INFORME ESPECIAL

Transformando vidas con un programa de la salud pública que le da un enfoque integral a la obesidad


El servicio de Obesidad, Metabolismo y Cirugía Bariátrica de Hospital Central ‘Dr. Ramón Carillo’ comprende un equipo multidisciplinario integrado por nutricionistas, psicólogos, clínicos y cirujanos bariátricos para el tratamiento de una enfermedad que es una de las cuatro causas de consulta de las personas que se acercan al centro médico. A su vez, el plan cuenta con el respaldo para derivaciones a las demás especialidades, si el paciente lo requiere, todo en forma gratuita, tenga o no obra social. En este informe, profesionales de la salud que lo componen cuentan la importancia de darle un enfoque integral para el éxito de los procedimientos que se llevan adelante dentro del programa.

Integrantes del servicio de Obesidad, Metabolismo y Cirugía Bariátrica del Hospital Central ‘Dr. Ramón Carrillo’.

Según datos del ministerio de Salud de la Nación, más del 50% de la población en Argentina tiene exceso de peso. Esto aumenta el riesgo de tener más de 200 problemas de salud, como, por ejemplo: diabetes, hipertensión arterial (presión alta), enfermedades respiratorias crónicas, enfermedad de los riñones, del hígado y algunos tipos de cáncer.

“La obesidad es una de las enfermedades más prevalentes en el país y fundamentalmente en la provincia de San Luis. Está creciendo cada vez más y a su vez, trae otras complicaciones y se asocia a otras enfermedades lo cual agrava la salud de las personas”, describió Adolfo Sánchez de León, presidente del directorio del Hospital Central ‘Dr. Ramón Carrillo’ y agregó que “todos esos problemas metabólicos hacen que las personas sufran y tengan una expectativa de vida menor que el resto”.

Adolfo Sánchez de León, presidente del directorio del Hospital Central ‘Dr. Ramón Carrillo”.

Para hacerle frente a esta enfermedad, el Hospital ‘Carrillo’ posee un programa integrado por diferentes servicios. “Desde clínicos, cardiólogos, cirujanos bariátricos -que es la última intervención- pero también psicólogos, nutricionistas, kinesiólogos que son los que hacen la actividad física y los movimientos a estas personas. Todos ellos se unen y conforman el servicio de Obesidad, Metabolismo y Cirugía Bariátrica que viene funcionando en este hospital con mucho éxito”, señaló el facultativo.

Un programa con más de 500 pacientes

Sánchez de León contó que más de 500 pacientes realizan el tratamiento de obesidad “pero no todos los pacientes terminan en cirugías bariátricas porque muchos logran perder peso por todo este programa que ofrecemos y no requieren la intervención”, aclaró.

La cirugía bariátrica es un procedimiento quirúrgico que se realiza en el estómago o los intestinos con el objetivo de inducir la pérdida de peso, pero debe cumplirse ciertas condiciones para que la misma tenga el éxito deseado.

“La cirugía bariátrica es solo una herramienta más dentro del programa Obesidad”, advirtió Sánchez de León.

“Para tener una cirugía bariátrica, el paciente primero tiene que adaptarse psicológicamente, cambiar de hábitos porque si se opera, pierde peso en un primer momento, pero si no cambia sus hábitos alimentarios y sus hábitos de actividad física, vuelve a engordar, es lo que se conoce como recidiva”, avisó Adolfo Sánchez de León quien calificó la obesidad como “una enfermedad crónica que, lamentablemente, toda la vida el paciente tiene que cuidarse”.

“Entonces, hay un año de trabajo previo con psicólogos, nutricionistas, clínicos y si el paciente requiere la cirugía, recién ahí se opera. Tenemos excelentes resultados, le cambia la vida al paciente y este es un servicio que el Hospital ‘Carrillo’ está brindando a la comunidad”, expresó.

“La obesidad es una de las cuatro causas de consulta en este hospital y en toda la provincia”, reconoció Adolfo Sánchez de León.

