PUNTANIDAD
Liberato Tobares: “Hay que ver el futuro con optimismo”
La obra del historiador Jesús Liberato Tobares, “Rastreando el rumbo”, cimentada en trabajos de campo, archivos y metafísica, rescata, entre otros aspectos, el valor de las artesanías y la cosmovisión del hombre folk. “Uno siempre está tocando las raíces espirituales y afectivas del ser”, aseguró.
¿Quién diría que el folclorólogo que más ha estudiado la Puntanidad también relee a un escritor chino? A la mitad de la presentación de su libro “Rastreando el rumbo”, Liberato Tobares (85) dijo: “Es la tarea que señala Dilthey ‘explicamos la naturaleza, comprendemos la cultura’. Comprender no solo es importante en la cultura sino también en la vida. En ese sentido, Lin Yutang dejó una hermosísima obra titulada ‘La importancia de comprender’”.
Ese libro, junto a “La importancia de vivir”, son clásicos en occidente para conocer, desde una perspectiva moderna, la ancestral cultura oriental. Con estilo ameno, el escritor reflexiona sobre temas como el ocio, la felicidad, el arte, la sabiduría y la religión. Al final, Tobares, nacido en San Martín y galardonado con la distinción “Pueblo Puntano de la Independencia”, detalla: “A Lin Yutang lo frecuento desde hace muchos años y esos dos libros son formidables. El autor se ha preocupado mucho por investigar y escribir sobre el problema del hombre más que por los problemas geográficos o de paisajes”.
Aparte de las tonadas y las historias de los humildes, el historiador agrega qué más nutre su profunda filosofía. “‘Rastreando el rumbo’ tiene una mirada metafísica”, revela. “Uno siempre está tocando las raíces espirituales y afectivas del ser”, asegura.
“Tobares es esencialmente un observador que mira y nos describe al San Luis del pasado, del presente y ahora nos da una mirada al futuro en este libro”, dijo el candidato a gobernador de la Provincia, Alberto Rodríguez Saá, durante la introducción en la Sala “Berta Vidal de Battini”, un día antes del aniversario 421 de la ciudad capital.
Aunque escrita hace tiempo, el historiador de gruesos lentes, repasó los capítulos que componen su obra, editada mediante San Luis Libro, donde también analiza los valores cívicos que transmite el Martín Fierro y sus transgresiones al Derecho.
El trabajo completo combina investigación de campo más gabinete. Tobares recorrió diferentes archivos históricos, eclesiásticos, gubernamentales, judiciales, parajes, vecindarios, estancias, puestos, cerros, ríos, quebradas y escuelas. “Hemos andado en caminatas, de noche, con neblina, lluvia, por caminos pésimos y por campos sin caminos”, describió. “En las escuelas, a pedido de sus maestros, les hemos dado clases de folclore”, continuó aplaudido.
En dos puntos, el autor derrochó su vasto conocimiento: las artesanías y el animismo. “El esplendor de las artesanías en una comunidad determinada corresponde a una filosofía de vida. Pues ninguna artesanía florece en una sociedad dominada por el materialismo. Por otra parte, todo ser humano tiene en su alma la inquietud por trascender y la necesidad de expresión. La artesanía es una manifestación de ese sentido trascendente de la existencia. La técnica puede proporcionar comodidad al hombre, la artesanía, en cambio, puede brindar satisfacción espiritual”, comparó.
“En la hora actual constituye un imperativo categórico trabajar por definir la imagen y el espíritu de las regiones y provincias argentinas. Los músicos no pueden prescindir de los ritmos que le dieron sabor y motivos al cancionero popular. Los escritores debemos reflejar nuestra pluralidad expresiva y los usos que nos distinguen. Debemos dar testimonio de nuestra tradición folclórica. Las artesanías constituyen un lenguaje rotundo. Es imperioso destacar su importancia en la educación rural”, observó sobre el escenario, delante de una colorida tapa gigante de su libro.
“La mentalidad del hombre primitivo, y gran parte de la mentalidad del hombre folk, está dominada por el animismo. ¿Qué es el animismo? Es la creencia de la presencia de un alma en las cosas y en los fenómenos de la naturaleza. Los hombres se comportan conforme a la norma de retribución, castigo y recompensa. Por ejemplo: la lluvia, la cosecha abundante, el rebaño multiplicado o la buena salud, son premios a la buena conducta. En cambio, la avaricia, la tempestad, la rabia son castigos a las malas acciones. Es una interpretación personalista y por lo tanto socio-normativa de la naturaleza. En cambio, el hombre moderno atribuye la lluvia, el viento y el granizo a causas ajenas al alma, a causas inherentes a la naturaleza misma. Es el principio de causalidad”, expuso Tobares en la mesa conformada además por la ministra de Turismo y Las Culturas, Liliana Bartolucci.
