SEMANA DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL
Cambio climático: ¿cómo evitar las transformaciones del mundo que habitamos?
Según el último informe publicado por WEF (World Economic Forum), el cambio climático encabeza la lista de riesgos globales del 2016. En segundo y tercer lugar quedaron las armas de destrucción masiva y la crisis del agua. Bajo esta problemática y con el objetivo de concientizar sobre las amenazas que implica, el Ministerio de Medio Ambiente, Campo y Producción te explica cuáles son las causas de este fenómeno y cómo hacer para mitigar las transformaciones del mundo que habitamos.
¿Qué es el cambio climático?
Cuando hablamos de cambio climático hacemos referencia a la modificación del clima respecto al historial climático en una zona o región determinada. Cuando los cambios se producen a mayor escala podemos hablar de cambios climáticos globales que, de hecho, son los más evidentes en las últimas décadas, a partir de las alteraciones que está sufriendo nuestro planeta.Este tipo de variaciones climáticas se producen a diversas escalas de tiempo y afectan todos los parámetros meteorológicos que conocemos: temperatura, presión atmosférica, nubosidad y precipitaciones, entre otras.
¿Cuáles son sus causas?
Si bien es cierto que existen causas naturales que modifican las condiciones climatológicas, la mayor parte de las alteraciones que afectan a la Tierra son producto de la intervención del ser humano que, con sus actividades cotidianas, aumenta la concentración y la contaminación de los Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la atmósfera.Los GEI son los principales causales del calentamiento global y su concentración por la intervención de los seres humanos se debe a factores tales como la utilización de combustibles fósiles en la generación de energía y para el transporte, la agricultura, la ganadería, la desforestación, determinados procesos industriales y el depósito de los residuos urbanos.
¿Cuáles son sus consecuencias?
Los GEI generan cambios en todos los parámetros meteorológicos. En este sentido, la modificación en temperatura, presión atmosférica, precipitaciones y nubosidad modifica los ciclos agrícolas, incrementa la desertificación, derrite glaciares, eleva el nivel del mar produciendo inundaciones e incrementa el riesgo de incendio de bosques y pérdidas en el ecosistema.
Como si esto fuera poco, cada una de estas consecuencias trae aparejada consigo la posible aparición de enfermedades que, como el dengue, incuban en sitios húmedos.
A partir de esto podemos afirmar que el cambio climático es un fenómeno ambiental con profundas consecuencias económicas y sociales. Se predice, además, falta de agua potable, grandes cambios en las condiciones para la producción de alimentos y aumento en los índices de mortalidad.
¿Qué podemos hacer para cuidar nuestro planeta?
Cada uno de nosotros, con pequeñas acciones cotidianas, podemos ayudar a que nuestro planeta no sufra las consecuencias de la concentración de los GEI en la atmósfera, tales como:
Apagar la luz al salir de los ambientes que ya no habitemos.
Reemplazar la bombilla tradicional por una de bajo consumo.
Apagar equipos electrónicos (computadores, televisores, etc.) una vez que dejamos de usarlos.
Reciclar objetos en desuso por nuevos objetos reduciendo, de esta manera, la generación de residuos sólidos.
Caminar o usar bicicleta para trasladarnos y así evitar la utilización de combustibles fósiles.
Ajustar el termostato, no utilizar aire acondicionado o calefacción cuando no es necesario.
Plantar un árbol.
¿Qué podemos hacer con los residuos para cuidar el mundo que habitamos?
Los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) son aquellos que se generan en las tareas hogareñas como consecuencia de las actividades domésticas que desarrollamos día a día. Se consideran también residuos domésticos a los generados en servicios e industrias. En esta dirección, dentro de los RSU podemos mencionar:
Materia orgánica: restos procedentes de la limpieza o la preparación de los alimentos, junto a la comida que nos sobra.
Papel y cartón: periódicos, revistas, cajas y embalajes.
Plásticos: botellas, bolsas, embalajes, platos, vasos y cubiertos desechables.
Vidrio: botellas, frascos, vajilla rota.
Metales: como latas o botes.
Residuos de aparatos eléctricos y electrónicos como las pilas.
Residuos y escombros procedentes de obras de construcción y reparación domiciliaria.
Una buena gestión de los RSU debe favorecer el reciclaje y la utilización de materiales recuperados como fuente de energía o materias primas, a fin de contribuir a la preservación y uso racional de los recursos naturales.
Reciclar y separar los residuos correctamente trae consigo varias ventajas, como la disminución de la capacidad de la basura producida, prolongación de la vida de los rellenos sanitarios, prevención de propagación de enfermedades, generación de abono para el terreno y reducción del riesgo de muerte de los animales, entre otras.
Nota: Prensa Ministerio de Medio Ambiente, Campo y Producción.
Foto: web.
Corrección: Mariano Pennisi.
Contenidista: Marina Menseguez.