16 DE SEPTIEMBRE

La Carolina celebra sus 233 años: historia, cultura y turismo entrelazados reviviendo el pasado


La Carolina es como un puente entre la historia colonial, la memoria minera y el turismo consciente, auténtico y sostenible. Es un pueblo que vive su pasado proyectándose hacia un futuro en el cual la cultura, la naturaleza y la identidad sean su mayor atractivo.

La localidad contiene bellezas sin igual.

La Carolina celebra este martes 233 años de vida. Al pie del imponente cerro Tomolasta, entre sierras, arroyos y vestigios de minas antiguas, este aniversario invita a reflexionar sobre su importancia histórica, su riqueza cultural y el creciente papel que desempeña como destino turístico, no solo para San Luis sino para todo el país.

Según lo programado, a las 13:00 las agrupaciones gauchas recibirán al Santo Cristo de la Quebrada en el pórtico de ingreso. A las 14:00, en la Capilla se entonará el Himno Nacional Argentino y media hora después habrá un brindis. A las 15:00 se presentará el Ballet Nuestra Señora del Carmen y Gabriel Cantisani y, a las 16:00, el obispo, monseñor Gabriel Barba, encabezará la Santa misa.

La Carolina fue fundada en el año 1792 por el virrey Marqués de Sobremonte, cuando la región pertenecía a la Intendencia de Córdoba del Tucumán, dentro del Virreinato del Río de la Plata. Originalmente llamada San Antonio de las Invernadas, el paraje adquirió pronto relevancia tras el descubrimiento de oro, lo que atrajo a buscadores y mineros que se instalaron en la zona. En 1794, Sobremonte cambió su nombre a La Carolina en homenaje al rey Carlos III de España.

Durante el siglo XIX, la ‘fiebre del oro’ marcó la economía y el tejido social del lugar. Se conformaron múltiples asociaciones mineras, se trabajó en vetas auríferas y se implantó una forma de vida ligada estrechamente al esfuerzo, al riesgo y al misterio de las minas. Aunque con el paso del tiempo muchas vetas se agotaron, esos años dorados dejaron huellas que hoy se pueden recorrer.

Cultura viviente: poesía, arquitectura y memoria

Más allá del oro, La Carolina guarda un legado cultural que la conecta con las raíces y la identidad sanluiseña: en su arquitectura conserva casas de piedra, adobe, callecitas empedradas y la iglesia en la plaza central, manifestaciones del estilo colonial que aún pueden observarse en muy pocos lugares con tanta autenticidad.

En lo literario, es la cuna de Juan Crisóstomo Lafinur, poeta, filósofo y figura destacada de la cultura provincial, cuya casa natal funciona como Museo de la Poesía Manuscrita.

El patrimonio arqueológico también tiene su lugar: la Gruta de Inti Huasi. Se trata de un yacimiento de culturas aborígenes, expresiones rupestres, minas antiguas y el vínculo con los ríos y arroyos que hablan de modos de vida pasados.

Potencial turístico y proyección sostenible

La Carolina turística y culturalmente ya no solo se posiciona como un vestigio del pasado, sino como un destino activo, que conjuga naturaleza, historia y turismo sostenible.

En 2023, fue reconocida por la Organización Mundial del Turismo (ONU Turismo) como uno de los ‘Best Tourism Villages’ del mundo, un sello que destaca los pueblos rurales que combinan valores naturales, culturales y comunitarios con turismo responsable.

Entre las iniciativas para preservar su esencia, está la peatonalización, que busca limitar el acceso vehicular durante la temporada alta y los fines de semana. De esta manera, se promueve un paseo a pie o en bicicleta, en un entorno donde el silencio, el aire limpio y la contemplación son parte de la experiencia.

En cuanto a actividades turísticas, La Carolina ofrece una variedad de propuestas: recorrer antiguas minas abandonadas con guías locales, buscar oro manualmente en el río Amarillo, senderismo en cerros como Tomolasta, visitas a la Gruta de Inti Huasi, disfrutar de la arquitectura y la gastronomía local.

El paisaje circundante está integrado por arroyos, sierras y flora autóctona. Un clima variado, de veranos templados e inviernos fríos, ofrece un marco ideal para quienes buscan desconectarse, observar, caminar, retratar, descansar.

Desafíos y posibilidades

Ante un turismo que se proyecta en futuro, La Carolina se fortalece. Por este motivo, se pretende preservar el patrimonio asegurando que las edificaciones antiguas, minas, espacios naturales y arqueológicos se mantengan sin perder autenticidad ni deteriorarse.

Asimismo, se contempla una infraestructura adecuada para recibir turistas, con alojamientos, señalización, guías locales capacitados y servicios de transporte. En paralelo, resulta importante el fomento al cuidado ambiental.

Por otra parte, se prevé instaurar un equilibrio entre el desarrollo turístico y el cuidado del ambiente: regulando el flujo de visitantes, evitando impacto ambiental, manejando residuos y protegiendo ríos y ecosistemas.

Finalmente, se planea generar el involucramiento de la comunidad local, en función de que los habitantes sean parte activa en la conservación y el diseño de la oferta turística, para que los beneficios se distribuyan localmente.



Ultimas Noticias