El director del ‘Carrillo’ hizo énfasis en que “la cirugía bariátrica es un elemento más, el paciente tiene que estar consciente de eso, que después tiene que cuidarse. Hay todo un trabajo previo, se lo va evaluando médicamente. Hay algunos que, por tener otras enfermedades, otras comorbilidades, no pueden operarse, pacientes con algún daño cardíaco o potencial de mucho riesgo que no se pueden operar. Hay un montón de variables”, destacó.

La obesidad, ‘el asesino silencioso’

“Cuando el equipo llega a un momento determinado y ve que el paciente está psicológicamente maduro, digamos: que ya cambió hábitos alimentarios, que viene bajando de peso, porque también la idea de la cirugía es no operarlo con el máximo peso porque siempre trae más complicaciones, sino que tiene que bajar algo de peso. Esa decisión es consensuada con el paciente, con todo el equipo y recién ahí se hace”.

Sánchez de León advirtió: “La obesidad es una de las cuatro causas de consulta en este hospital y en toda la provincia. Hay muchísima obesidad, hay malos hábitos de vida. Le decimos ‘el asesino silencioso’ porque va produciendo cambios metabólicos que uno a veces no se chequea o no se cuida y va produciendo en el interior estas otras enfermedades que son las que finalmente producen las más graves o la muerte”.

Por eso, es ponderable el servicio que presta el ‘Ramón Carrillo’ porque son escasos los hospitales en el país que brindan este tipo de contención de manera gratuita y San Luis lo tiene.

Tratamiento de la Obesidad, un programa abierto a toda la comunidad

Raúl Coria es, actualmente, el coordinador médico del Hospital ‘Carrillo’ pero, junto a Francisco Lebras, fue quien dio inicio al programa Obesidad en la provincia. “Los dos somos cirujanos y coordinamos todo el tratamiento clínico del paciente obeso como el quirúrgico”, dijo.

El profesional de la salud contó que decidieron abrir a la comunidad el programa de Obesidad, no solo al paciente quirúrgico porque “la mayor cantidad de gente que venía era con obesidad, con sobrepeso, no se los podía operar por distintas causas, ya sea porque el paciente tiene miedo o porque tiene contraindicaciones por sus enfermedades concomitantes, por lo tanto dijimos ‘no, no podemos solamente limitarnos al paciente quirúrgico sino abrirlo a toda la comunidad’ y así lo abrimos a todos y hoy en día es un servicio que no se llama de cirugía bariátrica sino que es un servicio de tratamiento de la obesidad y enfermedades del metabolismo”.

Raúl Coria, cirujano bariátrico y actual coordinador médico del HCRC.

Coria argumentó una poderosa razón: la obesidad es una enfermedad que en el 90% de los casos se acompaña de comorbilidades (presencia de otras enfermedades). “Si se hace una estadística, el 90% de los pacientes con obesidad son hipertensos, diabéticos, hipotiroideos, tienen otras enfermedades cardiovasculares importantes, entonces, tratando la obesidad, mejoramos todo el resto” y señaló que “en este momento, trabajamos en el hospital con aproximadamente, en forma activa, entre 600 y 700 pacientes que vienen mensualmente a controlarse”.

Ver también: “Más allá del espejo: historias de vida y cambio tras la cirugía bariátrica”.

“La idea es que el programa se extienda en toda la provincia”

Raúl Coria tiene la idea de que el programa se extienda en toda la provincia. “Hacer en puntos muy estratégicos, tratar de armar grupos porque esto, en realidad no es un tratamiento de un médico en particular o de un cirujano en particular, es un tratamiento multidisciplinario. Nosotros somos un equipo conformado por nutricionistas, psicólogos, médicos clínicos, cirujanos y obviamente tenemos a disposición todas las especialidades del hospital porque cada paciente tiene su comorbilidad y por ahí necesitamos alguna interconsulta”.

