FE Y TRADICIÓN

La imagen del Cristo de la Quebrada recorrerá el noroeste de la provincia


Esta semana, como parte del Jubileo 2025, la imagen del santo patrono de Villa de la Quebrada visitará espacios e instituciones de diferentes parajes y localidades sanluiseñas.

Hay pobladores del interior profundo de la provincia que, por un motivo u otro, nunca vieron la imagen del Cristo, que ahora irá a ellos.

Desde este 26 al 28 de agosto se vivirán momentos de profunda emoción y conexión espiritual en el noroeste de la provincia, cuando la imagen original del Cristo de la Quebrada arribe a diferentes localidades y parajes como parte del Jubileo 2025, impulsado por la Diócesis de San Luis. La intención es llevar un mensaje de fe y esperanza a esas comunidades.

“El Cristo sale a nuestro encuentro y nosotros al de él”, expresó el obispo de San Luis, monseñor Gabriel Barba, al anunciar tiempo atrás el recorrido por distintos puntos del territorio provincial. La peregrinación busca acercar la figura del santo patrono a quienes, quizás por primera vez, podrán verlo en su lugar de residencia.

El itinerario comenzará en La Tranca, en el límite con la provincia de San Juan, y seguirá hacia San Gerónimo pasando por pueblos y parajes como Hualtarán, San Antonio, Bella Estancia, La Calera, paraje Santa Rosa, San Pedro, Naranjo Esquino, Represa del Carmen y Lagunitas. “Esta nueva etapa del camino jubilar es también un signo de cercanía, que recuerda que la fe une a las comunidades más allá de las distancias”, expresaron desde la Diócesis sanluiseña.

El origen de la devoción

La devoción al Cristo de la Quebrada tuvo su origen en un hecho ocurrido entre 1847 y 1868, cuando Tomás Alcaraz, propietario de tierras en la actual zona de Villa de la Quebrada, estaba buscando madera para la construcción de la casa de uno de sus hijos. Encontró un algarrobo mediano y, al darle un hachazo, hizo que se desprendiera una astilla quedando al descubierto una cavidad que contenía un crucifijo.

Con especial cuidado, Tomás tomó el crucifijo, montó a caballo y, presuroso, regresó a su casa que se encontraba a una media legua. La noticia del hallazgo se difundió entre los vecinos de El Guanaco. En la zona, no había memoria de que alguien perdiera un objeto de esa naturaleza o que lo escondiera en la incipiente concavidad de un árbol en crecimiento. Además, la imagen del Cristo no se había roto por el crecimiento del tronco que lo cubría.

Ese fue el primer milagro del Cristo de la Quebrada, en la versión sustentada por la tradición local. Tomás Alcaraz le armó un altar con velas en su casa. Al día siguiente, el Cristo no estaba, aunque nadie de la familia lo había movido de ese punto. Luego, lo encontraron nuevamente en el árbol inicial e interpretaron que ése era su lugar. Allí era donde se debía construir un templo.

Por ese motivo, el creyente lugareño Tomás Alcaraz decidió levantar el templo, destinado a custodiar la milagrosa imagen originada en ese espacio, el cual coincide con la explanada del actual Santuario de Villa de la Quebrada.



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