CIUDAD DE SAN LUIS
La tristeza se transformó en esperanza: “Me llamaron de Vivienda, vamos a tener nuestra casa”
María Sepúlveda y Víctor Borques recibieron la llave de su vivienda de la mano del Gobernador. El trayecto tardó 10 años. La adjudicataria contó que recibió la llamada de Vivienda justo cuando estaba por regresar a Tucumán, su provincia natal, después de haber perdido las esperanzas.
Después de una década de espera, intentos fallidos y la pérdida de esperanzas en la provincia, María Sepúlveda y Víctor Borques finalmente recibieron la llave de su hogar. La familia, que luchó contra el desempleo y el peso del alquiler, vivió este jueves una reparación largamente postergada.
Al finalizar su primera gestión, 2011–2015, Claudio Poggi dejó asentada en el presupuesto la construcción de las 1.500 viviendas restantes. Sin embargo, la administración que lo sucedió no ejecutó esas obras. María había perdido toda esperanza en la casa propia: “Pasaron muchos años y no recibí ninguna respuesta”, recordó. En sus visitas a Vivienda incluso le dijeron que no obtendría su hogar por tener una sola hija.
La situación económica agravaba todo. “Pagar un alquiler es complicado. Este año yo me quedé sin trabajo y, aún así, tuvimos que estar luchando entre los dos. Trabajamos de lo que sea, todo para pagar 400 mil pesos en alquiler”, expresó Víctor Borques.
María llegó a San Luis hace 25 años; nació en Tucumán, vino en búsqueda de nuevas oportunidades. Sin embargo, tras la pérdida del trabajo de su esposo, había renunciado al sueño de la casa propia y a San Luis. “Me iba a ir, había perdido la fe”, contó Sepúlveda.
No obstante, una llamada lo cambió todo: “Yo salía de trabajar y recibí una llamada; tenía una reunión en el Ave Fénix. Iba en mi bicicleta y lloraba. Llegué donde vivíamos y estaba él (Víctor). Le dije: ‘Me llamaron de Vivienda, vamos a tener nuestra casa’”, contó emocionada.
La adjudicataria describió el momento de recibir la carpeta y la llave como “una felicidad enorme”. Y aseguró que esta vivienda no es solo para ella, sino un legado para su hija, Danna: “Siempre soñé dejarle la casa a ella, para que no viva lo que nosotros vivimos. El día de mañana yo sé que va a disfrutar la casa”.
