DÍA DE LA FILOSOFÍA
El porqué del porqué del porqué
Hoy se conmemora el día mundial de la disciplina que cuestiona el sentido de las cosas. Este día se celebra desde el 2002 el tercer jueves de noviembre.
Hacer filosofía es una manera de pensar y fundamentar el sentido de las cosas. Es llevar la pregunta a la máxima expresión, preguntar el ¿por qué? del ¿por qué? del ¿por qué? del ¿por qué? y así infinitamente. Pero, ¿hay una respuesta final para todas las preguntas? Tal vez lo interesante es pensar que la filosofía tiene más que ver con la pregunta que con las respuestas.
Platón propone que una buena manera de comprender la filosofía es diferenciarla de otras formas de pensar la realidad, como el pensamiento común o el pensamiento fundamentado. El pensamiento común es fruto de la percepción, vivencias individuales sin análisis y sin críticas, y lo que importa es la utilidad práctica, lo importante es que las cosas funcionen.
Por otro lado, el pensamiento fundamentado es fruto de la investigación, tiene finalidad teórica, aspira a comprender y explicar los fenómenos, se busca una explicación sobre el modo en como las cosas funcionan, y eso supone un paso más allá del pensamiento cotidiano común.
Por ejemplo el sol, si uno le preguntara a una persona, según el pensamiento común, ¿qué es el sol?, tal vez nos diría que el sol es lo que nos alumbra de día, lo que nos da calor, lo que nos marca el tiempo, la ubicación.
Ahora bien, ¿qué nos respondería el pensamiento fundamentado sobre el sol? Probablemente sería algo así: El Sol es la estrella más cercana a la Tierra, ubicada en el centro de un sistema planetario. Destaquemos que la energía que irradia ha permitido el desarrollo de la vida en nuestro planeta.
Si la ciencia se pregunta por el cómo, la filosofía se pregunta por el qué. La pregunta por el cómo tiene respuesta, la pregunta por el qué, no, son sólo conjeturas. Muchas veces creemos alcanzar certezas fundamentales cuando en realidad lo que tenemos son certezas funcionales sobre el funcionamiento de las cosas.
Otra manera de entender la filosofía es entenderla como el análisis de lo obvio. Lo obvio es aquello que no se cuestiona, algo que parece ser simplemente lo que se muestra, algo que se nos presenta como una verdad universal. Pero la filosofía, según Platón, muestra justamente lo relativo de todas las verdades, muestra que en todo siempre hay supuestos, que nada se presenta de manera obvia.
La filosofía tiene que ver con el amor. Filosofía proviene etimológicamente de filo (amor) y sofía (sabiduría), amor a la sabiduría. Hay un deseo por querer saber más de lo que se nos presenta.
Platón sostiene que los verdaderos filósofos son aquellos que aman contemplar la verdad. Pero, ¿existe una sola verdad? Si, según el pensador, hacer filosofía es volver siempre sobre nuevas preguntas, ¿llegaremos a alcanzar algún resultado? Y si no sirve para encontrar la verdad, ¿para qué sirve la filosofía?
Una de las características de la filosofía platónica es la búsqueda de la verdad más que la pretensión de poseerla, sus respuestas son siempre abiertas y queda una sensación de vacío y aspiración por ir más allá de lo que se nos presenta.
La filosofía puede servir para destapar una realidad que creemos verdadera, una realidad en la que estamos inmersos sin darnos cuenta, a la que le somos, por eso mismo, funcionales.
Amor a la sabiduría es, por sobre todo, amor a la pregunta, es apostar por la búsqueda por el sólo hecho de buscar, y no como un medio para otra cosa. La filosofía no nos provee de respuestas universales sobre preguntas existenciales, pero nos ejercita en la libertad de preguntar y nos invita a ser más abiertos.
Para finalizar, Platón afirma que la ciencia no posee la verdad absoluta, que siempre habrá nuevos investigadores que puedan argumentar de manera más convincente sobre investigaciones, y que tenemos que ser capaces de analizar los nuevos argumentos, adoptando una actitud crítica que nos lleve a la búsqueda de nuevos conocimientos.
Bibliografía: Platón, Teeteto
Nota: María Helena Montiel
Fotos: web