resulta demasiado complicado de digerir. Andre Schürrle se escapó por la banda izquierda, tiró un centro perfecto al área, Gotze la frenó con calidad y terminó venciendo a Sergio Romero de volea. Restaban apenas 8′ para el cierre del partido y así darle lugar a la tanda de penales. De un momento a otro, el combinado nacional, que dejó el alma y nada tendrá para reprocharse -más que entender que no ganó por falencias propias-, vio cómo se desvanecía un anhelo que se tornó una obsesión con el paso de los días y las instancias del certamen.

Merecimientos al margen, la “Albiceleste” sufrió el bajo rendimiento de varios jugadores que deberían haber aparecido para conquistar la victoria. Lionel Messi, por ejemplo, lució desconectado del juego, con un nivel apartado del que mostró a lo largo de su carrera, sin desnivelar a la línea de defensores teutones, que en ciertos pasajes del encuentro padeció la apertura de huecos y desbarajustes. Tampoco fue ayudado por Sergio Agüero, su socio ideal, quien decepcionó en todo el campeonato, sin goles convertidos y un estado físico deplorable.

Aunque suene a excusa, Argentina también fue perjudicada por el árbitro italiano Nicola Rizzoli. Iban 11′ del complemento regular, “Pipita” Higuaín corrió una pelota entrando al área por la derecha y Neuer lo derribó con un excesivo uso de la fuerza. Insólitamente, a pesar de las incesantes protestas de los protagonistas y el público, ni el juez ni su asistente fueron capaces de cobrar lo que realmente había existido: infracción que hubiera significado la oportunidad de abrir el marcador desde los doce pasos.

Lejos de la versión que deslumbró al planeta con los siete tantos a Brasil, nadie podrá discutir el título de Alemania, el más compacto y poderoso de los representantes del Viejo Continente. Con una nueva camada de jóvenes proyectos con personalidad y buen pie, sumados algunos valores de experiencia como Philipp Lahm y Bastian Schweinsteiger, sufrió la estrategia de Argentina pero cuando tuvo la posibilidad de desnivelar, no perdonó. De esta manera, se adueñó de la cuarta coronación de su historia, alcanzando la cantidad de Italia y acercándose al “Scratch”, que tiene cinco.

Lamentablemente, Argentina no pudo torcer el destino ante Alemania, su “verdugo” contemporáneo. Atrás, muy atrás, quedó el triunfo en la Copa del Mundo de México 1986. De ahí en adelante, traspiés y tragos amargos en Italia 1990, Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y ahora en 2014. Desde luego, no estará ausente el reconocimiento a un plantel que volvió a ubicar al país en lo más alto del ámbito internacional. Aunque el dolor y la tristeza se prolongará por un largo tiempo, sólo quedará levantar cabeza rápidamente, valorar el resurgimiento del fútbol argentino y apuntar a Rusia 2018.

aleman

Fuente y fotos: Playfútbol.

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