“El hombre folk -explicó- no mira al tiempo con la mecánica de los relojes. El tiempo tiene un dimensión más cósmica del tiempo, no hay medida de calendario, simplemente es el tiempo de la siembra, la lluvia, la cosecha, la sequía; el tiempo del amor y del olvido, de la vida y de la muerte. El espacio, en el ámbito urbano, se dimensiona por las leyes físicas. En el ámbito folk en función de intuiciones metafísicas. Pero lo más importante es el concepto de pertenencia. Aquí la posición del hombre folk es diametralmente opuesta a la del hombre urbano. Para este la tierra le pertenece, forma parte de su dominio, de su propiedad. En el ámbito folk el hombre es de la tierra”.
En este sentido, Liberato citó la visión de los indios pieles rojas: “Cada partícula de esta tierra es sagrada para el pueblo”. El folclorólogo además leyó la oración por nuestra tierra, publicada en la encíclica “Laudato Si”, del papa Francisco.
Cerca de concluir, indicó que el hombre folk es andariego pero volvedor y tiene un profundo afecto por el campo y la guitarra. Tobares poetizó: “Nos hemos preguntado muchas veces por qué el paisano en trance de muerte, siendo un hombre profundamente creyente, en vez de llamar al sacerdote para que le dé la extremaunción, llama al guitarrero amigo para que le cante la última tonada. Seguramente es para él la forma más sentida de despedirse de su tierra, de decirle adiós a sus cerros, a sus valles, a su pampita. Sentir que el canto como una mano amiga le aquieta los latidos finales de su alma. Una forma de comulgar por última vez con la armonía y la belleza”.
En busca de principios que señalen rumbos orientadores en la “cultura dinámica y perfectible”, el historiador pidió trabajar por la consolidación del ser nacional. No obstante, días antes de la presentación, aclaró: “la Puntanidad no es más importante que la Salteñidad. Esos apegos tienen que ser respetuosos de las otras culturas. No le demos a la Puntanidad una importancia mayor de la que, por supuesto, ya tiene, y tratemos de que sea una oportunidad abierta, no excluyente o de superioridad frente a otras situaciones”.
“Importante tarea debe cumplir el escritor; en estos tiempos han quedado atrás los lucimientos del arte por el arte, para asumir la responsabilidad de un arte al servicio del hombre”, consideró Tobares, quien añadió que esa identidad está formada por saberes académicos, folclóricos y de las culturas originarias.
“En esos cimientos de nuestra identidad debemos apoyarnos para resistir los embates a pie firme de la globalización. La respuesta más efectiva a la globalización es construir la sociedad de la educación y la cultura. El poder en nuestros días tiene un nombre propio: es el conocimiento. Entonces el Estado debe invertir en formación e investigación. A veces, resulta alentador y satisfactorio que el Gobierno de la provincia esté empeñado en promover y ejecutar planes de educación que brinden a los jóvenes puntanos seguras posibilidades de formación”, dijo.
Liberato cosechó más aplausos al subrayar: “La poesía de Agüero es fundadora. Y este poeta es nuestro más alto cantor de la Puntanidad”. El investigador enalteció también a otros cinco escritores fundadores de la literatura puntana: Berta Vidal de Battini, Polo Godoy Rojo, Dora Ochoa de Masramón, María Elena Gatica de Montiveros, y Urbano J. Núñez.
En el cierre, Gabriel Cantisani y Marianela Arce cantaron “Caminito del Norte”, en el auditorio al cual asistieron alumnos de varias escuelas de la ciudad, funcionarios y el embajador de Taiwán, Lien Sheng Huang.
Asimismo, este martes, don Tobares cerró el III Congreso Latinoamericano de Arte, Educación y Discursos, en el Salón Blanco del Poder Judicial (ex Casa de Gobierno), “El aporte del Departamento Libertador San Martín a la formación del Ejército de los Andes” fue el título de su charla.“
Sociología”, “Cerro Blanco”, “El hombre y la poesía”, “Folklore sanluiseño”, “Gente de mi pago”, “San Luis de Loyola Nueva Medina del Río Seco”, “El cuchillo”, “Creencias y supersticiones vigentes en la Provincia de San Luis”, “Supervivencia de voces quechuas en el habla de San Luis”, “Leyenda e historia de la mujer puntana”, “San Francisco del Monte de Oro”, “Las postas en San Luis”, “San Luis de Antaño”, “La Tonada Cuyana”, “Rincón de Rosales”, “Folklore Puntano”, “Noticias para la historia de los pueblos de San Luis”, “La Puntanidad”, son algunas de sus obras.
“Hay que ver el futuro siempre con optimismo. Ojalá que los jóvenes trabajen con el mismo ahínco que trabajamos nosotros por esta tierra que nos pertenece y nos protege”, indicó mientras firmaba algunos ejemplares y se fotografiaba con su numerosa familia.
Nota y fotos: Matías Gómez.
Corrección: Mariano Pennisi.
Contenidista: Cecilia Sosa.