CONEXIÓN SAN LUIS
Valle de Pancanta: naturaleza, horizontes sin fin y aventura en el corazón de las sierras
A 68 kilómetros de la capital provincial, en medio del cordón montañoso de las Sierras Centrales, emerge un destino que combina majestuosidad paisajística, tradición cultural y opciones de aventura: el Valle de Pancanta. Situado entre los 1.700 y los 1.800 metros sobre el nivel del mar, ofrece una propuesta turística única para quienes buscan alejarse del bullicio sin renunciar al encanto serrano.

Valle de Pancanta se distingue por sus postales cambiantes, moldeadas por las estaciones: verdes intensos en primavera y verano, multicolores durante el otoño con pinceladas en el ocre del paisaje y blancos de nieve en invierno. Las quebradas y arroyos cristalinos que lo atraviesan, así como numerosas vertientes nacientes, alimentan al mítico Río Quinto, uno de los más importantes de la provincia. Para conservar sus suelos, hay presencia de coníferas sembradas estratégicamente para evitar erosión en épocas de lluvias intensas.
Este valle se ha consolidado como un punto de encuentro para los amantes del turismo aventura: trekking y caminatas entre senderos serranos, escalada en sectores rocosos, cabalgatas que atraviesan ríos y laderas, e incluso parapente para quienes buscan alturas y panorámicas imponentes.
Al mismo tiempo, existe una oferta que apela a la tranquilidad: alojamientos rurales, hosterías de estilo serrano, casas de campo con construcciones de piedra centenaria, gastronomía casera, horno de leña, espacios para descansar rodeados de naturaleza.
Pancanta deslumbra por su naturaleza y riqueza cultural
Leyendas locales: el Salto de la Negra Libre, una cascada de más de 60 metros, lleva ese nombre por una historia transmitida oralmente que recuerda a una mujer conocida como ‘La Negra’, presumiblemente afrodescendiente, que huyó y se lanzó al salto en busca de libertad.
Huella indígena: la Quebrada del Durazno guarda pinturas rupestres atribuidas a los antiguos pueblos originarios de la región, huarpes y comechingones, cuyos vestigios testimonian una profunda relación con estas tierras.
Tradiciones rurales: la vida serrana sigue viva en las costumbres del valle, elaboración de productos artesanales, la hospitalidad local, las fiestas patronales, la construcción y uso de hornos de leña, y la transmisión oral de historias ligadas al paisaje.
Valor natural elemental: la riqueza del agua, el bosque, la montaña y los microclimas lo hacen un sitio ideal para quienes aprecian el paisaje, la biodiversidad y el aire puro. Descubrir el Valle de Pancanta es adentrarse en una apasionante aventura, de relajación y turismo rural.

