Regreso a Malvinas
Subir para contarlo
Ayer los veteranos caminaron por los montes Longdon, Williams, y Tumbledown. Además este jueves visitaron el Faro Cabo San Felipe, ubicado en el extremo de Isla Soledad. Entre lágrimas o silencio, los 20 ciudadanos heroicos ensamblan su pasado y buscan paz.
Durante 32 abriles no reconstruyeron sus vidas únicamente a imagen y semejanza del dolor. Sobrevivieron a la posguerra, para contarlo resurgen hoy en Malvinas. Aunque el pasado reaparezca, indiscreto, implacable, sin horarios, sin cortes comerciales, mientras se cruza la calle británica o circula un mate entre amigos.
“Casi 20 km caminando, tuvimos llovizna, escarcha viento de 50 km por hora y temperatura de 4 grados”, cronicó el camarógrafo Juan Moyano, este miércoles cuando los veteranos recorrieron los montes Longdon y Williams.
Tumbledown quebró al merlino por adopción Jorge Luis García (51), quien a los 18 años, en plena guerra, dijo que permaneció 74 días adentro de un pozo en ese monte.
“Este es el lugar donde a veces nos daban un poco de comida caliente. Me acuerdo que también han dado una misa acá. No llegué a mi posición pero voy a dejar lo que traje en recuerdo a mis compañeros que quedaron acá en las Islas”, le relató al periodista Mario Pérez.
García describió que desde su lugar tuvo que aguantar varios bombardeos nocturnos de los buques británicos. Después, con el repliegue fue capturado como prisionero en Puerto Argentino.
Acerca del emotivo regreso, compartió: “Estaba apurado por llegar. Ya me encuentro en paz”
“¿Cómo hiciste para aguantar?”, le preguntó Pérez. El integrante del centro de ex combatientes del Valle del Conlara contestó:”Porque creo que todos los que volvimos somos iluminados por el cielo. Por algo vinimos a este mundo y el universo quiso que nosotros los que estamos acá volviéramos con vida. “
Este jueves, algunos veteranos visitaron además el Faro Cabo San Felipe en la península. “Está todo muy cambiado. La usina fue alcanzada por una bomba y se incendió”, explicó Juan Sarufín, encargo de balizar las pistas de aterrizaje.
“Creo que este fue uno de los lugares en donde más pólvora nos tiraron. Normalmente de día los aviones cada dos horas pasaban patrullando y nos tiraban bombas. Por las noches se acercaban los barcos y nos cañoneaban, o sea que era zona de ablandamiento”, detalló.
En 1982, desde el Faro San Felipe, Jorge Gutiérrez controlaba los buques enemigos que entraban a Puerto Argentino. Este jueves revivió los 15 días en aquel sector. También explosiones, miserias, heridos y entierros. Es que ante semejante panorama Gutiérrez dice que lo más recuerda de entonces es que no podía llorar. “No hay palabras que agregar. Estoy tan contento. Vos mismo viste cuando llegué. Se me cayeron las lágrimas, lloraba porque no lo podía creer. Volver a este mismo lugar que estuve hace 32 años”, le dijo con voz temblorosa a Juan Moyano.
En lo alto, entre las históricas paredes heladas por el mar confesó: “Cuando veía las cruces lloraba, cuando fui a Darwin, también se me aflojó el cuerpo, lloré, como acá estoy llorando también.”
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Nota: Matías Gómez
Fuente y fotos: Juan Moyano- Mario Pérez, enviados especiales a Malvinas.