CONSTANCIA Y COMPROMISO
Un estudiante de Villa Mercedes terminó su etapa escolar con 15 años de asistencia perfecta
Martín de la Rocha realizó esta trayectoria educativa excepcional en el Instituto ‘Nuestra Señora del Carmen’ y en el Colegio N°2 ‘Juan Esteban Pedernera’. El joven, que nunca se llevó materias, destacó el acompañamiento de su madre y los valores que le ha inculcado: el respeto, el buen trato y estar disponible para quien lo necesite.

A sus 18 años, Martín de la Rocha finalizó la escuela secundaria y cerró una trayectoria educativa excepcional: desde sala de 3 (en 2011) hasta sexto año (en 2025) jamás faltó un solo día. Quince años consecutivos de asistencia perfecta que reflejan constancia, compromiso y una forma de entender la educación como prioridad.
Martín inició su escolaridad en el jardín y en la primaria del Instituto ‘Nuestra Señora del Carmen’, y luego continuó el nivel Secundario en el Colegio N°2 ‘Juan Esteban Pedernera’ de Villa Mercedes. A lo largo de su formación, mantuvo una presencia impecable dentro del aula, acompañada por un rendimiento académico sólido ya que nunca se llevó materias a rendir.

“Para mí, la asistencia perfecta representa la responsabilidad de cumplir, el respeto hacia la institución y hacia mi madre, y el compromiso con mi propósito”, aseguró.
El joven explicó que su mayor referente es su mamá, Lorena Muñoz, reconociendo que lo que más admira de ella es su fuerza de voluntad y cómo le pone el pecho a todo y sale adelante. También destacó su manera de criarlos, tanto a su hermana Paz como a él, la responsabilidad que tiene frente a la vida y una enseñanza que lo marcó desde pequeño “el ‘no puedo’ no existe”.
Martín contó, además, que su mamá estuvo presente en cada paso: “Ella también tiene asistencia perfecta en todos los actos, siempre estuvo para acompañarnos a mi hermana y a mí”. Entre las enseñanzas que más valora, mencionó el respeto hacia los demás, el buen trato y la importancia de estar disponible para quien lo necesite.

Incluso en momentos de enfermedad o frente a condiciones climáticas adversas, Martín siempre encontró la forma de llegar a la escuela. “Si podía caminar derecho, iba”, recordó entre risas, en una entrevista radial, resumiendo la constancia que mantuvo durante toda su trayectoria escolar.
Para el joven, culminar esta etapa con asistencia perfecta también es un gesto de gratitud: “Es mi manera de devolverle a mi mamá un poquito de todo lo que ella hizo por mí”, expresó. Mientras que al momento de recibir su título, sintió que cerraba un ciclo importante. “Lo primero que pensé fue: ‘Un logro más, una etapa menos’. Me sentí orgulloso de haber terminado sin faltas y sin conflictos. No se trató solo de ir por ir, pude disfrutar cada día con mis compañeros y profesores”, reflexionó.

Con el nivel Secundario ya concluido, Martín inició un nuevo camino. Eligió estudiar Medicina en su ciudad natal, una decisión que tomó desde muy chico y que va de la mano con su deseo de ayudar a otros. Cuenta que en su familia siempre hubo una vocación solidaria, como acompañar a personas en situación de calle con ropa o alimentos, y que ese ejemplo influyó en su elección. “Me gustaría seguir brindando ayuda, solo que de manera profesional y desde el área de la salud”, manifestó.
Actualmente asiste al instituto de apoyo CenAFU, donde recibe acompañamiento y contenidos preuniversitarios para prepararse de cara a su futura carrera. Su objetivo es comenzar lo antes posible, transitarla de manera amena y convertir cada día de estudio en una instancia de aprendizaje. También enfatizó en que su mayor deseo es poder finalizar sus estudios para ayudar a su familia, reducir los gastos y contribuir a que puedan vivir con mayor tranquilidad.
Aunque no se considera un ejemplo, Martín elige dejar un mensaje para otros estudiantes: “Les diría que nunca se dejen estar con las materias. No es difícil cuando se lo mira desde el lado del aprendizaje y no desde la pereza”, concluyó.