“Entonces, la idea es tratar de armar ese mismo grupo, con esos mismos profesionales en puntos estratégicos de la provincia para poder llegar nosotros al lugar y no que el paciente se tenga que movilizar, porque aquel que padece obesidad es un paciente que no solamente sufre el sobrepeso sino la movilidad, subir el colectivo, que el vehículo, los costos (hoy en día son difíciles) y hacer lo mismo que hacemos acá en cada uno de esos puntos estratégicos con los controles y con la coordinación desde aquí y ofreciéndoles la cirugía, ofreciendo todo el tratamiento que hacemos exactamente acá”, puntualizó.

Los pacientes vienen una vez al mes a controlarse hasta que estén listos para la cirugía, proceso que dura aproximadamente un año.

Coria también reconoció que la cirugía “es una herramienta pequeña en todo este tratamiento, es una cirugía que tiene complicaciones importantes, por lo tanto, indudablemente que es muy efectiva, pero no es efectiva con la cirugía sola, es efectiva con el tratamiento completo”.

A la cirugía la describió como “un cambio anatómico importante en el estómago, que hace que el paciente se alimente menos, o en realidad, que alcance la saciedad más rápidamente, entonces de esa forma el paciente va bajando de peso” pero insistió en remarcar que “de nada sirve que nosotros operemos a un paciente, le hagamos la cirugía, pase un año, pasan dos años y el paciente vuelve, si no cambia el hábito, a hacer su vida de siempre y el estómago se vuelve a adaptar y se vuelve a aumentar de tamaño y otra vez a recuperar el peso”.

Tras un descenso paulatino de peso y consensuado con el paciente, llega el momento de la cirugía bariátrica.

“Por lo tanto, nosotros necesitamos como primera instancia el tratamiento multidisciplinario con la psicóloga, con la nutricionista, el médico clínico, se comienza de esa manera y lo vamos llevando porque el objetivo final, el objetivo principal es el cambio de hábito, el cambio de conducta del paciente, que vivir de la manera que tiene que vivir operado, sea la normalidad, que no sea un esfuerzo, que no sea un sufrimiento”, sentenció.

La labor del equipo multidisciplinario apunta a un abordaje integral del paciente. “Nuestros profesionales trabajan principalmente desde el punto de vista psicológico y alimentario, tratando de cambiar el hábito y la conducta de vida. Si nosotros logramos eso y vemos que adhirió al tratamiento, que ha cambiado el hábito, que cumple con todas esas cosas, le ofrecemos la cirugía, decimos: ‘este paciente se lo puede operar porque está en condiciones’  y sabemos que el resto de su vida va a seguir viviendo de la misma manera o por lo menos lo va a intentar, sabemos que va a venir a seguir el tratamiento”, manifestó el cirujano.

“La obesidad es una adicción, debe llevar un acompañamiento”

El tiempo mínimo, desde que se comienza el tratamiento hasta la posibilidad de realizar la cirugía bariátrica al paciente, es de un año. “Eso es lo que marca la ley; por ahí en otros lugares los criterios son distintos”, especificó Coria y dejó en claro que “tenemos un año de tratamiento como mínimo, si el paciente cumple con cada uno de los requisitos y las cuestiones que nosotros consideramos que son necesarias para poder ofrecerle la cirugía, se la ofrecemos y si está de acuerdo lo operamos. Si no está de acuerdo, porque tiene miedo, por esto o por lo otro, listo, sigue el tratamiento, que es el tratamiento médico que le damos nosotros con los profesionales, venir una vez al mes mínimamente a control, a los talleres que hace la psicóloga y no solamente es lo quirúrgico que demoramos un año, sino que después el tratamiento debe continuar de por vida”.

El médico afirmó que la obesidad es una adicción “por lo tanto, las adicciones no se curan, tiene que haber un acompañamiento porque nosotros lo que buscamos es mantenerlo en el tiempo y para ello necesitamos acompañarlo al paciente. De las adicciones se dice que se está toda la vida en recuperación y esa recuperación hay que acompañarla y nosotros la acompañamos con el equipo médico y el equipo de profesionales que tenemos en este hospital”.

“Es un orgullo poder ayudar al paciente que sufre la obesidad”, enfatizó Raúl Coria.

