MES DE SAN LUIS

Dora Ochoa de Masramón: la voz que rescata el alma cultural de San Luis


Docente, ornitóloga y antropóloga icono de la cultura de San Luis. Su capacidad literaria le permitió desarrollar obras de carácter lírico narrativo y dramático, como así también obras específicamente para el público infantil. En cada copla, en cada descripción de un ave o en cada cuento infantil que dejó, Dora habla con la voz del pueblo sanluiseño.

San Luis es tierra de poetas, cantores y educadores que, con su trabajo silencioso y profundo, construyeron una identidad cultural propia. Entre esas figuras destaca Dora Delia Ochoa de Masramón, docente, escritora e investigadora nacida en Concarán, cuya vida estuvo dedicada a preservar y difundir el patrimonio cultural puntano.

Dora Ochoa de Masramón nació en Concarán, el 3 de febrero de 1908.  Formada en la Escuela Normal ‘Paula Domínguez de Bazán’ de San Luis, Dora ejerció como maestra rural durante más de dos décadas, llevando la educación a lugares apartados del interior provincial. Esa cercanía con la gente sencilla del campo le permitió escuchar, aprender y recopilar de primera mano las coplas, leyendas, supersticiones y costumbres populares que luego se transformarían en el núcleo de su obra. Durante 23 años dirigió la Escuela Nacional Nº256 en La Gramilla; y más tarde la Nº217 en Pozo Cavado.

Casada con Justo Masramón en 1934, tuvo dos hijos, Enrique y Roberto. Su legado trasciende como investigadora apasionada de la ornitología, antropología y folklore de la región. Tras jubilarse en 1958, Dora Ochoa volcó toda su pasión en la investigación y la escritura. Entre sus libros más recordados se encuentran ‘Folklore del Valle de Concarán’ (1966), ‘La víbora mamona’ (1965), ‘Cantares históricos de la tradición puntana’ (1970) y ‘Animalitos del Señor’ (1982).

Su mirada también abarcó la naturaleza puntana: ‘Cien aves de San Luis’ se transformó en un clásico que unió ciencia, tradición oral y literatura, mostrando la riqueza de la fauna provincial con un lenguaje accesible y poético.

Falleció el 11 de julio de 1991, siendo reconocida como ‘Tesoro Viviente de la Cultura Sanluiseña’.

Legado cultural y reconocimiento

La trascendencia de Dora Ochoa de Masramón radica en haber sido puente entre la tradición oral y la cultura escrita, rescatando para siempre expresiones que corrían el riesgo de perderse en el olvido. Su obra no solo tiene valor literario, sino también histórico, antropológico y educativo.

En reconocimiento a su aporte, el Museo Provincial de San Luis lleva su nombre y conserva parte de sus manuscritos, objetos personales y calcos de arte rupestre, testimonio de su incansable labor. Asimismo, su figura ha inspirado murales, homenajes y hasta un reciente documental que reivindica su vida y obra.

Una figura esencial para San Luis

La importancia de Dora Ochoa de Masramón trasciende lo académico: su legado es, ante todo, un acto de amor hacia la cultura puntana. Supo escuchar a su gente, valorar su sabiduría y transformarla en patrimonio escrito para las futuras generaciones.

Hoy, su obra sigue siendo referencia obligada para investigadores, docentes, artistas y todos aquellos que buscan comprender la identidad profunda de San Luis.



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