JÓVENES TALENTOS
El hándbol puntano tiene un “Toro”
Facundo Suárez Carrara, con tan sólo 17 años, es una de las grandes promesas. Juega de pivote en ASEBA.
Facundo Suárez Carrara es una joyita que tiene el hándbol de San Luis. Fue una de las grandes figuras del equipo que se colgó la medalla de oro en los Juegos Evita. El “Toro” es un pivote que juega y hace jugar. Tiene una gran lectura. Es un pibe estratega. Sabe en qué momento lanzar y en qué momento pasarla.
Empezó a jugar en el Instituto Privado San Marcos, su escuela de toda la vida. El profesor Raúl Falfán fue el que lo inició en esta actividad. Le vio condiciones y lo llevó a ASEBA, donde tomaron la posta Lucas Moreno y Julieta Onzari. Otra persona que tuvo que ver en este amor por el hándbol fue su hermano Alan.
Sus comienzos fueron de arquero y de central. Cuando le tomó el gustito a moverse como pivote, se dio cuenta de que en esa posición en la cancha se sentía más cómodo. Su lugar en el mundo. Facundo tiene la mirada más allá que en su deporte favorito. Mientras cursa el último año en el Instituto San Marcos, rinde los ingresos para entrar a la Universidad de Buenos Aires (UBA) en la carrera de medicina. Eso sí: el estudio y el deporte van de la mano, porque piensa seguir con el hándbol. Tiene el sueño de llegar a Los Gladiadores (Selección Argentina) y jugar en Europa. Va paso a paso. No quiere saltear etapas. En lo grupal, anhela seguir cosechando éxitos con Aseba. Le apunta a los Juegos Binacionales. A ascender con su club a la Primera “A” del Nacional de cadetes.
Un sueño ya lo cumplió: subirse al escalón más alto del podio en los Evita. Esa presea de oro le sirvió a la Selección de San Luis jugar un torneo en Brasil. Ahí también está la mirada de Facu.
Tiene dos ídolos deportivos. Uno es quien lo ayudó a mejorar en su posición: Nicolás Belzunce. Y el otro es James Parker (puntano integrante de Los Gladiadores); mirarlo a él que llegó tan lejos es una inyección de ánimo para seguir y no bajar los brazos. “Me aconseja siempre y eso te sirve para crecer”, dice. Y en la vida, sus ídolos son sus viejos (Walter Suárez y Pilar Carrara) y sus hermanos Juan Cruz, Alan y Santiago, además de los entrenadores y amigos.
Tiene una frase de cabecera que le inculcaron los entrenadores: “Mente fría, corazón y pecho caliente”. Su comida preferida es el asado. Es fanático de Troya y Gladiador, dos pelis, que siempre que puede las ve. Le inflan el pecho. Sabe que para triunfar tiene que esforzarse mucho. Se levanta muy temprano todos los días. Hace magia para dividir el tiempo entre el colegio, la familia y el entrenamiento. No reniega. Disfruta. Ama lo que hace. Ama su club. “No jugaría en otra institución en San Luis. ASEBA es mi familia deportiva. Paso gran parte de mi tiempo ahí”, dice con voz firme y segura.
Verlo jugar a Facundo te llena los ojos de hándbol. Además de su técnica tiene un corazón tan grande que no le entra en el pecho. Es un verdadero “Toro”. Cuando toma la pelota, sus compañeros saben que algo bueno va a pasar. Tiene el arco entre ceja y ceja. Es goleador y pasador. A pesar de su corta edad, la tiene bien clara. Facundo Suárez Carrara, el “Toro” que tiene el hándbol de San Luis.
Nota y foto: Daniel Valdés.