De todas formas, y vale la pena destacar, el porcentaje de pacientes que se operan frente a los que logran resultados no quirúrgicos, es reducido. “Para poder acceder a la cirugía también tienes que tener un Índice de Masa Corporal (IMC) mínimo. No es que ‘tengo unos kilitos de más y puedo operarme’, no. Eso está destinado para la obesidad tipo 2 (IMC de 35 a 39,9), tipo 3 (IMC de 40 a 49,9), con comorbilidades, con diabetes, con hipertensión, con una serie de cosas que hacen que la cirugía esté indicada”, avisó Coria.

El balance del programa Obesidad del Hospital Central ‘Dr. Ramón Carrillo’ para Raúl Coria es altamente positivo en todo aspecto. “entiendo que, a nivel país, es el segundo o el tercer programa de hospitales públicos, donde el paciente de mayor recurso al de muy bajo recurso puede acceder. A todos los tratamos de la misma manera”, asintió.

Raúl Coria posa con una de las pacientes que logró bajar de peso con el programa de Obesidad del HCRC.<span style="font-size: 16px;">.</span>

Coria valoró al equipo porque “nosotros los cirujanos operamos, nuestro trabajo es una hora y media, dos horas, tres horas, y el control y después, el tratamiento de cuatro, cinco, seis años y por vida es del equipo. El médico clínico, la psicóloga, la nutricionista, creo que es la parte más importante de este programa”.

La misión de los nutricionistas: enseñar nuevos hábitos saludables de alimentación

El rol de los nutricionistas dentro de un programa de obesidad es fundamental porque serán quienes pasarán la mayor cantidad de tiempo con el paciente. Más allá de desarrollar planes de alimentación equilibrados y adaptados a sus necesidades, tendrán que enseñarles sobre los diferentes grupos de alimentos y cómo pueden afectar su salud. Pero el éxito radicará si logran hacerles ver que no se trata de una dieta sino de un cambio de hábitos en la alimentación.

“Cuando el paciente hace la admisión, nosotros siempre le hacemos hincapié que el tratamiento se basa en un cambio de hábitos, que no van a hacer una dieta, no van a hacer un plan alimentario, algo estricto por así decirlo”, explicó la nutricionista Anabela Kañera quien trabaja junto a Carla Storchi en el equipo del programa de Obesidad y Cirugía Bariátrica del Hospital Central ‘Dr. Ramón Carrillo’.

Las nutricionistas cumplen un rol fundamental en el programa Obesidad del HCRC.

“Si lo hace por un tiempo determinado y cuando deja ese plan o tratamiento, vuelve a comer como lo hacía habitualmente, en la normalidad, es porque no ha aprendido a comer en realidad, hizo simplemente lo que decía ese plan. Entonces nosotros siempre nos basamos en el inicio del tratamiento, o sea, en la primera consulta que tenemos con el paciente, que nuestro tratamiento se basa en cambiar hábitos”, sostuvo Anabela Kañera.

“Cambiar de hábitos significa aprender a comer”

Cambiar hábitos significa aprender a comer “para que sea algo que se sostenga, sobre todo en el tiempo y que aprendan a armar el plato, a elegir los alimentos, hacer las compras, en cómo cocinar, cuando tienen un evento, cuando tienen un acontecimiento, o sea, el día a día básicamente de cómo tienen que comer, pero nada estricto ni nada que sea temporal, sino que sea un cambio de hábitos para toda su vida, el mayor tiempo que lo puedan sostener”, remarcó.

“Uno trabaja como guía, pero el actor principal es el paciente”, consideró la nutricionista Carla Storchi.

El proceso lleva su tiempo. “es una tarea muy ardua, no solamente para nosotras, más que nada para el paciente, en darse cuenta”, sumó Carla Storchi, y agregó que ese cambio en la conducta a la hora de alimentarse “depende en realidad del paciente, del ambiente, de cómo vive, de qué trabaja; entonces, a medida de que se van estableciendo los objetivos nutricionales, nosotros también nos vamos dando cuenta si el paciente adhiere o no adhiere, y por lo general lleva, aproximadamente, entre ocho meses, un año; en algunos casos, un año y medio, y en otros, por ahí el entusiasmo es muy bueno, y se da un tiempo muy corto que ya están los hábitos implementados”.

