VILLA MERCEDES

Pequeños grandes jinetes: el Jardín ‘Soy Feliz’ visitó el Centro de Equinoterapia de La Pedrera


Los ‘bajitos’ disfrutaron una tarde de juegos, aprendizajes y ternura junto a los caballos y los alumnos de Los Talleres Recreativos de la tarde.

Los niños del jardín ‘Soy Feliz’ disfrutaron de una jornada en el Centro de Equinoterapia de La Pedrera.

Los pequeños de las salas de 4 y 5 años llegaron acompañados por sus seños Claudia, Clarisa y Adriana, que se mostraban tan entusiasmadas como ellos. Allí los esperaba la directora Valeria Piffaretti, que los guio a un recorrido especial para conocer a los caballos y aprender el rol que cumplen como verdaderos ‘coterapeutas’.

Las docentes quedaron fascinadas con cada detalle, especialmente con Blanquita, la yegua de 16 años que se robó todas las miradas. Los chicos escucharon curiosidades sobre cada caballo: sus nombres, qué les gusta comer y qué cosas prefieren evitar, como que les toquen las orejas.

En esta oportunidad, los niños del jardín compartieron la jornada con los alumnos de Los Talleres Recreativos de la tarde, a cargo de Joana Gonzalez, generando un encuentro lleno de risas, juegos y nuevas amistades que enriquecieron aún más la experiencia.

La visita continuó con un paso por las caballerizas, los niños rastrillaron, ordenaron y comprendieron la importancia de mantener limpio el lugar de descanso. Más tarde llegó el momento más divertido: alimentar a los caballos con manzanas y zanahorias. En grupos de cuatro, los chicos se acercaban entre risas y un poco de nervios, descubriendo la emoción de compartir ese instante tan especial.

Luego, cada alumno dibujó y pintó un caballo en una hoja que se llevaron como recuerdo, la tarde cerró con una rica merienda y muchas fotos para inmortalizar la experiencia.

Con sonrisas, curiosidad y manzanas en trozos, los alumnos del Jardín “Soy Feliz” disfrutaron una experiencia inolvidable en el Centro de Equinoterapia de La Pedrera, un espacio abierto a la comunidad gracias al Gobierno de la provincia.

Entre colores y relinchos, los niños descubrieron que los caballos no son solo animales fuertes y hermosos, sino también grandes amigos que enseñan valores de cuidado, inclusión y amor.



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