PUNTANIDAD
Biblioteca popular “Leopoldo Lugones”: recuerdos entrañables y más de diez mil obras para disfrutar en Piedra Blanca
Fundada el 15 de junio de 1995, esta institución atesora también una foto del poeta Agüero con su amigo músico Rafael “Chocho” Arancibia, y miles de gestos solidarios de los vecinos que contribuyeron a sostener un espacio de contención, aprendizaje y prestigio.
“Al principio cocinábamos locros y los cambiábamos por libros, así se fue armando la biblioteca. Es notable la forma de crecer de una comunidad a través de los libros. Para nosotros fue muy valioso que la gente se desprendiera de obras muy importantes; especialmente recordamos a una médica que nos regaló tomos importantísimos para la carrera, o también a los autores cordobeses que realizaban permanentes actividades literarias”, recordó la directora Cecila Fernández de Gabriel, destacada docente e historiadora de Merlo.
Envuelto por un paisaje único, este edificio se remonta a 1840, cuando sus paredes de adobe almacenaban harina. Con fachada rosada, se ubica en una esquina, frente a la antigua capilla de estilo colonial, a pocos metros de la reserva ecológica El Viejo Molino. La biblioteca tiene techo de caña con vigas de algarrobo, trabajadas a mano y con chapas de zinc, próximas al arroyo Piedra Blanca Arriba, límite natural entre San Luis y Córdoba.
Antes de atesorar miles de ejemplares, esta propiedad fue un depósito de un molino harinero, vivienda, destacamento policial, almacén, pulpería, taller para arreglar zapatos, casa de artesanías y depósito de una hostería. Lleva su nombre en honor al poeta y escritor Leopoldo Lugones quien pasaba largas temporadas en la residencia merlina de sus suegros.
“Soy nativa de Piedra Blanca y colaboradora orgullosa de nuestra querida biblioteca. Siento a este lugar como si fuese mi casa porque además me encanta la lectura y he trabajado por más de dos años acá”, indicó Silvia Urquiza quien además es profesora de Folclore.
“Esta biblioteca tiene condensada toda la historia y la vida de esta zona fundacional de la Villa de Merlo. Este espacio es absolutamente necesario, es la base y la raíz de la comunidad”, expresó Juan Hoyo Posadas, escritor y periodista jubilado de Buenos Aires que vive en la localidad.
Al igual que la mayoría de las bibliotecas públicas del país, esta institución logró sortear las restricciones de la pandemia con diferentes estrategias sanitarias y virtuales. Actualmente, sus puertas se abren para compartir talleres de lectura y actividades sociales o para alojar, en una cálida postal, las miradas de los turistas curiosos en pleno circuito serrano.
Nota y fotos: Prensa Secretaría de Cultura.
