TRABAJO CONJUNTO
Impulsan una investigación sobre el impacto de la contaminación ambiental en la fauna nativa
Es la primera avanzada científica, luego de la rúbrica del acta complementaria firmada entre la secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable y la Universidad Nacional de San Luis (UNSL).

El acuerdo firmado días atrás potencia el trabajo conjunto en materia de conservación de la fauna nativa, con especial énfasis en las aves rescatadas y alojadas en el Centro de Conservación de Vida Silvestre de La Florida. Este acuerdo constituye un paso clave para profundizar el vínculo entre ambas instituciones y reafirma una política de articulación basada en el conocimiento científico. Por la UNSL trabajará el proyecto de investigación titulado: ‘Contaminación ambiental y su impacto en la fauna nativa’, dirigido por el doctor en Ciencias Biológicas, Fabricio Cid.

El investigador de la UNSL, director del Laboratorio de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia (FQByF), y actual secretario de Investigación, Desarrollo e Innovación del Rectorado, Fabricio Cid, explicó que este trabajo se trata de una acción concreta a la investigación aplicada como herramienta fundamental para la protección de la biodiversidad y del patrimonio natural provincial.
“Al CCVS ingresan aves nativas provenientes de situaciones de mascotismo, tráfico ilegal o vulnerabilidad ambiental. Cada ejemplar no solo representa una oportunidad de recuperación y reinserción en su ambiente, sino también una fuente invaluable de información para comprender el estado de salud de la fauna silvestre y los impactos ambientales que enfrenta. Desde la UNSL se realizarán diagnósticos sanitarios y ecotoxicológicos desde el ingreso de los animales hasta su rehabilitación y eventual liberación”, comentó Cid.

“Estas acciones permitirán generar información científica robusta, así como avanzar en la construcción de una base de datos bioquímica inédita para especies nativas de la región y el país, un insumo clave para mejorar las estrategias de conservación, manejo y restauración de poblaciones silvestres. De esta forma, se consolida un espacio de cooperación institucional orientado a producir evidencia científica de calidad, con impacto directo en la toma de decisiones”, enfatizó Cid, y precisó que de este modo el trabajo articulado entre la Universidad y el Estado provincial se proyecta como un aporte fundamental para la conservación de la fauna nativa y la preservación del patrimonio natural, fortaleciendo políticas públicas ambientales más eficaces, sostenibles y basadas en el conocimiento.

Estos estudios comenzaron hace más de dos décadas. En los ecosistemas naturales, la fauna está expuesta a una variedad de factores estresantes, como contaminantes, patógenos, fluctuaciones climáticas y cambios en la disponibilidad y calidad del alimento. Desde hace más de un siglo, las dietas de los animales no solo incluyen nutrientes y metabolitos secundarios vegetales, sino también contaminantes sintéticos de origen humano, como los plaguicidas organoclorados y organofosforados.

En la actualidad, a estos se suman los llamados Contaminantes de Preocupación Emergente (CPE) que son sustancias aún no reguladas, entre las que se encuentran fármacos, pesticidas, productos cosméticos e industriales, cuya persistencia y capacidad de provocar efectos subletales las convierten en una amenaza significativa para los ecosistemas y la salud.

El creciente uso de pesticidas y fármacos diseñados para actuar a dosis bajas, sumado a las actividades humanas que alteran la disponibilidad de recursos, podría estar contribuyendo a la actual crisis global que afecta a la vida silvestre. Ante esta combinación de estresores, los organismos deben realizar ajustes fisiológicos y conductuales para sobrevivir. En aves y anfibios, por ejemplo, se han documentado alteraciones asociadas a distintos contaminantes en parámetros hematológicos, inmunológicos, de estrés oxidativo y en la fisiología digestiva y reproductiva.
Sin embargo, aún es limitada la comprensión de cómo actúan estos factores de manera simultánea, una situación común en los ambientes naturales. Especialmente relevante es que un estado fisiológico deteriorado puede reducir la tolerancia de los organismos a compuestos tóxicos y potenciar sus efectos adversos.
