EDUCACIÓN RURAL
Puerta Colorada, entre la fe y la minería
Ubicado al noreste provincial, próximo a Concarán, el paraje puja además por desenterrar y amparar sus saberes tradicionales. La Escuela Nº 362 “Granadero Mauricio Pérez”, fundada en 1918, es el centro medular para las actividades de los aproximadamente 40 pobladores. A la institución dos niñas de 5 años asisten como oyentes todos los días.
El imborrable recuerdo de la docente Erika Jofré (36) habla del significado de la escuela en estas latitudes. “Un día frío de invierno recuerdo que el paisaje estaba todo de blanco por la nieve, con mi directora estábamos mirando por la ventana cómo seguía nevando y de repente visualizamos que desde lejos venía un camión, y al cabo de unos minutos llegaba a la escuela y se bajaban cuatro de nuestros alumnos. Con sus caritas alegres, ellos dijeron que querían venir a la escuela porque decían que en sus casas se aburrían”, compartió. Su historia, como tantas del interior puntano, emociona e inspira.
Jofré se desempeña en el nivel primario, trabaja para el Proyecto de Mejora Institucional, y es coordinadora de proyectos del Ciclo Básico Secundario Rural. Enseña desde 2007 y todos los días viaja desde Tilisarao hasta la escuela. “Tengo dos alumnas de nivel inicial de 5 años que asisten como oyentes para que, llegado el momento de iniciar el nivel primario, ya se encuentren adaptadas. Estas niñas debían concurrir dos veces a la semana, debido a que la escuela no tiene nivel inicial, pero ellas asisten todos los días, no faltan. Quizás su único encuentro para compartir diferentes cosas es en el ámbito escolar, porque ellas viven en zona rural, aisladas de centros urbanos”, señala.
Una gran higuera recibe, despide o cobija a quienes pasan por la Escuela Nº 362 “Granadero Mauricio Pérez”, en el paraje de Puerta Colorada, ubicado en el departamento San Martín, al noreste provincial.
“Este paraje se formó por familias que fueron llegando a trabajar en minería. Se encuentra en construcción una pequeña capilla donde se celebra todos los 24 de mayo el homenaje a la Virgen Nuestra Señora María Auxiliadora, patrona del paraje. Actualmente cuenta con unos 40 pobladores muy dispersos y alejados unos de otros”, explicó la directora escolar, Miriam Vega.
“La gente de la zona trabaja en su mayoría en las canteras de cuarzo, feldespato y albita”, agregó el profesor itinerante en Ciencias Naturales, Jorge Vivas. Puerta Colorada integra el distrito minero del Valle del Conlara.
“Los padres son muy participativos, sobre todo por la inclusión que tienen en el ambiente escolar. Preparan chivitos y corderos en el horno de barro de la escuela, o hacen empanadas para toda la comunidad. Están presentes en cada acto que se realiza, ni hablar del Día de la Tradición donde todos los asistentes, sean docentes, alumnos o padres vienen vestidos de gauchos en sus respectivos caballos para festejar”, aseguró.
“El Día de la Tradición es una fecha muy importante. Este año algunos llegaron al festejo portando la Bandera Argentina bajo la intensa lluvia, pero aun así todos se hicieron presente”, añadió Erika Jofré.
Entre los lugares históricos locales, la directora indicó que a la vera de la Ruta Provincial Nº 6, hay un rancho abandonado que data de 1938. “A unos kilómetros de Concarán también se encuentran pinturas rupestres en una propiedad privada denominada “Casa Rosada” donde hay una gran cueva natural con dibujos como avestruces, guanacos, venados, hechos por los aborígenes”, aportó Vega.
Acerca de los orígenes de la escuela, su directiva detalló: “La escuela se fundó con fecha 23 de diciembre en 1918, con el Nº 232, según resolución del Honorable Consejo de Educación de la Nación en el lugar denominado El Poleo, Partido Rincón del Carmen; así consta en el Libro Histórico. Pero aunque no se encuentra copia de dicha resolución en la escuela, también data que desde el 26 de setiembre del año 1917 había funcionado en carácter ambulante. En el año 1992 se creó el nuevo edificio escolar con el Nº 362 en Puerta Colorada cuya directora era la señora Virginia Berta Almada”.
Con orientación al Ciclo Básico Rural, la matrícula actual es de 18 alumnos: 2 en preescolar, 10 en primario y 6 en secundario. “Tienen la posibilidad de cursar 1º, 2º y 3º año, luego deben continuar sus estudios en San Martín o Concarán”, señaló Vega desde la institución en honor al granadero que integró la lista de los 111 de Caballería de la Punta, al mando de Tomás Baras, y que luego participó en el combate de San Lorenzo. A la institución asisten niños de poblados como Rincón del Carmen, Cabeza de Novillo, Álamos Blancos, El Salado, Los Cerrillos y Los Alanices.
Este año, además de inaugurar el playón deportivo junto al primer mandatario, CPN Claudio Poggi, la escuela participó en las Olimpíadas del Conocimiento, organizadas por la Universidad de La Punta, y en los Intercolegiales Culturales. También trabaja en los proyectos de Educación Sexual Integral y Prevención de Incendios Forestales. Los estudiantes de Puerta Colorada han sido declarados Embajadores Ambientales.
_En su libro “Gente de mi pago”, el historiador Jesús Liberato Tobares, rescata la dignidad de oficios locales como los mineros, trenzadores, leñateros, tejedoras, huerteros, pasteleras, guitarreros, rastreadores y arrieros. ¿Qué queda de estos oficios hoy en el paraje?
_ De esos oficios solo se puede rescatar algunos trenzadores, mineros y arrieros.
