VILLA MERCEDES

“Después de catorce años, por fin vamos a tener nuestro hogar”


Diego y Vanessa Aguilera, junto a su hijo, celebran la llegada del sueño de la casa propia tras una larga espera que comenzó en 2011.

Danilo y Vanessa, expectantes a recibir su nuevo hogar.

El viento levantaba polvo, pero nada empañaba las sonrisas de Diego y Vanessa Aguilera. De pie frente a su futura vivienda, la pareja hablaba con los ojos brillantes. “Estamos felices, con muchas expectativas. Tranquilos, por fin tranquilos”, dijo Diego, mientras Vanessa asiente con una sonrisa que mezcla emoción y alivio.

Ambos se inscribieron en el plan habitacional en 2011. Desde entonces, su vida —como la de tantos— atravesó años de espera, mudanzas, sacrificios y momentos en los que la esperanza parecía agotarse. “Desde ese año pasaron muchas cosas”, cuenta Diego. “Te separás, te volvés a juntar, te casás, tenés un hijo y la vida sigue. Pero siempre estuvo ese sueño, el de la casa propia”. 

Vanessa recuerda que cada visita a la obra es como acercarse un poco más al futuro: “Hemos venido varias veces y cada vez se siente distinto. Ver cómo avanza, cómo toma forma, es emocionante. Ya imaginamos dónde va cada mueble, las plantas, hasta conocemos a los vecinos. Eso hace que el barrio ya empiece a sentirse nuestro”. 

Durante los años más difíciles, pensaron que todo se había perdido. “Habíamos pagado muchas cuotas”, dijo Diego, y añadió: “Pero de pronto se suspendió todo. En aquel momento eran quinientos pesos por mes, y costaba llegar, pero lo hacíamos. Después todo quedó en pausa, y sí, se perdió un poco la esperanza”. 

El tono cambia cuando menciona el anuncio del gobernador: “Cuando supimos que Claudio Poggi iba a retomar el programa y cumplir con quienes ya habíamos pagado, fue un alivio enorme. Sentimos que se escuchó nuestro reclamo, que se hizo justicia”. 

Hoy, con su hijo pequeño esperando el día de la mudanza, sienten que la historia vuelve a empezar. “Lo soñamos tanto tiempo”, dice Vanessa. “Que ahora cuesta creer que es real. Pero lo es. En 2025 vamos a tener nuestra casa, y será el lugar donde nuestro hijo crezca sabiendo que los sueños pueden cumplirse, aunque tarden”.



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