Miles de fieles peregrinarán a Villa de la Quebrada y Renca

Las dos festividades religiosas más importantes que tiene la feligresía católica puntana, el Santo Cristo de la Quebrada y la adoración de Nuestro Señor de Renca, comienzan a vivirse hoy por la noche en San Luis.

Con la tradicional peregrinación que se iniciará esta noche en la ciudad de San Luis, y que finalizará en Villa de la Quebrada, a unos 40 kilómetros al norte de la capital provincial, comenzará formalmente la Fiesta del Santo Cristo de la Quebrada.

Abuelos, padres, hijos, ancianos y jóvenes, todos participarán con gran devoción de la fiesta religiosa de Renca y Villa de la Quebrada. Se espera que casi 200 mil peregrinos, en una avalancha de fe. Los fieles llegan desde distintos puntos del país, e incluso del extranjero, rendirán tributo desde esta noche al Santo Cristo de la Quebrada, con una peregrinación multitudinaria, que iniciará a las 22:00 en el Puente Favaloro, en la intersección de las rutas 146 y 3 en San Luis, y finalizará el jueves 1º de mayo, poco antes de las 6:00 en la villa.

También se realizará la caminata para venerar a Nuestro Señor de Renca, que sale desde la localidad homónima del Valle del Conlara, a 137 kilómetros al norte de la capital provincial, en las cercanías de Tilisarao, y que finalizará el 3 de mayo a la mañana, con una solemne procesión presidida por el obispo de San Luis, monseñor Pedro Daniel Martínez.

• El Cristo de la Quebrada

Decenas de miles de fieles peregrinarán hacia la Villa de la Quebrada, donde se encuentra la imagen de un Cristo que fue hallada en la entraña misma de un algarrobo añejo por el hachero don Tomás Alcaraz, a mediados del siglo XIX. Esta manifestación lo impulsó a construir una capilla en el lugar del hallazgo. Con los años nació una pequeña villa a su alrededor y los creyentes cristianos comenzaron a venerar la misteriosa imagen. Con el correr del tiempo, se le han atribuido múltiples milagros concedidos por el Cristo encontrado por Alcaraz. Por esta razón, el fervor religioso congrega año tras año frente a la imagen a miles de fieles.

• El Señor de Renca, señor de los milagros

En el valle chileno de Limache un indio ciego empuñaba un hacha para derribar un espinillo, con tan buena suerte que el primer hachazo hizo saltar unas gotas de savia a sus ojos; al frotárselos porque el líquido le quemaba demasiado, recuperó la vista y vio esculpida en el tronco una imagen de Nuestro Señor. Leopoldo Lugones ha escrito al Señor de Renca un extenso poema, el que dedica a Arturo Capdevila. Relata allí que el pobre ciego se ganaba la vida tocando un violín que él mismo se había construido con madera del lugar y cuerdas de tripa de los animales que cazaba con la ayuda de un chico que le servía de lazarillo. En lo que el indio curado ve, es donde el relato popular introduce sus variantes –que en definitiva no hacen mella a la devoción- puesto que mientras unos dicen que palpó a ciegas con las manos una imagen de Jesús, otros afirman que lo que encontró al recuperar la vista fue un pequeño Cristo dentro del hueco carcomido del árbol.

Nota: Fernando Romero

Fotos: Archivo ANSL