_Tobares habla también de elementos materiales del folclore como el mate, el cuchillo y juegos como el truco, ¿todavía se mantienen?
_ Sí, al igual que vestir con orgullo ropa gauchesca, se mantienen en grandes y niños. La escuela organiza todos los años el festejo por el Día de la Tradición donde se revive con mucho fervor el juego de la taba, mateadas, compartir comidas típicas, el almuerzo en familia, refranes, coplas, bailes como el pericón, rancheras, entre otras, ejecutados por alumnos y padres.
Vega aportó que antiguamente el servicio de correspondencia era realizado a través de un sistema de caballos o sulky. “Con el pasar del tiempo llegaba por medio de un transporte público que dejaba su correspondencia en estafeta Puerta Colorada cuya encargada era la señora Alba Quiroga de Coria”, historió.
Hoy, con internet y la tecnología, cambió todo. El profesor Vivas dijo que los videos en red ayudan al aprendizaje, y subrayó una diferencia con la ciudad: “En las escuelas rurales una de las causas de presentismo es que los chicos pueden usar sus compus, cargarlas, chatear con sus amigos, revisar el Facebook, ya que en sus casas, en el campo, muchos no poseen energía eléctrica, y mucho menos conexión a internet, por eso en la escuela pueden hacer eso, y aunque esté lloviendo tratan de llegar como puedan para tener contacto con sus amistades virtuales”.
Este progreso también tiene otra lectura. “Las costumbres siguen intactas pero las habilidades que algunos mayores tenían o tienen para lo artesanal, en los jóvenes de la zona no ha prendido, y son habilidades que no pasan a otra generación, quedando olvidadas o desaparecen”, aseveró Jorge.
Vocación por enseñar y sacrificio por estudiar
Miriam Vega es docente hace casi 20 años y lleva 18 como directora en escuelas de diferentes categorías en el departamento San Martín del cual es oriunda.
“Para mi vida la educación rural significa vocación, entrega, pasión por los niños, dejar muchas cosas de la vida personal brindándolos a ese puñado de niños que cada año depositan los padres confiando plenamente en el docente. Es brindar todo sin esperar nada a cambio, es renovar y brindar lo mejor para la formación integral de cada de ellos teniendo en cuenta el bagaje de historias que acarrea cada uno”, expresó con emoción.
“Los niños en escuelas rurales recorren grandes distancias. Gracias a la implementación del transporte escolar, pueden asistir. Igualmente, para llegar hasta la tranquera o zona donde abordan el transporte hay niños que tienen que caminar una hora y salir tempranito de su casa para poder estar a tiempo en clase. Otros niños que viven a la vera de la ruta o cerca de la localidad de Concarán, aguardan diariamente la pasada de las maestras o profesores que en sus autos particulares traen a esos niños a la escuela. Nunca hemos dejado a un niño a la vera del camino, en oportunidades teníamos que llevar 7 niños y como podíamos nos acomodábamos y los llevábamos, nunca se dejó a nadie en el camino”, sostuvo el profesor del paraje ubicado aproximadamente a 18 km de Concarán y a 28 km de San Martín.
Por su parte, Erika comentó que desde niña quiso ser maestra. “Lo que más admiro y destaco de mis alumnos es la constancia para asistir todos los días a la escuela; no hay lluvia que los detenga, ni nieve que los ataje. Ellos se levantan tempranito para asistir a la escuela porque tienen aproximadamente entre una hora y media a dos de viaje para llegar a destino. Pero a pesar de que pasa el transporte muchos de ellos deben caminar desde la entrada de su hogar hasta el camino vecinal, entre uno y dos kilómetros, la mayoría de ellos debe cruzar el río”, refirió. “Con el frío del invierno, ellos siempre llegan a la escuela con una hermosa sonrisa, cada alumno saluda con un beso a la directora y a mí y luego se preparan para izar la Bandera”, dijo.
Jorge inició con la docencia en 1999. Actualmente trabaja en otras cuatro escuelas (Las Chacras, Villa de Praga, Las Aguadas y El Paraíso) de la Región Educativa V.
“La experiencia de la educación rural es fantástica, muy reconfortante, divertida y lo que más te llena es que vas a trabajar con alegría, porque con los niños te diviertes mucho, escucharlos contar su historias, sus creencias hacen que sea un trabajo muy sano, donde se ve día a día cómo van aprendiendo, cómo van creciendo, van despegando de sus hogares, y lo que es importante: nunca dejan de recordar a los profesores. Los niños del campo son muy respetuosos”, compartió Vivas quien siempre transmite un mensaje a sus estudiantes: “Les digo que hagan todo lo posible por terminar la secundaria y el que pueda seguir cualquier carrera universitaria que por favor siga, no importa el tiempo que les lleve pero que tengan la meta de llegar a ser alguien instruido”.
Erika tiene otro recuerdo feliz en la institución. “Antes de terminar la jornada, nuestros alumnos de nivel primaria, en complicidad con los del secundario, nos invitaron a que pasáramos al SUM y al llegar allí nos encontramos con una gran sorpresa: habían decorado el salón, las mesas y sus papás colaboraron con comida para festejarnos el Día del Maestro. Como picardía nos tiraron harina, por eso ahora siempre le tiramos a cada alumno que egresa de 3º año. También nos leyeron unas poesías y cantaron una canción para nosotras. Ese es un recuerdo que nunca me voy a olvidar. Eso demuestra la humildad que poseen y el cariño y amor que ellos nos tienen”, relató con emoción.
Nota: Matías Gómez.
Fotos: Gentileza.
Corrección: Mariano Pennisi.
Contenidista: Emanuel Lorenzoni.
