ULP - ROBOCUP 2015
Los chicos de Rescate B y un desafío fuera de órbita
Andrés, Ezequiel y Lucas compitieron solos en una categoría que les exigía “salir de la caja” y pensar nuevas estrategias. La experiencia de un equipo que aprendió de sus errores para triunfar en la arena de juego y llegar así a lo más alto de la provincia.
Si algo tienen en común los hermanos Andrés (18) y Ezequiel Córdoba (16) con Lucas Orozco (17) son las agallas para aceptar nuevos desafíos. Hace dos años decidieron fusionar los grupos que integraban por separado para crear Iron Fénix Team. El último fin de semana, en el campus de la Universidad de La Punta (ULP), su equipo se ubicó entre los tres mejores de la final provincial de la Robo Cup 2015, en la categoría Rescate B.
A diferencia de la categoría Rescate A, en la que se enfrentaron siete equipos de San Luis, Villa Mercedes y Merlo; la competencia que involucró a los chicos de Iron Fénix Team significó un reto contra ellos mismos. Si bien su robot Maschebot compitió en soledad, debió alcanzar las expectativas mínimas de la categoría Rescate B para subirse al podio de los campeones.
“Lo que más nos gusta de Rescate B es el desafío que representa. Nos obliga a usar nuestra creatividad mucho más y a tener bien aceitado el trabajo en equipo”, asegura Lucas. Él es quien se encarga de la mecánica del robot. Sus compañeros, Ezequiel y Andrés, en tanto, abordan las cuestiones de programación y electrónica, respectivamente.
El taller de Robótica extracurricular de la ULP fue el lugar donde los chicos aprendieron y perfeccionaron sus roles. Allí también hicieron nuevos amigos y hasta Andrés encontró su verdadera vocación (hoy estudia Ingeniería Mecatrónica en Villa Mercedes). Pero, fundamentalmente, los chicos descubrieron la magia, el esfuerzo y el desafío que esconde Rescate B.
¿En qué consiste?:
Esta categoría simula un escenario de catástrofe, donde el robot debe localizar y rescatar a las posibles víctimas. Sin líneas que lo orienten, debe recorrer cada una de las habitaciones de un edificio y detectar, a través de sus sensores, si hay o no víctimas humanas, que son representadas por resistencias o elementos que emiten calor.
“En esta categoría, el robot tiene que atravesar una especie de laberinto para llegar a las víctimas y suministrarles un kit de rescate o primeros auxilios. Por eso, es importante que tenga bastante información para resolverlo por sí solo”, explica el menor de los Córdoba.
Maschebot, una máquina que la rompe:
Formado por dos placas controladoras; sensores de ultrasonido y calor; cuatro servomotores y un giroscopio que permite realizar giros exactos (entre otras piezas), el Maschebot es el “caballito de batalla” de Iron Fénix Team. Nombrado en homenaje al jugador de la Selección Nacional de Fútbol, dejó su huella en la final internacional de la Robo Cup 2014.
“Nuestro robot se hizo conocido por subir y bajar una rampa en dos ruedas. A los jueces les causó mucha gracia. Decidimos ponerle Mascherano a nuestro robot porque siempre va para adelante, con fuerza”, recuerda Andrés.
Informes: [email protected] – Tel: 4452000 (interno 6089).
Nota: Prensa ULP.
Foto: Axel E. Seleme.