Hay un punto de inflexión durante el tratamiento que se da cuando el paciente captó el mensaje. “Normalmente nos damos cuenta con el descenso de peso, o sea, vamos observando que, a medida que vamos dando pautas para este cambio de hábitos, el paciente va descendiendo de peso”, afirmó Anabela Kañera aunque dejó claro que no es lo primordial, en primera instancia. “Para nosotros el primer objetivo es el cambio de hábitos, y de manera secundaria, el paciente va bajando, cuando no hay cambio de hábitos, nos damos cuenta porque el peso se mantiene o sube”.

“Cambiar de hábitos significa aprender a comer”, sostuvo la nutricionista Anabela Kañera.

Cuando el paciente incorporó todos los hábitos alimentarios, está en condiciones de acceder a la cirugía bariátrica si así lo desea, pero el aprendizaje continúa. “El paciente inicia el tratamiento cambiando hábitos, aprendiendo y en el post-operatorio normalmente sigue aprendiendo porque, si bien el mínimo son 12 meses de tratamiento, de aprendizaje, creo que nunca alcanza, porque en realidad hay muchas cosas por aprender y, sobre todo, de sostener en el tiempo”, indicó Anabela Kañera.

Un tratamiento que mejora la calidad de vida de las personas

El programa de obesidad del ‘Carrillo’ le cambió la vida a una gran cantidad de personas que, con o sin cirugía bariátrica lograron bajar de peso, alcanzando una verdadera transformación en sus cuerpos, pero, por sobre todas las cosas, mejoraron su salud a partir de la adquisición de hábitos saludables y algo tuvieron que ver las nutricionistas del equipo.

Los pacientes comparten sus logros con el equipo del HCRC. “Es totalmente gratificante”, señaló Anabela Kañera.

“En lo personal, es una gran satisfacción que me la dan los pacientes, porque bueno, uno trabaja como guía, pero el actor principal en el tratamiento es el paciente y lo que más me gusta es ver el antes y el después, no solamente en el descenso de peso, sino en toda la persona, en lo emocional, en la autoestima, hay personas que por ahí han mejorado su trabajo, sus relaciones, es como un cambio espectacular que se hace y eso es lo que me llena de alegría”, manifestó Carla Storchi.

“Es totalmente gratificante, nos pone muy contentos ver los logros de los pacientes y además creo que nos caracterizamos porque nos metemos mucho en la personalidad del paciente, somos como una familia, por así decirlo. Muchas veces no vienen a la consulta para contarnos qué comieron, sino a contarnos qué hicieron, a darnos un beso, un abrazo, un saludo y la verdad que eso nos hace sentir totalmente felices”, cerró Anabela Kañera.

La contención emocional que aporta la psicología durante el tratamiento de la Obesidad

Los pacientes a quienes se les consultó sobre su experiencia en el programa de Obesidad del Hospital ‘Carrillo’ coincidieron en subrayar la contención emocional y apoyo psicológico que recibieron durante el proceso que derivó en el significativo cambio que lograron en sus vidas. Lo consideraron clave para el éxito conseguido.

“El paciente llega, generalmente derivado por otro especialista, sabe que está gordo, se siente así, no hace falta que se lo digan”, contó Graciela Gerarduzzi, licenciada en Psicología Cognitiva Integrativa y especialista en Conductas de la Alimentación y completó diciendo: “Pero en realidad, llega pidiendo ayuda que al principio no está muy predispuesto a recibirla porque no sabe cómo dejarse ayudar”.

La psicóloga Graciela Gerarduzzi es especialista en Conductas de la Alimentación.

