QUINES

“Todos mis años luché para tener donde vivir, y tengo 80”


El rostro de Nélida Ledesma brilló de alegría este viernes tras recibir la llave de algo que siempre soñó: la casa propia. Su realidad es distinta a la de hace 15 años, cuando se anotó para acceder a una vivienda que luego le negaron. Hoy asegura que su nuevo hogar es una inyección de vida.

Nélida junto a sus familiares a minutos de haber entrado a su casa propia.

Detrás de cada familia, de cada persona, hay un sueño; y detrás de cada sueño hay una historia, como la de Nélida Ledesma, que a sus 80 rebosa de alegría al concretarse lo que tanto añoró: un hogar propio. Este viernes, de manos del gobernador Claudio Poggi, recibió la llave de su casa, en Quines. Su realidad es muy distinta a la de hace 15 años, cuando se anotó para recibir una vivienda que le fue negada. A pesar de ello, “ver esto me dan ganas de decir: tengo muchos años para vivir. Es lo que siento. Una inyección de vida”, dice.

Nélida cuenta que fueron “muchos años en esta espera, y no bajé los brazos nunca para poder llegar a esto. Con frío, viento, iba allá arriba a Terrazas (del Portezuelo). Hablaba con uno, me contestaban mal, decían que yo ya tenía todo perdido, que no se devolvía dinero, que no se devolvía nada. Dije, no, yo tengo fe que voy a salir adelante, voy a seguir insistiendo”.

En los años que pasaron, Nélida enviudó y el último de sus hijos abandonó el nido. Hasta este viernes estaba viviendo en una casa ajena. “Estaba viviendo acá en Quines, en casa prestada. Así que espero esta noche, aunque sea una cama, traer ya para empezar a habitar mi hermosa casa… Me dan deseos ya de estar acá, y también es una casa a la que yo entro por primera vez”, contó ansiosa, y agregó: “Así tenga una silla y me tenga que sentar en el piso, pero estar tranquila, que es la felicidad más grande. Qué sé yo qué decir ya, porque esto es hermoso, es hermoso”.

En la primera gestión de Claudio Poggi, cuando se anotó en los luego postergados planes ‘Progreso’ y ‘Sueños’ cuenta que vivía “con mi esposo y mis hijos, pero ya todos se hicieron grandes, cada uno hace su vida. Y me tocó el destino de quedarme sola”.

Pero ese dejo de nostalgia esta totalmente opacado por otro sentimiento: “Acá estoy. Acá estoy con ganas de vivir, disfrutar esto”. “Darle vida a esto, que soy yo la que le tengo que dar vida, y sentirme bien yo para disfrutar hasta cuando Dios diga, ‘vamos Nelly’”.



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