PLANES PROGRESO Y SUEÑOS

En el aniversario de Villa Mercedes, más de 140 familias recibieron las llaves de sus nuevos hogares


Bajo una ceremonia cargada de emoción, el gobernador Claudio Poggi compartió la alegría del acontecimiento con cada uno de los flamantes adjudicatarios. Esperaron injustamente durante más de una década, pero las penurias de un Estado ausente quedaron atrás y ahora pueden proyectar sus vidas de otra manera, con la certeza de un techo que los cobijará día y noche.

El gobernador Poggi colocó la llave de cada hogar sobre un integrante de la familia adjudicataria.

Hay momentos en los que una ciudad respira distinto, en los que el aire parece celebrar antes que las palabras. Villa Mercedes vivió uno de esos instantes este lunes por la tarde, en ocasión de conmemorar el 169° aniversario de su fundación, cuando 144 familias abrieron, por primera vez, la puerta de su casa propia.

Frente al complejo urbanístico La Ribera, el barrio más nuevo de la ciudad, el paisaje se pobló de emoción y movimiento: camionetas con muebles, colchones y cajas aguardaban el final del acto para comenzar la mudanza. No era una ceremonia más: era el cierre de una espera que, para muchos, había durado más de una década.

El acto fue encabezado por el gobernador Claudio Poggi, junto con el intendente, Maximiliano Frontera y acompañado por el secretario de Política Habitacional, Hugo Rossi, además de funcionarios y legisladores nacionales y provinciales.

Tras la proyección de un video institucional que repasó el camino recorrido por muchas de las familias adjudicatarias, llegó el momento más esperado: la entrega de las carpetas con la documentación y, finalmente, la llave. Son llaves que no abren puertas, sino futuros, y carpetas que no guardan papeles, sino certezas. Con las entregadas este lunes en Villa Mercedes, el Gobierno superó la línea de las 500 casas entregadas en esta segunda gestión de Poggi.

Cada familia recibió los decretos, contratos y formularios y luego caminó hasta su vivienda. Algunos en silencio, otros entre lágrimas, abrazos y risas desbordadas. Todos con una misma certeza: ese era el lugar en el que comenzara una nueva etapa de sus vidas.

En su mensaje, Poggi puso palabras a lo que muchas miradas decían sin hablar: que una casa no es solamente una estructura de ladrillos, sino un punto de partida, un refugio y una promesa. Recordó que estas familias se inscribieron en los planes ‘Progreso’ y ‘Sueños’ en diciembre de 2011, que pagaron sus cuotas y que vieron pasar los años sin respuestas, hasta que la frustración se volvió desazón. 

Por eso, rememoró la promesa que les había hecho a muchos vecinos que se cruzaba durante su tiempo fuera de la política: “Las primeras casas que se hicieron cuando volvimos a gobernar fueron las de ustedes”, señaló, y pidió perdón en nombre del Estado por el tiempo perdido. “Hoy empieza una historia nueva para cada uno de ustedes y esta Navidad van a brindar en su casa”, afirmó, ante el aplauso de todos.

Cuando el sol comenzaba a caer, ya no quedaban dudas: las casas estaban habitadas por sueños. Y donde antes había terreno, ahora se observaron luces encendidas, algunos nombres escribiéndose en timbres y una historia nueva empezando a ser contada.

Voces que ya dicen ‘hogar’

Las emociones también tomaron forma en las palabras de quienes, llave en mano, empezaban a dimensionar lo que acababan de recibir. Guillermo Tobares, uno de los beneficiarios, resumió su sentimiento con la sencillez de quien llega al final de una larga espera. “Llegó el día. Salimos de los alquileres, que cada vez son más caros, y ahora vamos a tener nuestra casita. A disfrutar y hacer lo mejor posible, de ahora en adelante”, señaló.

Entre lágrimas y sonrisas, Natalia Aparicio no dudó al definir la jornada: “Es el día más feliz de mi vida, porque tengo mi hogar. Nunca imaginé que iba a llegar este momento, después de tantos años. Ahora solo pienso en una cosa: pasar la Navidad en mi casa con mi familia”, adelantó.

Para muchos, no fue solo una mudanza. La jornada englobó el final de una deuda con el pasado y el comienzo de una vida con otras certezas, más simples y más profundas.

“Desde el momento que me dijeron hace un mes que me iban a entregar la casa, caí en la cuenta de que iba a tener mi hogar. El primer día que vine no había nada, era un campo vacío. Y hoy poder abrir la puerta de mi casa es algo inexplicable”, expresó Karina Llambias con lágrimas de alegría.

La vecina recordó que en 2016 había sido notificada de que recibiría su vivienda, pero el cambio de gestión frenó el proceso. “Fue muy frustrante. Yo estaba alquilando, me habían dicho que me iban a entregar la casa y nunca más me avisaron. Pasaron los meses y nada. Muchos decían que ya estaba perdido, que no esperáramos nada”, relató.

Con el ingreso de una nueva gestión, el sueño volvió a ponerse en marcha. “Cuando me llamaron de nuevo y me dijeron que tenía la posibilidad, se me explotó el corazón. Mi hija en ese entonces tenía tres años y hoy tiene 18. Fueron muchos años de espera, pero valió la pena”, dijo emocionada.



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