Lo primero que hace el plantel de psicólogos del programa es psicoeducación obesológica. “El paciente aprende que no está gordo, está enfermo. O sea, padece una enfermedad que se llama obesidad y tiene como consecuencia el exceso de grasa y se transforma en una persona gorda, el que el otro ve como gordo, pero en realidad está enfermo. Aprende a darse cuenta y conocer la enfermedad como crónica. Sabe que es para toda la vida, que va a tener que controlarla toda la vida y nosotros tratamos de que el paciente incorpore nuevos hábitos, disfrutándolo”, explicó Gerarduzzi.

Manejar la conducta para cambiar las emociones

La profesional amplió la definición de ‘disfrute’: “Los psicólogos trabajamos mucho en los logros del paciente. Cuando baja 500 gramos, 1 kilo o 5 kilos, algo hizo. Cuando resaltamos qué hizo y que lo hizo, ahí él se siente más seguro de que puede manejar esta problemática. Es un paso a paso, por eso los tratamientos para llegar a la cirugía no bajan de un año con asistencia, con acumulación, son muy perseverantes”, manifestó.

Desde las palabras, parece sencillo, pero “no todos pueden llegar, no todos incorporan el hábito, pero el psicólogo está presente no solamente en el aspecto emocional, porque es una persona que además le suceden muchas cosas, sino también en cómo vuelca sus emociones en la conducta del comer”, detalló la licenciada Gerarduzzi.

Las terapias grupales ayudan a visibilizar problemas comunes a todos durante el tratamiento de la obesidad.

“Aprenden a que, si manejan la conducta, pueden cambiar sus emociones, a pesar de que el problema sigue siendo el mismo. Pero ‘si hago, reviso esta conducta y me siento bien, porque la balanza me lo dijo y mi cuerpo y mi espejo me lo dicen, entonces de esa manera el problema sigue estando, pero yo tengo otra actitud’”, asintió.

Además de trabajar mucho en la actitud, se hace foco en la voluntad. Ese acompañamiento lo tienen a lo largo de todo el tratamiento, hasta el momento de llegar a su cirugía, aquellos que estén en condiciones; y nuevamente aparece la figura del psicólogo. “Los pacientes llegan preparados con ejercicios de relajación, con ejercicios donde pueden manejar su ansiedad, el acto del comer. Aprenden muchísimo, siempre siendo pacientes, conscientes de que son obesos”, señaló Graciela Gerarduzzi.

“Tras la cirugía se trabaja la imagen corporal para afianzar la autoestima”

Las expectativas generadas por la cirugía bariátrica son muy fuertes. “Salen realmente con el mayor logro y objetivo conseguido, qué era lo que querían ellos: la cirugía. Bueno, lo lograron, con su esfuerzo. ¿Dejan de ser obesos? No. Continúan siendo obesos toda la vida. Entonces reciben después contención para que no tengan reganancia de peso, porque existe la reganancia en pacientes que no tienen acompañamientos como los nuestros”, aseguró.

Recuperar el peso perdido no es problema para quienes están dentro del programa de Obesidad del ‘Carrillo’ porque “siguen en tratamiento. Vienen una vez al mes a su taller de pacientes bariátricos, donde trabajan su imagen corporal, su autoconcepto, su autoestima, se sienten seguros”.

“El logro de ellos, es una caricia al equipo”, indicó Graciela Gerarduzzi.

Pero la influencia de la psicología en los pacientes del programa Obesidad va más allá: “Siempre ellos valoran todo lo que han hecho, y eso lo trasladan a otro ámbito de su vida. ‘Si yo llegué a este punto, pude realizar tantos cambios, respeté mi decisión, tengo un problema y voy a hacer lo mismo, porque sé que soy capaz’”, dijo la licenciada, contando la estructura de pensamiento, el diálogo interno que se produce en la persona que está dentro del grupo de acompañamiento.

Como todo el equipo, Graciela Gerarduzzi se alegra viendo los resultados obtenidos por quienes integran el programa Obesidad. “Es una caricia al equipo. Nosotros vemos sus cambios, y es el logro que tenemos que sostener nosotros también, pero es como la caricia a nuestro equipo. Es el orgullo de ellos, que nos hace sentir bien también a nosotros, que vale la pena trabajar en esto y que un granito de algo hemos dejado”, concluyó.


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