LA BIENVENIDA A LOS HÉROES DE MALVINAS
Un viaje, un final y un recibimiento que tardó 33 años
El llanto y los rezos sobre las tumbas de los soldados muertos en la guerra de Malvinas fueron tal vez el desahogo que les permitió cerrar un pasado. El viento frío secó las lágrimas de los recuerdos y se mezclaron con la alegría de volver, 33 años después, a los campos de batalla y revivir el sufrimiento y los gritos de la muerte. En ese pequeño pedazo de tierra fueron representantes argentinos agradecidos y orgullosos, pese al dolor guerrero, de haber sido llamados a defender la patria y la bandera que abrazan con el alma.
Cuando el colectivo que los trajo de regreso a suelo puntano comenzó a transitar los caminos más hermosos de las Sierras de los Comechingones, entendieron que no sería fácil enfrentar el recibimiento; que no sería fácil contener nuevas emociones. Nuevas emociones porque después del 14 de junio de 1982, cuando volvieron a sus casas en Argentina, no había nadie a la vuelta de la esquina esperándolos, solo encontraron el abrazo y el calor de la familia. Pero el domingo no fue igual. El pueblo de Merlo salió con banderas y adornó las calles para que el recibimiento fuera un reconocimiento, y complementara ese pasado como un galardón merecido, pero olvidado.
El gobernador de la Provincia, CPN Claudio Poggi, encabezó el acto que los 30 héroes no olvidarán en sus vidas, como tampoco lo hará cada integrante de su familia que vivió emocionado el reencuentro. La ceremonia fue el final de un viaje a Malvinas que duró una semana y que les permitió concretar el sueño del regreso.
El primer mandatario fue parte de la bienvenida y el receptor de tantos agradecimientos. Su gobierno hizo posible que en el marco del 31º Aniversario de la Guerra de Malvinas, el 6 de octubre de 2013, se promulgara la Ley Nº I-0859-2013 “Héroes de Malvinas” que reconoció la participación en aquella gesta histórica a los valientes soldados y militares de la provincia de San Luis, y se transformara en “el abrazo del pueblo” hacia los héroes, “por su lucha, en pos de nuestra soberanía nacional sobre las Islas, ofreciendo incluso su más preciado don: su vida”.
La acción se transformó en el reconocimiento a esos hombres “por su valor y patriotismo heroico”, estableciendo un beneficio económico provincial, de forma mensual, como así también la cobertura de obra social y aseguradora de riesgos del trabajo a favor de los veteranos. La norma también otorgó a los excombatientes una serie de beneficios fiscales con exenciones impositivas en los distintos impuestos provinciales, tasas judiciales y por servicios administrativos.
Edgardo Guerrero pudo homenajear a un soldado santiagueño y dejar sus rezos sobre las lápidas frías del cementerio de Darwin. Y también pudo flamear su bandera y llorar con sus camaradas. Dijo que sus palabras eran solo de agradecimiento hacia el pueblo sanluiseño y hacia Dios que le permitió soportar tanta emoción. Pero más allá del nudo en la garganta se acordó de todos, inclusive de Diego y Marcelo, quienes fueron los responsables de contar y retratar cada escena vivida en las lejanas tierras malvinenses: “No son solo periodistas, son unas personas hermosas”. Y del gobernador Poggi tomó prestadas algunas palabras: “Son dos gotitas en el mar, pero a nosotros nos hizo bien”.
A Mario Ciotti el recibimiento le calmó el dolor que trajo de la guerra y que su familia no logró calmar: “La emoción por este recibimiento es muy grande. Cuando volví la primera vez no había nadie, y hoy me encuentro con esta realidad. Pienso que las generaciones venideras van a poder llevar adelante una sociedad mejor, sabiendo que la guerra no sirve para nada”.
Pedro Miranda partió hacia Malvinas con la certeza que estar allá sería como abrazar a su madre. A su regreso, en medio de las lágrimas, sostuvo que la sensación fue “exactamente” esa que siempre imaginó; en realidad la que necesitaba y esperó por tantos años. “Fue terapéutico porque muchos pudimos derramar lágrimas sobre las tumbas y fue el desahogo. Agradecemos esta oportunidad que nos permitió cerrar un círculo de dolor. Son cosas que vamos asumiendo y recapitulando, no somos personas especiales, somos como cualquier otra, solo que tuvimos que pasar por una guerra. Eso fue lo que nos tocó vivir”.
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Video: Pedro Miranda, del Centro de Excombatientes del San Luis
Video: Edgardo Guerrero, del Centro de Excombatientes de Villa Mercedes
Video: Mario Ciotti, del Centro de Excombatientes del Valle del Conlara
Video: Juan Carlos Agüero, excombatiente
Video: Oscar Alfredo Moreno, excombatiente
Video: Marcelo Gabriel Nollac, excombatiente
Video: Marcelo Lacerda, fotógrafo de ANSL
Video: Pedro Miranda, excombatiente
Video: Roque Adrián Juárez, excombatiente
Nota: Catalina Ysaguirre.
Fotos: Jesica Flandes.