CONMEMORACIÓN

Día del Ceramista: homenaje a la huella de sus manos creadoras


Se celebra cada 30 de octubre en Argentina, para recordar a los trabajadores de la fábrica Ceramista Lozadur desaparecidos durante la dictadura.

Esculturas de cerámicas que se destacan en la provincia.

Argentina celebra el Día del Ceramista, con una jornada dedicada a reconocer el trabajo de quienes, con sus manos y su arte, transforman la tierra en piezas que guardan historia, belleza y cultura. En este día se recuerda que 19 trabajadores de la fábrica Ceramista Lozadur en Boulogne, Buenos Aires, fueron detenidos y desaparecidos en noviembre de 1977 tras un paro por mejoras salariales.

En San Luis, esta fecha adquiere un valor especial, la provincia cuenta con una rica tradición alfarera que se remonta a tiempos precolombinos y que hoy se mantiene viva en talleres, ferias y escuelas de arte. En este día, San Luis rinde homenaje a sus artistas del barro: hombres y mujeres que, desde el silencio de sus talleres, moldean cultura, historia y belleza. Su obra trasciende lo material, representa el alma creativa de una provincia que valora su pasado, honra la tierra que la sustenta y proyecta en cada pieza un futuro donde el arte continúa siendo un puente entre la naturaleza y el ser humano.

Un oficio milenario que define la identidad

La cerámica es una de las expresiones más antiguas del ser humano. Desde las primeras vasijas modeladas por los pueblos originarios hasta las obras contemporáneas que hoy se exhiben en galerías y ferias artesanales, el arte cerámico ha sido una forma de comunicar identidad, costumbres y espiritualidad.

En San Luis, los pueblos huarpes y comechingones ya trabajaban el barro para crear utensilios, figuras rituales y elementos de uso cotidiano. Aquellas primeras piezas, simples pero simbólicas, marcaron el inicio de una tradición que continúa evolucionando sin perder su raíz.

Así San Luis convirtió en un referente regional del arte cerámico, tanto por la calidad de sus artesanos como por la riqueza de sus materiales. En localidades como La Punta, Villa de Merlo, Potrero de los Funes y San Francisco del Monte de Oro, los talleres de ceramistas son espacios de creación, aprendizaje y transmisión cultural.

El barro de los ríos y quebradas ofrece una textura y colores únicos, que los artistas aprovechan para modelar piezas que van desde lo utilitario hasta lo puramente artístico. Cada obra lleva consigo una parte del paisaje provincial: la tierra, el fuego, el agua y el aire se funden en equilibrio para dar vida a objetos que cuentan historias.

En San Luis, la cerámica no es solo una manifestación artística, sino también una forma de encuentro. Los talleres familiares, las escuelas de arte y oficios, y las ferias provinciales de artesanías cumplen un papel clave en la preservación de este saber ancestral. Allí, el aprendizaje se da de generación en generación, manteniendo viva la conexión entre el arte y la gente.

El Centro Cultural Puente Blanco en la capital provincial, y espacios culturales de Merlo o Villa Mercedes, han albergado exposiciones dedicadas a ceramistas puntanos, donde se pone en valor la creatividad, la técnica y la sensibilidad que caracteriza a sus obras.

Cada pieza es única, irrepetible, resultado de la paciencia y el vínculo íntimo con la materia. En tiempos de producción masiva, la cerámica sigue recordándonos el valor del trabajo manual, del oficio aprendido y del respeto por los elementos naturales.



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