TURISMO Y CULTURA

Con la cultura criolla a flor de piel: historias, oficios y memoria en el Día Nacional del Gaucho


En conmemoración de esta fecha especial, el historiador y tradicionalista Martín Baca comparte anécdotas y saberes. Entre recuerdos, travesías y oficios que hoy sobreviven en pocas manos, su relato revela un espacio singular donde las raíces laten con fuerza.

En el Día del Gaucho, Martín Baca comparte anécdotas y saberes.

Este sábado se celebra en Argentina el Día Nacional del Gaucho, una fecha que invita a mirar hacia las raíces y a reivindicar las tradiciones que dieron forma a la identidad rural del país. En las sierras de San Luis, ese espíritu encuentra un eco particular en la voz del historiador y tradicionalista Martín Baca, quien comparte anécdotas, destrezas y saberes transmitidos a caballo entre generaciones.

Compañero imprescindible

Para recorrer y trabajar en las sierras puntanas, el caballo serrano fue durante siglos un aliado fundamental. Baca recuerda que este animal mestizo se definía por su rusticidad y su temple: “muy guapo para andar en las sierras”, afirma, adaptado a terrenos duros, quebradizos y desparejos.

Ese vínculo exigía hábitos precisos. Uno de ellos era el uso del cabestro cada vez que el jinete desmontaba. También el ensillado tenía un valor práctico y simbólico: peleros de lana, sillas criollas y maletas tejidas configuraban un equipo que combinaba tradición, trabajo y pertenencia. “Cuando viajaba, iba parte de esa tierra conmigo”, resume Baca.

Calíbar: un caballo y una historia

Entre sus animales más queridos se encuentra Calíbar, un caballo nacido en el año 2000 y amansado por él mismo. El nombre surgió en tiempos cercanos al nacimiento de su hija Monserrat, y resonó también con el capítulo referido a ese gran rastreador en la obra ‘Facundo’, de Sarmiento. Con Calíbar atravesó travesías exigentes, como aquella noche de frío intenso en Nogolí en la que “se me empacó, se me quedó duro”. Hoy, a sus 25 años, el animal aún mantiene su trote firme.

Baca destaca que la relación cotidiana con el caballo va mucho más allá del lucimiento en desfiles o celebraciones. Critica el “falso gauchismo” de quienes se acercan al animal solo para las fotos: “Son como muñecos de torta”, apunta, mientras revela que el caballo reconoce únicamente a quien lo trata a diario. Incluso el más manso, dice, puede reaccionar con brusquedad si hay frío, lluvia o cansancio.

Ensillado puntano

Dentro de la cultura ecuestre de San Luis, el ensillado puntano ocupa un lugar de enorme valor patrimonial. Baca rememora su visita a Santos Jofré, artesano de Quebrada Mala que todavía domina el método tradicional. “Ya no quedaba gente que hiciera monturas puntanas”, lamentaba el artesano, consciente de que ese oficio va quedando relegado con el paso del tiempo.

Estas monturas se elaboraban con bastos de álamo (madera blanda ideal para largas cabalgatas en terreno pedregoso) y cuero crudo, con arzones de hierro forjados a golpes, al rojo vivo, hasta obtener la característica forma de medialuna. El diseño incluía un faldón ancho para proteger al jinete del monte serrano, un arzón delantero o bajo para facilitar el viaje en zonas escarpadas. Existían variantes de campo, de travesía y otras ensambladas solo con tientos, heredadas de técnicas antiguas.

Más que una tradición: una forma de sentir

Aunque las monturas modernas hoy predominan y muchos oficios han quedado al borde del olvido, la relación entre el hombre y el caballo continúa siendo un símbolo profundo en las sierras puntanas. Para Baca, esa conexión es casi espiritual: “A veces necesito respirar el sudor del caballo”, confiesa. Esa frase, sintetiza la esencia de un vínculo que durante generaciones definió la vida criolla en la región.

Un día para honrar al gaucho

Cada 6 de diciembre, Argentina vuelve a sus raíces para celebrar el Día Nacional del Gaucho, fecha que conmemora la publicación (en 1872) de ‘El Gaucho Martín Fierro’, la obra con la que José Hernández capturó la identidad del hombre de campo.

El reconocimiento oficial llegó en 1993, cuando la ley Nº 24.303 y el posterior decreto 1096/96 establecieron la fecha de celebración. Además, nació la Comisión Nacional del Gaucho, dedicada a preservar las tradiciones criollas y garantizar que sigan vivas en cada región del país.

“Es importante destacar que el gaucho no es una etnia, sino una formación del criollo hispánico, es un ente social que es netamente pastoril, donde prevalece el ganado bovino o vacuno en fusión con el paisaje”, indicó Baca.



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