CONEXIÓN SAN LUIS

La increíble experiencia de buscar oro en un río en las sierras en pleno siglo XXI


En el sinfín de opciones para hacer turismo en San Luis está la de viajar al pasado. A 80 kilómetros de la Capital, el río Amarillo conecta con un espacio del tiempo que dio brillo y esplendor a La Carolina, en donde los turistas podrán recoger pepitas de entre 17 y 20 quilates en el río de aguas doradas.

La Carolina, un pueblo fuertemente marcado por su historia minera.

La Carolina, una localidad en medio de las Sierras Centrales, custodiada por los picos volcánicos originados en el Plioceno y el Pleistoceno en el último millón de años, sumerge a los visitantes en un mundo mágico que trasciende el espacio y el tiempo. En su río, los turistas pueden buscar pepitas de oro y conocer su fascinante historia minera.

Las piedras que se pueden encontrar varían en tamaño: desde la punta de una lapicera hasta piezas más grandes y valiosas. Hay que separarlas y recuperarlas de entre los sedimentos del lecho, en curvas, debajo de piedras grandes, grietas y viejos cauces, por lo que se requiere mucha paciencia y técnica.

Y aunque su hallazgo no asegura una fortuna, esta actividad conecta con la vivencia de los buscadores de oro de siglos pasados, que llegaban hasta el pie del cerro Tomolasta, a 1.600 metros de altitud, dotados de vasijas para batearlos y juntar así las pepitas que quedaban al zarandear la batea (plato con estrías).

El río Amarillo, escenario de esta aventura, debe el tono de sus aguas a los minerales que arrastra, legado de la fiebre del oro que vivió el lugar hace 240 años.

La Carolina, un pueblo de poesía y recuerdos de oro, testimonio viviente del esplendor minero.

La propuesta turística de búsqueda de este precioso metal proveniente del cerro Tomolasta surgió de la posibilidad de visitar antiguas minas y buscar en el río con herramientas tradicionales. Con las lluvias, las pepitas descienden hasta depositarse en los cauces de los ríos y arroyos de la zona.

Un viaje al siglo XVIII. Hoy, en La Carolina, se destacan sus calles empedradas.

Origen colonial

La fundación de La Carolina tiene su origen en los yacimientos de oro de 18 quilates que fueron descubiertos a orillas del cerro Tomolasta y Cañada Honda, en 1784. Por ello el marqués de Sobremonte, gobernador intendente de Córdoba del Tucumán (intendencia a la que pertenecía San Luis durante el Virreinato del Río de La Plata), fundó La Carolina, en el paraje conocido como San Antonio de Las Invernadas.

Reconocimiento

En 2023, La Carolina fue elegido como ‘el pueblo más lindo del mundo’ por la Asamblea Ordinaria de la Organización Mundial del Turismo de Naciones Unidas (OMT) a través del reconocimiento ‘Best Tourism Villages’. En cuanto a la búsqueda de pepitas de oro, es una tradición que se sostiene tras más de dos siglos y que responde al pasado.



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