INFORME ESPECIAL
La Organización Panamericana de Salud eligió la ‘experiencia San Luis’ como referencia mundial
Un equipo especializado relevó durante dos días las estrategias de la cartera sanitaria provincial en la comunidad menonita de ‘El Tupá‘. Allí constataron el modelo que brinda accesibilidad en vacunación, controles médicos y asesoramiento en salud sexual, una guía que será incorporada como material de estudio para otros equipos técnicos de todo el planeta.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) seleccionó a San Luis como jurisdicción modelo en su estrategia de microplanificación en vacunación. Durante su reciente visita al país, el organismo internacional decidió documentar el trabajo del ministerio de Salud provincial con la comunidad menonita del sur ‘El Tupá’, por considerarlo una experiencia valiosa para el diseño de políticas en otros países del continente.
La OPS busca mostrar cómo, con presencia sostenida, respeto cultural y estrategias adaptadas a cada territorio, es posible superar barreras históricas de acceso a la salud. La ‘experiencia San Luis’ reúne esas condiciones y por ese motivo será tomado como referencia para la formación y el trabajo de los equipos técnicos de la región.
Una relación sanitaria excepcional en un contexto cultural único
Las comunidades menonitas ‘El Tupá’ y ‘Don Alberto’, ubicadas en cercanías de Arizona y Nueva Galia, forman uno de los asentamientos más recientes de este grupo religioso en Argentina. Llegaron desde Chihuahua, México, y eligieron un predio rural para preservar su modo de vida, marcado por reglas claras, autonomía interna y una profunda identidad comunitaria.
Cada comunidad es conducida por un ministro o jefe, elegido por votación entre los hombres casados. Esta figura ordena la vida cotidiana, resguarda las tradiciones y define lineamientos centrales en salud y educación. En este marco, cualquier intervención sanitaria requiere sensibilidad cultural, tiempos prolongados de acercamiento y un trabajo territorial que priorice la construcción de confianza.

Cómo se construyó el vínculo: pasos firmes, presencia real
El ministerio de Salud inició su acercamiento a la comunidad mediante un proceso pausado y respetuoso. Ganarse el permiso de ingreso requirió diálogo, explicaciones claras y una presencia sostenida que nunca buscó imponer prácticas, sino acompañarlas.
Gracias a ese proceso, en la actualidad existe un trabajo sanitario activo que incluye vacunación y actualización de calendarios, controles clínicos y pediátricos mensuales, asesoramiento en salud sexual y reproductiva y un seguimiento de pacientes con enfermedades crónicas.
Más del 70% de las familias recibió al menos una dosis del Calendario Nacional de Vacunación, un avance significativo dada la autonomía cultural de la comunidad.
La ‘experiencia San Luis’
La OPS trabaja en múltiples países, recolectando experiencias que permitan mejorar el acceso sanitario en comunidades con particularidades culturales, idiomáticas o geográficas. En ese recorrido, solo algunos casos quedan seleccionados como modelos pedagógicos para los equipos técnicos del continente.
San Luis fue elegida por dos razones centrales. La primera es que la Provincia logró un vínculo sanitario genuino con una comunidad tradicional y reservada, sin vulnerar su identidad. Además, la estrategia territorial se sostuvo en el tiempo, hubo escucha y respeto cultural, tres condiciones esenciales para replicar el modelo.

Cada mes, el ministerio de Salud recorre cientos de kilómetros para llevar vacunación, clínica médica, pediatría y agentes sanitarios hasta el predio. La logística es significativa y se mantiene desde hace años.
Las mujeres cursan sus embarazos y partos en la Maternidad Luco de Villa Mercedes, y la comunidad utiliza con regularidad los centros de salud para controles y consultas. No registran reclamos y valoran positivamente el acompañamiento provincial.
El organismo internacional considera que San Luis se destacó no solo por su capacidad técnica, sino por haber aplicado la herramienta en una comunidad culturalmente particular, con resultados concretos y sostenidos. Esta experiencia ilustra con claridad cómo adaptar las acciones sanitarias a realidades que habitualmente presentan barreras de acceso.

La vida en ‘El Tupá’: producción, familia y una apertura que facilita el diálogo
La comunidad ‘El Tupá’ es, dentro del universo menonita, un grupo con apertura tecnológica: utilizan celulares, paneles solares, maquinaria moderna y herramientas industriales y agrícolas que sostienen su producción diaria.
La jornada laboral comienza a las 6:00 y se extiende hasta la noche. Se dedican a la metalurgia, agricultura y ganadería, tambo y ordeñe, quesería artesanal, ferretería y elaboración de aberturas.

Los varones estudian hasta los 13 años y luego se integran a los oficios familiares. Las mujeres, a cargo del hogar, la cocina, las huertas y algunos comercios, hablan principalmente alemán y sostienen la estructura doméstica tradicional. Las familias suelen tener hasta 10 hijos y los matrimonios se realizan dentro de la comunidad. Casarse fuera implica excomunión o reubicación en otra colonia.
Si bien al principio evitan fotos y registros visuales, con el tiempo aceptaron compartir retratos familiares, un gesto que refleja el nivel de confianza alcanzado con el equipo de salud.


