Los chicos conocieron el Monte San Miguel
En su quinto día en Europa tuvieron la oportunidad de visitar la cadena montañosa de la Región Baja de Normandía.
Se encuentra a 350 kilómetros de París, y los 14 ganadores de las Olimpiadas Sanluiseñas del Conocimiento llegaron al peñón del Monte San Miguel: un vestigio de las montañas formadas hace 600 millones de años.
Para llegar a este lugar histórico, los jóvenes puntanos tomaron un tren de última tecnología, con servicios a bordo, a las 7:00. Arribaron cerca de las 11:00 al pueblo que se encuentra debajo del Monte San Miguel. Allí los esperaba una guía turística que explicó con gran didáctica la historia del sitio.
Descripción en palabras que invita a imaginar
Esta increíble obra está rodeada por una abadía de 45 mil hectáreas, construida durante la Guerra de los Cien Años. Actualmente, en el convento residen 25 personas, entre ellos ocho monjes y seis monjas. En el año 708, el Obispo Avranches Aubert decidió construir un santuario en este sitio.
Los numerosos edificios del lugar son clasificados, individualmente, como monumentos históricos. Durante varias horas, los chicos subieron escaleras de piedra que conducían a los espacios que utilizaban los reyes y monjes de la época.
Una experiencia inigualable
La ganadora de la disciplina Astronomía, Guadalupe Petrino (18), contó que le gustaron las obras medievales, ya que está en primer año de arquitectura. “Soy católica apostólica romana así que fue una experiencia gratificante”, remarcó.
“La obra es perfecta para la época en la que fue construida, su arquitectura gótica y romana me servirán mucho para mi carrera. Los monjes eran muy sabios; ellos fueron los arquitectos e ingenieros del lugar, no escatimaron esfuerzo en levantar un pueblo donde el centro era la iglesia dedicada a San Miguel Arcángel”, explicó Guadalupe.
Por otra parte, Fátima Páez (17), amiga y compañera de habitación de Guadalupe, quedó perpleja al percibir la impresionante obra arquitectónica francesa. “Nunca había visto nada igual. Conocí de cerca donde vivieron los antiguos monjes y también los reyes. Es increíble que haya monjes que todavía vivan allí”, destacó.
En cuanto al diseñO del lugar, Fátima remarcó el arte empleado sobre la arquitectura y la vista preciosa del mar, un escenario natural que es motivo de contemplación para los monjes. “Pienso en la edad medieval y en la época de resplandor de la cristiandad y reflexiono en cómo los caballeros cruzados lucharon por causas nobles. Hoy debemos esforzarnos por hacer las cosas de la mejor manera posible”, profundizó.
