FOTOGRAFÍA

Estudiantes de una escuela rural de la ULP retrataron la esencia de Leandro N. Alem


Presentaron 63 fotografías en el segundo concurso ‘Alem en Imágenes’. Con el acompañamiento de la casa de estudios, los alumnos mostraron su mirada sobre la vida rural en una jornada que reunió a toda la comunidad.

La exposición de las 63 imágenes fue un evento que convocó a toda la comunidad.

Estudiantes de la Escuela Pública Digital Rural N°28, de Leandro N. Alem, celebraron el segundo concurso de fotografía ‘Alem en Imágenes’, una iniciativa que combina arte, tecnología y comunidad. Bajo la guía del docente Pablo Barroso, los 21 alumnos participantes expusieron 63 obras divididas en las categorías Paisaje, Retrato y Fotografía Libre.

El concurso, que forma parte de las actividades de la materia Educación Artística del circuito norte de la Universidad de La Punta (ULP), busca que los chicos aprendan a observar su entorno desde otra perspectiva. “Trabajamos la fotografía desde lo digital y lo plástico. Lo interesante es ver hacia dónde apunta la mirada de cada estudiante. Cada imagen refleja una historia, una emoción o una forma de habitar el pueblo”, explicó Barroso.

Durante la jornada, que se desarrolló con puertas abiertas, niños, familias y vecinos recorrieron la muestra y votaron su obra preferida. La ULP colaboró con la impresión de las fotografías y Camilo Moreno, fotógrafo de la universidad, ofició como uno de los jurados.

Entre los invitados estuvo Micaela Escudero, fotógrafa local y una de las primeras egresadas de las EPD rurales de la ULP. “Me sorprendió el talento de los chicos. No hace falta tener una cámara profesional para crear. En cada foto se nota el esfuerzo por buscar el punto justo, el enfoque y la emoción”, destacó.

Las imágenes contaron historias simples y profundas. Juan Cruz Gutiérrez, ganador de la categoría Fotografía Libre, presentó una foto en la que lo capturaba luego de hacer un gol. Contó que quería que ese momento perdurara para siempre. Por su parte, Agustín Escudero retrató a su gata Luna, su “compañera de vida” y obtuvo el tercer puesto en la categoría Retrato. “La elegí porque siempre estuvo conmigo. A la gente le gustó su expresión”, dijo orgulloso.

Además de la emoción de competir, los alumnos destacaron cuánto aprendieron sobre composición, contraste y primer plano. Pero más allá de la técnica, el concurso dejó una enseñanza mayor: mirar con atención lo cotidiano y valorar la identidad rural.



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