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TRAGEDIA EN NASCHEL
sábado, 15 marzo de 2014 | 17:08

“Me apuntó, pensé que me mataba pero remató al comisario”

Martín Estrada, dueño del boliche Natacha, estuvo en la mira del homicida de Naschel, Walter Talquenca, en tres oportunidades y, milagrosamente, salió ileso. “Fue algo inesperado, algo que no tiene nombre”, dijo.

Martín Estrada, desconsolado

Martín Estrada, busca consuelo

Esta madrugada, un inspector de la policía de San Luis, que estaba de franco, ingresó al boliche ubicado en las calles San Martín e Independencia, propiedad de Estrada, y comenzó una balacera sin miramientos dentro del lugar. “Yo estaba en la parte del fondo del boliche, en la barra, cuando lo vi entrar disparando al que se le cruzaba, iba apuntando y tirando constantemente, hiriendo al que se le cruzaba”, explicó Estrada, quien, aun consternado, dio más detalles sobre el fatídico momento. “Llega a la barra, viene enfrente mío y apunta, pensé que me apuntaba a mí, pero le pega a una chica que estaba al lado mío, un tiro en la cara, y lo único que atiné fue a abrir la puerta de emergencia que tenía justo al lado”.

Estrada relata lo sucedido

Estrada relata lo sucedido

El propietario del lugar contó que, cuando abrió la puerta, “veo que sale de atrás mío y me apunta, y pensé que me mataba, y de pronto, por la otra puerta de emergencia, venía saliendo un comisario herido y cuando me apunta a mí, en vez de dispararme, lo remata al comisario y lo mata en la puerta del boliche”.

Frente del boliche "Natacha", lugar de la tragedia

Frente del boliche “Natacha”, lugar de la tragedia

Luego afirmó que el asesino le volvió a apuntar, pero Estrada salió corriendo y se escondió detrás de una camioneta. “Se ve que estaba shockeado porque no me tiró y salió corriendo”, agregó.

Estrada dijo que a Talquenca lo conocía del pueblo, que era un padre de familia y que era la primera vez que lo veía en el boliche. A su mujer tampoco la había visto en el boliche, sin embargo la conocía también de vivir ahí. “El boliche estaba funcionando normalmente, no hubo ningún indicio de disturbio, había una banda de Tilisarao tocando. Gracias a Dios no había tanta gente como otras veces”, afirmó el dueño del boliche, quien calcula había alrededor de 280 personas ese día.

Por otro lado, la familia de la esposa de Talquenca, Laura Pereyra, no quiso hablar con la prensa. Sus padres sólo se limitaron a decir: “Hay muchas mentiras que se andan diciendo. La justicia es la que va a dictaminar. Eso es todo lo que vamos a decir”.

 

 

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