FAUNA NATIVA
Un cóndor andino encontrado en Villa de Praga se recupera en el Ecoparque de Buenos Aires
Es un juvenil sin experiencia de vuelo. De acuerdo al protocolo del Programa de Conservación de Cóndor Andino se sumará a una bandada junto a otros de su especie que tienen las mismas condiciones para abrir sus alas. Ssi la evolución es exitosa lo liberarán en las Sierras de Pailemán, en la provincia de Río Negro.

Es el segundo ejemplar sin experiencia de vuelo en ser enviado a Buenos Aires, el primero fue un cóndor andino hembra, que fuera rescatado en las aguas del Dique Luján y posteriormente derivado al Centro de Recuperación de Especies de Temaikén (CRET).
Esta vez, un ejemplar macho juvenil fue rescatado en Villa de Praga, con una estadía breve pero necesaria, arribó al Centro de Conservación de Vida Silvestre de La Florida. Allí fue delineado el operativo de traslado áereo y los primeros chequeos del ejemplar, a cargo de la médica veterinaria, Andrea Gangone. Como ocurre en este tipo de casos, al no poder revincularse con su padre o madre, que son los que enseñan la destreza del vuelo, debe ser asistido por una bandada o un grupo de cóndores, en condiciones similares, para emprender vuelo, en un proceso largo, de hermandad y monitoreado permanentemente por profesionales.
De esta forma y acordándose con el Ecoparque de Buenos Aires, el ave fue trasladada a esas instalaciones donde el presidente de la Fundación BioAndina, Luis Jácome, la directora ejecutiva Vanesa Astore y la bióloga Daniela Rodríguez, concluyeron con la llegada del animal al recinto donde comenzará a socializar con sus pares.

¿Por qué un cóndor de San Luis puede ser liberado en la Patagonia?
El PCCA (Programa de Conservación del Cóndor Andino) logra recuperar cóndores andinos a lo largo y ancho de Sudamérica, haciendo un descomunal esfuerzo por el cóndor andino (Vultur gryphus) porque se trata de una especie amenazada y en peligro de extinción, de gran valor cultural y ecológico.
El PCCA tiene su dispositivo de liberación de cóndores sin experiencia de vuelo en la base de campo de sierra Pailemán, cerca de la costa atlántica. “En este lugar, hay una plataforma de liberación, que es un recinto grande, en el cual los cóndores van dos meses antes de su liberación a aclimatarse al lugar que queda en el filo de la sierra, y así interactúan con el viento, comenzando su adaptación”, afirmó Daniela Rodríguez, del PCCA.

“En sus prácticas de vuelo, van haciendo vuelos muy torpes, pintorescos, hasta que de a poco y junto a sus pares van aprendiendo el arte de volar, en este caso de manera colectiva”, subrayó.
Otro proceso clave es la conformación de la bandada. Mientras son pichones, deben ayudarse unos a otros para volar, lejos de sus nidos y sus padres, como bandada deben valerse por si mismos. “Los cóndores se unen se consocian y vinculan entre ellos para lograr superar en equipo cada uno de sus desafíos. No están mamá y papá, como en la naturaleza, entonces lo hacen juntos, en bandada, aprendiendo de la mano a volar e interactuando ‘ala a ala’ con los cóndores que ya están en Pailemán”, recalcó Rodríguez.
“En Pailemán, hemos liberado cóndores que han sobrevivido, que han crecido e incluso que han formado parejas y han tenido pichones. Tenemos registros de 10 pichones que han nacido en la zona”, concluyó. Con viento a favor y si logra recuperarse y superar todas las pruebas, el cóndor andino juvenil podrá ser liberado a más de mil kilómetros de su tierra natal.
