FUE SECUESTRADO EN EL NORTE
Un mono carayá llegó en tránsito al Centro de Conservación
El equipo de Biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente respondió ayer un triste llamado. Desde una tienda de mascotas en el centro avisaron que les habían entregado un mono carayá.
“Llegamos al local y encontramos al animal, que es muy joven, calculamos que no alcanzó el año aún. Estaba muy nervioso. Lo trasladamos en una jaula y allí se calmó un poco. Lamentablemente no es la primera vez que nos enfrentamos a un caso así. Sabemos que estos animales, oriundos del norte del país, son capturados luego de matar a su madre y al resto de los adultos del grupo que los defienden. Luego los emborrachan para trasladarlos por miles de kilómetros hasta llegar a una ciudad donde los venden. Cuando se pasa el estado de borrachera es cuando el animal, lógicamente, se muestra agresivo y comienzan los problemas”, detalló el jefe de Programa Biodiversidad.
El animal fue trasladado al Centro de Conservación en una jaula especial, donde una mantita celeste intentaba reemplazar el calor de que quienes ya no estaban cerca. Había una banana a medio comer, y ese mono tan agresivo, según describieron, sólo miraba por las rendijas de la jaula, con la mirada perdida, triste, como tratando de entender qué había pasado. Pese a su inteligencia que distingue a su especie, probablemente nunca entienda la crueldad de la que fue víctima.
Luego del correspondiente chequeo sanitario y análisis del comportamiento en el Centro de Conservación de Vida Silvestre será trasladado a un Centro de Rescate, Conservación y Orfanato de primates en la provincia de Córdoba. “En La Florida no tenemos monos, y no es el ambiente ideal para ellos, ya que no es una especie autóctona, por lo que será trasladado a este Centro especializado en La Cumbre, que desde hace 14 años se dedica a la conservación de la especie, y donde vive una tropa de 70 carayás en grupos. Es lo mejor que podemos hacer por este animal que fue arrancado de su familia y su hábitat”, destacó la ministra Daiana Hissa.
Por su parte el responsable del Programa Biodiversidad, explicó: “Si bien estos monos no están amenazados ni en peligro de extinción, el daño que se hace al ecosistema es enorme porque, en la mayoría de los casos, es muy difícil reinsertarlos en su hábitat, sobre todo cuando han sido sustraídos de tan pequeños. Además, en el caso particular de los carayás, mientras son chiquitos los monos van en las espaldas de su madres permanentemente, para quitárselos es necesario matarlas porque pelean por su cría muy violentamente. La pérdida es, por lo menos, doble”.
En ese Centro, según explican los profesionales que trabajan allí, “enseñan a los monos a volver a ser monos” con un considerable éxito, habiendo logrado nacimientos exitosos con segunda generación. Sin embargo, aclaran que el proceso de rehabilitación es largo y su duración depende de la personalidad y la historia de cada ejemplar.
También trabajan en la creación del santuario del carayá en el ambiente natural, para trasladar los grupos rehabilitados. “Los animales silvestres NO son mascotas. Los pumas, tortugas, loros, monos, aves silvestres y demás especies, no deben ser mantenidos en cautiverio o tratados como mascotas. Su tenencia representa un grave daño tanto para el ecosistema como para las especies y un verdadero peligro para la salud de las personas, además de constituir una infracción a las leyes provinciales”, subrayó la ministra Hissa.
Monos carayás
Son los primates más australes del mundo, se los conoce como monos carayás o aulladores. Habitan en grupos, en áreas de bosque y montes del noreste argentino.
Si bien aún no aparecen en las listas de especies amenazadas, tienen tres grandes problemas en nuestro país:
1) Disminución de sus ambientes naturales: la tala indiscriminada de los montes y el avance de la frontera agrícola, especialmente del cultivo de soja, provocan que día a día el carayá, junto a otras especies, se queden sin sus hábitats naturales.
2) A nivel mundial, es una especie considerada de difícil mantenimiento en cautiverio, ya que no se adaptan ni reproducen en zoológicos, y en cautiverio no suelen sobrevivir los dos años.
3) Es el mamífero más comercializado ilegalmente en el país, es la especie símbolo del tráfico ilegal interprovincial. Se los captura de bebés, matando a sus madres para, luego, venderlos como mascotas. Se estima que de seis crías capturadas, solo una sobrevive. Su tenencia es ilegal pero la gente los compra y cuando se cansan de tenerlos los desechan en zoológicos y lugares no especializados, simplemente los abandonan. Luego llegan al Centro de Rescate desnutridos, hipotérmicos, asustados, atados del cuello y convertidos en animales que al haber vivido en jaulas muy pequeñas, ni siquiera saben subir a un árbol.
Denuncie la tenencia, caza y tráfico de animales silvestres a la línea gratuita: 0800-222-4173 o por mail: [email protected]
Nota y fotos: Prensa Ministerio de Medio Ambiente – Paula Kraliczek