POLÍTICA HABITACIONAL
Elsa y Francisco, desde Villa Mercedes, protagonizan la segunda entrega de ‘Tengo mi Casa’
La pareja, que desembarcó en la ciudad hace más de tres décadas en busca de trabajo, por fin tiene un techo a nombre propio. Juntos vivieron las penurias de ser dejados de lado por la administración anterior, pero juntos también ahora disfrutan de un sueño que amagó con apagarse y ya es una realidad.

Con la idea de reflejar el significado de recibir una vivienda social, Agencia de Noticias apela a la voz de quienes transitan esas emociones en San Luis, tanto de aquellos que empiezan a mudar sus pertenencias a las casas de los planes habitacionales ‘Progreso’ y ‘Sueños’, como de quienes están inscriptos en el nuevo plan que lanzó el gobernador Claudio Poggi en los últimos meses, ‘Tenemos Futuro’.
Cada domingo, el ciclo ‘Tengo mi Casa’ traerá una nueva historia, entrelazada entre sí con las demás pero siempre con los detalles que la vuelven propia, que será relatada por los mismos protagonistas. Desde el momento de la inscripción, las frustraciones por un Estado que los dejó de lado, el renacimiento de la esperanza a partir del deber de cumplir con la palabra empeñada, hasta desembocar en la recepción de la llave y las primeras semanas de convivencia en lo que para muchos es el comienzo del resto de sus vidas.
La segunda entrega de ‘Tengo mi Casa’ narra el proceso de Elsa y Francisco, una pareja de La Toma que se mudó a Villa Mercedes hace más de 35 años en busca de nuevas oportunidades laborales. En 2011, durante el primer mandato de Poggi, se inscribieron a los planes habitacionales pensando en sentar cabeza definitivamente en la ciudad, ya con la casa propia.
El destino les tenía preparado una batalla extra, con un contexto político adverso que les truncó ese anhelo durante más de una década e incluso provocó una desesperanza total en el matrimonio. “Perdimos la ilusión, ya pensábamos que no iba a llegar nunca. Nos estábamos acostumbrando a vivir con nuestros hijos”, relatan.
Sin embargo, la convocatoria al Ave Fénix en julio de 2024 volvió a encender una chispa. Los meses siguientes fueron cuestión de controlar la ansiedad, a sabiendas de que, esta vez, nada ni nadie podía entrometerse entre ellos y su casa. Ahora disfrutan del descanso de lunes a viernes, preparando cada fin de semana la visita de los nietos. “Esto fue como volver a empezar”, aseguran Elsa y Francisco, con la certeza de estar arrancando uno de los capítulos más lindos de sus vidas.