Mundial 2014
Devotos de la celeste y blanca
Están diseminados por todas partes, son nómades detrás de una devoción lúdica, pero absolutamente apasionante.
Para ellos no existen los problemas de inseguridad, inflación ni los coqueteos de alianzas políticas del momento. Para ellos todo gira en torno de ese pequeño planeta en forma de esfera, ese planeta que se transporta entre los pies de mortales que poseen ese don.
Llegan de todas partes de nuestra Argentina, para acompañar a la selección nacional. Ahí están, en la concentración del equipo de Sabella, despliegan una bandera, o un “trapo”, que expresa amor incondicional en breves leyendas.
Después del encuentro en Río comienzan a desembarcar en Belo Horizonte, creativas melodías de sus propias “iglesias futboleras” se escuchan en toda la ciudad. Se multiplican y triplican en las sedes donde desembarca la compatriota, el objetivo es plantar bandera sin importar las horas de espera.
Tienen su camisa celeste y blanca aferrada como un Rosario. Alguno de ellos podrá ingresar a la “misa del Mineirao”, otros solamente, llegarán para sentirse cerca de ella.
Los hinchas ya coparon Belo Horizonte, la oración al “Messias” es permanente, el sábado juega nuestra Argentina. Y aquí, están sus fieles devotos.
Nota y fotos: Emiliano Pascuarelli