MES DE SAN LUIS

Milagroso Señor de Renca: destino de fe, cultura y tradición


La imagen del Cristo del Espino llegó a Renca cuando se la intentó trasladar a Córdoba en 1732, pero en el camino una mula se detuvo y se echó, lo que se interpretó como la voluntad del Cristo de quedarse en ese lugar.

Renca es uno de los destinos de turismo religioso más elegidos de San Luis.

La leyenda cuenta que un nativo ciego, que hachaba leña de espinillo, sintió que le salpicaba savia de árbol, que posteriormente le devolvió la vista. La imagen milagrosa habría sido traída al valle del Conlara por los padres jesuitas desde Chile. Ante lo ocurrido, en respuesta, se levantó la primera capilla de la Villa de Renca para albergar la imagen.

Durante los ataques de la tribu ranquel, se dice que la imagen fue sacada de la capilla, atacada con lanzas y despedazada, pero los vecinos la recogieron y reconstruyeron.

Durante la Invasión en 1834, los pobladores escondieron la imagen en Las Lagunas para protegerla del cacique Yanquetruz, y la devolvieron tras el fin de la invasión.

Fiesta patronal

Cada año, miles de peregrinos acuden a la fiesta del 3 de mayo, fecha en que la imagen recorre las calles en una procesión llena de fe, música y danzas. El Cristo de Renca es una de las imágenes religiosas más importantes de San Luis y un símbolo de la fe e historia local.

La capilla antigua fue reemplazada por una actual en 1764, consolidándose como un punto de gran valor histórico y veneración de la imagen milagrosa, conocida como el Señor de Renca. La localidad, emplazada a orillas del río Conlara, se convierte en uno de los destinos turísticos y religiosos más convocantes de San Luis.

La festividad en honor al Cristo de Renca atrae a miles de peregrinos y visitantes de toda la provincia, como asimismo de regiones vecinas, que llegan al santuario para vivir una experiencia en la que se fusionan la fe, la cultura y el turismo.

Esta celebración ofrece una propuesta única para el viajero: misas y procesiones que reflejan la devoción popular, junto con un entorno festivo donde se disfrutan comidas típicas, música cuyana, bailes y ferias artesanales. Los caminos hacia el santuario se transforman en rutas de peregrinación que emocionan por la fe de quienes llegan a pie o a caballo, mientras que el pueblo entero se prepara durante todo el año para recibir con hospitalidad y tradición a los visitantes.

Desde el punto de vista turístico, esta festividad representa un impulso fundamental para la economía regional. Hoteles, cabañas, restaurantes y emprendimientos locales se ven beneficiados por el caudal de visitantes que cada año convierte a Renca en un punto neurálgico de turismo religioso y cultural.

Legado histórico y cultural

La devoción al Cristo de Renca se convirtió en símbolo de identidad sanluiseña, transmitido de generación en generación. Su figura no solo representa lo sagrado, sino también la memoria colectiva de San Luis, siendo un puente entre la tradición espiritual y el patrimonio cultural que define a la provincia.

Recorrer Renca en mayo es sentir una de las vivencias más auténticas del sentir sanluiseño: una experiencia que combina espiritualidad, historia, cultura y hospitalidad, en un entorno natural privilegiado del Valle del Conlara.



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