TURISMO Y CULTURA

Molino Fénix: historia viva y alma cultural de Villa Mercedes


En el centro de la ciudad, junto al río Quinto, se alza uno de los íconos más representativos de la identidad mercedina: el Molino Fénix. Lo que alguna vez fue una industria harinera impulsora del desarrollo económico regional, hoy es un centro cultural y recreativo que simboliza la capacidad de San Luis de reinventarse sin olvidar su pasado.

Así luce la infraestructura de este importante espacio cultural.

A más de un siglo de su construcción, el Molino Fénix sigue girando, ya no en torno al trigo y la harina, sino al talento y la expresión de un pueblo. En su interior, las nuevas generaciones encuentran un espacio para crear, compartir y soñar. Así, el Molino Fénix demuestra que la historia puede conservarse y, al mismo tiempo, reinventarse.

En Villa Mercedes, el patrimonio industrial se convirtió en un motor cultural que late con fuerza, recordando que el progreso no siempre está en el olvido del pasado, sino en su transformación.

El gigante de harina y progreso

El Molino Fénix fue construido en la década de 1910, en plena expansión agroindustrial del país. Su establecimiento respondió a la necesidad de procesar el trigo producido en la región y abastecer a los mercados locales y nacionales. Durante gran parte del siglo XX, el edificio funcionó como motor económico de Villa Mercedes.

El molino llegó a emplear a decenas de trabajadores, convirtiéndose en símbolo de trabajo, producción y prosperidad. Sin embargo, con el paso de los años y los cambios en el modelo productivo, la industria fue perdiendo fuerza hasta cesar sus actividades hacia finales de la década del ’80.

Durante años, el imponente edificio quedó en silencio, pero su presencia siguió marcando el paisaje urbano de la ciudad, como un testigo silencioso de su historia industrial.

En 2009, este espacio fue recuperado con la reconversión del edificio. De esta manera, nació el Centro Cultural Molino Fénix, nombre que alude al ave mitológica que renace de sus cenizas, símbolo perfecto para un espacio que recuperó la vida tras años de abandono.

La restauración conservó la fachada original y las estructuras principales, integrando nuevas tecnologías, escenarios, salas de ensayo y espacios polifuncionales. Desde entonces, el Molino Fénix se transformó en uno de los polos culturales más importantes de San Luis, epicentro de actividades artísticas, educativas y recreativas. Se desarrollan conciertos, festivales, exposiciones, ferias, capacitaciones y obras de teatro, además de albergar espacios para la práctica de danza, música y otras disciplinas.

El Molino Fénix se consolida como un centro cultural que promueve la formación artística de jóvenes, el acompañamiento a emprendedores y la integración social. Entre sus eventos más destacados se encuentran la Fiesta Nacional de la Calle Angosta, que reúne a grandes figuras del folclore cuyano y nacional, y los encuentros provinciales de danza, música urbana y teatro, que consolidan el papel de Villa Mercedes como referente cultural del centro del país.

Además, el complejo cuenta con un anfiteatro al aire libre, con capacidad para miles de personas, donde se realizan presentaciones de artistas locales, nacionales e internacionales. Asimismo, se llevan a cabo actividades comunitarias que refuerzan el sentido de pertenencia.

Símbolo de identidad y proyección

Este centenario edificio representa la fuerza de una comunidad que, como su nombre, renació de sus propias cenizas para reinventarse desde la cultura y el arte. Su historia industrial, su recuperación patrimonial y su actual vitalidad cultural lo convierten en uno de los lugares más emblemáticos de la provincia. Es un sitio donde la memoria y la creatividad conviven, en el cual el trabajo del ayer se transforma en arte, educación y encuentro.



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