¿El consenso es con Washington?


Los 10 puntos propuestos por Macri tienen enorme similitud con el consenso de Washington. El mundo cambió y esa receta no se aplica ni en EEUU.

De manera bastante heterodoxa, y con olor a campaña electoral, el presidente Macri remitió cartas a diversos dirigentes políticos, sociales y religiosos de Argentina, invitándolos a que se expresen “sobre estos diez puntos que consideramos imprescindibles para despejar algunas dudas que existen sobre nuestro país”.

Todos los puntos se relacionan con lo económico, como deja entrever en el segundo párrafo del texto del 6 de mayo que se dio a conocer y que no especifica destinatario. Básicamente los puntos se refieren a:

Equilibrio fiscal.

Banco Central Independiente.

Integración al Mundo.

La Ley como garante de la propiedad privada.

Legislación Laboral moderna.

Reducción de los impuestos.

Sistema Previsional sostenible y equitativo.

Sistema federal transparente.

Estadísticas confiables e independientes.

Cumplimiento de las obligaciones con nuestros acreedores.

En 1989, el economista Jhon Williamson, denominó consenso de Washington a 10 puntos que sobre materia económica parecían indiscutibles por aquél entonces y que estaban basados en las recomendaciones del FMI, el Banco Mundial y el Tesoro de EEUU.

Ellos son:

Disciplina Fiscal.

Quita de subsidios.

Reforma tributaria para ampliar la base de contribuyentes.

Tasas de interés positivas.

Tipo de Cambio competitivo.

Liberalización del comercio.

Inversión extranjera sin barreras.

Privatización de empresas estatales.

Desregulación de los mercados.

Seguridad Jurídica para la propiedad privada.

Estos puntos son las bases del denominado neoliberalismo y si bien algunos tienen vigencia, como la búsqueda del equilibrio fiscal, ya no son indiscutibles y prácticamente en los países desarrollados no se aplican. Baste con mencionar que en esta semana EEUU amenaza a China con cobrar 24% de arancel a sus exportaciones.

Aparte de la intención electoralista de aparecer como abierto al diálogo y tratar de dejar como opositores reaccionarios a quienes no se allanen y de paso dividir a la oposición, los destinatarios de estos puntos no son los políticos locales, es un mensaje a los acreedores externos. Intenta tranquilizar a los mercados. A los ciudadanos de este pueblo, que recordamos el sufrimiento que trajeron este tipo de recetas, no nos tranquiliza.



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