PRIMER DÍA DE CLASES
Nuevos desafíos y sueños de aprender en el paraje Chimbas
Con la tecnología como puente, la Escuela Nº425 ‘Maestro Modesto González’ escribió un capítulo emblemático en su historia. Ocho estudiantes recibieron sus computadoras y festejaron en familia.
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A más de 235 kilómetros de San Luis, casi indescifrable desde la ruta nacional 20, el paraje Chimbas aparece en pleno calor como un espejismo, entre casitas dispersas en el monte nativo y corrales precarios, luego de atravesar cinco tranqueras y desviarse del camino que conduce a la cárcel de La Botija. Allí, cada gesto surge envuelto en esas nubes de polvo parecidas al olvido, en los límites con San Juan y La Rioja. Pero este lunes nada detuvo a los dos alumnos de Primario y seis de Secundario que madrugaron o, prácticamente saltaron de sus camas, para recibir las computadoras que serán no solo las llaves para otras formas de conocimiento, sino también las herramientas para reducir brechas.
“Los chicos están felices y nos ayuda mucho que las familias estén tan involucradas. En base a mi experiencia considero que se notan muchísimo los cambios en el aprendizaje cuando los chicos usan las computadoras”, expresó la directora de personal único, Irma Lucero.
“Tenemos orientación en agro y ambiente. Estamos trabajando con dos plantitas de membrillo y tenemos como proyecto hacer dulce entre todos. También tenemos una huerta, así abordamos esas técnicas y contenidos en las diferentes materias durante el año”, indicó.
En representación del Gobierno provincial, Iván Gil, director de Sitios Culturales y Recreativos, entregó 8 computadoras como parte del programa ‘Conectando Parajes’. Los estudiantes también recibieron elementos deportivos (dos pelotas) y materiales correspondientes al Plan de Alfabetización (libros y cuadernillos).
“Queremos transmitirles el saludo del gobernador Claudio Poggi quien agradeció profundamente a los docentes por su dedicación y compromiso. Su labor es esencial para formar a las nuevas generaciones y para construir una sociedad más justa y equitativa. Valoramos enormemente su esfuerzo por inspirar, guiar y acompañar a nuestros estudiantes en su camino”, leyó el funcionario del ministerio de Turismo y Cultura, durante el acto.
Un paso gigante
Asistió el profesor Nahuel Ledesma, quien integra el circuito N°21 de Escuelas Generativas, conformado además por las comunidades de La Botija, La Cañada, La Avenencia y Lomas Blancas, donde todos sus alumnos sueñan con realizar algún día un viaje cultural por la ciudad de San Luis.
“Orientación en agro y ambiente Creemos que este comienzo de año será muy próspero, porque es un paso gigante que los chicos cuenten con estas computadoras, ya que, por ejemplo, les podemos explicar cómo utilizar las diferentes herramientas digitales de Google”, describió el docente de Lengua y Sociología, cuyo grupo de profesores del Secundario e itinerantes de San Francisco, Luján y Quines cubren a diario un radio de aproximadamente 70 kilómetros.
“Vine a acompañar a mi hijo y siempre le digo que estudie para no trabajar en el campo como yo. Vivimos a tres kilómetros de la escuela. A veces, el camino se pone feo con las lluvias pero también hemos tenido varios años de sequía. Acá el calor no baja de 34° ni a la sombra”, contó Jorge Puertas. “Se nota que los chicos están muy contentos y agradecidos por las computadoras”, agregó.
Mónica Gatica se sintió orgullosa de este comienzo, sobre todo al recordar sus orígenes. “Vine con mis dos hijas y el varón. Les hacían mucha falta estas computadoras para que estudien. Yo nací a 15 kilómetros al norte, después estuve de puestera en otros lugares, y por acá estamos hace diez años más o menos, frente a la escuela. Trabajamos criando animales, tenemos ventilador, pero en las noches de calor tenemos que dormir afuera. Antes, nadie de mi familia terminó la escuela y por eso estamos muy agradecidos”, reflexionó.
Más familias con esperanza
Silvina Oviedo conoce estas tierras como la palma de su mano. Desde esta zona, a través de carros, viajaban leñas y carbones hasta los corralones en la capital sanluiseña que abastecían a los ferrocarriles en el siglo XX. “Soy nacida y criada acá, tengo más de cincuenta años y siempre nos dedicamos a tareas rurales. Vine a acompañar a mi hijo que está por empezar la secundaria, y está contento por recibir la computadora porque hace años que la esperaba. Le digo que tiene que estudiar porque tiene un hermano que no terminó y ahora lo ve con el hacha y herramientas pesadas, trabajando en changas”, compartió.
Andrea Arce vive a cinco kilómetros, en una huella de tierra que desemboca en el mástil que esta mañana lució la bandera argentina. “Esperamos que sea un gran año. Mi hija estaba muy ansiosa por empezar y reencontrarse con sus compañeros”, aseguró.
A pesar del clima desértico, en estas tierras en noroeste provincial todavía hay tesoros por descubrir o relatos por reconstruir. El historiador Jesús Liberato Tobares indicó que “se han encontrado en la zona numerosos testimonios de habitaciones o paraderos indígenas, entre otros, botijas enterradas” que fueron analizadas por el geólogo Román Guiñazú. Hoy, gracias a la conectividad y a las computadoras entregadas, los alumnos cuentan con la posibilidad de explorar en ese pasado para escribir sus futuros.