DÍA DEL MAESTRO
“Los docentes estamos repartidos, sembrando educación por todo el país”
Aunque ya está jubilada, Liliana Astudillo, educadora de San Francisco del Monte de Oro, recibió una distinción este jueves, en el acto que se realizó en esa localidad. Con sus palabras hizo una síntesis de lo que, para ella, es enseñar: sacrificio, entrega y vocación. Y dejó un mensaje a sus colegas en ejercicio: “Que hagan su trabajo con todo el amor que tienen, con todo el amor hacia los niños”.

Liliana Astudillo compartió una afirmación que, de algún modo, equipara a los educadores con semillas que, en tierra fértil, hacen crecer el conocimiento y permiten el desarrollo social y personal: “Como ustedes saben, los docentes de acá estamos repartidos, sembrando educación por todo el país“. Liliana es una de las docentes jubiladas que fue distinguida este jueves en el acto que se realizó en San Francisco del Monte de Oro para homenajear a todos los maestros de la provincia. “Trabajé mucho en escuelas rurales (entre ellas en la de Beazley) y me jubilé en una escuela de mi pueblo, San Francisco, en 2017. También anduve por Gobernador Duval, La Pampa”, repasó.
Para Liliana, este reconocimiento que ella recibió se extiende a todos los colegas que con sacrificio, entrega y vocación recorren las aulas. Y es que considera que enseñar es una tarea “bastante difícil”. Ahora, ya retirada, nota que los docentes sufren las consecuencias de la falta de valores o sanas enseñanzas en el hogar. “Como dice el gobernador Claudio Poggi, tenemos que trabajar unidos la casa, la escuela, el maestro, los padres para que haya un diálogo. Y no solamente se trata de lo cognitivo, sino también dedicarse al ser humano en sí, al niño, en lo físico, lo intelectual, lo económico. Por eso estamos viendo muchas cosas feas en la actualidad”, lamentó.
La educadora dedicó este premio a sus hijos “porque son lo que sacrifiqué toda mi vida”, contó. Y recordó que, muy temprano, aún dormidos, los subía al colectivo para ir a dar clases. Trabajó siete años en Beazley, una localidad donde tuvo una grata experiencia. “Es algo indescriptible la docencia. Lo más bonito que puede haber es educar. Y ahora tengo la satisfacción de ver chicos que ya son médicos, que yo los eduqué, que les enseñé para que aprendieran, no por una nota. Así que ésa es la satisfacción más grande que tengo”, manifestó la docente, quien cerró su testimonio con un saludo para todos los maestros y un consejo: “Que hagan su trabajo con todo el amor que tienen, con todo el amor hacia los niños. Es una tarea loable”.