“Recibimos una llamada que nos cambió la vida”

Belén y Rubén, quienes se pusieron en pareja en la Villa de Merlo, habían decidido abandonar la provincia al ver frustrado su sueño de tener la casa propia por la gestión anterior. Ahora, tal como garantizó el gobernador Claudio Poggi, podrán construir sus vidas en familia bajo un techo digno y seguro.

El sábado 13 de julio de 2024 no quedará archivado como una fecha más en San Luis, sino como aquel día en que los aspirantes a una vivienda social de los planes ‘Progreso’ y ‘Sueños’ presenciaron el momento exacto en el que el gobernador Claudio Poggi les cumplió una promesa que esperaron durante casi una década, producto de la interrupción del programa tras la finalización de su primera gestión.

Desde la Villa de Merlo, Belén y Rubén viajaron casi 200 kilómetros hasta el Ave Fénix de Juana Koslay para integrar una jornada que jamás olvidarán. “El miércoles recibimos una llamada que nos cambió la vida. Lo estábamos esperando, pero al mismo tiempo sentíamos que ya era un sueño imposible”, confesó la mujer. “Preguntamos una y otra vez, ‘¿están seguros que la vivienda es para nosotros?’, y sí, era así”, continuó.

Doce años y medio atrás, cuando la pareja comenzó a abonar las cuotas para acceder al hogar, sus vidas eran muy diferentes. “Éramos solamente nosotros dos, ahora escalamos hasta cinco en la familia”, detalló Belén, en referencia a Emma, Isabela y Amelia, sus tres hijas, que llegaron durante esos largos años en los que fueron ignorados por la gestión anterior.

Como tantos otros, sintieron una frustración enorme al ver que la administración que sucedió a Poggi los dejaba de lado. “Cada vez que íbamos a hablar y explicábamos que teníamos todo pagado, pidiendo que nos adjudiquen alguna de las casas abandonadas de Merlo, no nos prestaban atención y nos daban la espalda”, recordó Belén.

Su situación se tornó muy complicada, al punto que pensaron en abandonar la provincia y probar suerte en otro lado. “Nos íbamos a ir porque no podíamos más, era todo muy difícil. Pero ahora nos vamos a quedar, nos vamos a quedar”, reafirmó la beneficiaria. 

En ese sentido, recordó todo el sudor que derramaron para poder cruzar la meta. “Fue mucho sacrificio, es plata que hoy no vale nada pero en ese momento significaba capaz privarse de unas zapatillas, de comer algo rico como un asado, e ir guardando para pagar la casa”, contó, y explicó que, al ser una región turística, el trabajo en Merlo no es estable. “Merma mucho, te la tenías que rebuscar vendiendo panes o lo que sea”, subrayó.

Pero jamás perdieron las esperanzas una vez que se hizo realidad el retorno de Poggi y ahora vieron cumplida la promesa para la cual tanto se esforzaron. “Confiamos en la palabra del Gobernador, sabíamos que esto iba a pasar. Son años de pagar religiosamente, guardar cada papel o comprobante en un folio, separado por número y fecha. Y hoy, después de todo eso, nos volvemos felices a Merlo con toda la ilusión, emoción y esperanza de recibir la Navidad en casa propia”, expresó Belén.