ÁREA NATURAL PROTEGIDA
La Reserva de La Florida suma un nuevo recinto a su sendero de fauna
Los guardaparques del establecimiento comunicaron que dos ejemplares de Águila mora, que no pueden regresar a silvestría, serán parte del recorrido educativo brindado por la Reserva Florofaunística.

Con recursos propios y un esfuerzo personal destacable, los guardaparques de la Reserva Florofaunística de La Florida mostraron con orgullo el recinto de las águilas mora, ubicado en el sendero de Fauna, segunda estación del recorrido, en proximidades a los cóndores andinos Kytek y Taynemta.
Un grupo de 20 turistas tuvieron un acercamiento privilegiado al poder contemplar el tamaño de las aves rapaces, que pertenecen a nuestra fauna nativa y que, por lesiones en las alas, se ven impedidas de su regreso a su hábitat natural.
“Estas lesiones para un animal cazador en la naturaleza, son definitivas. Sin poder acechar y volar ágilmente, no es rival para sus presas. Por ello, permanecen en la reserva, donde enseñamos a la ciudadanía a cuidarlas, respetarlas y dejarlas vivir en libertad”, explicó el guardaparque Mateo Speranza.

“A nosotros nos llena de emoción. Estamos orgullosos de haber aportado un granito de arena y que las águilas tengan su hogar. Venimos trabajando desde hace años, sacando algunas piedras de gran tamaño de la loma y trayendo la carcaza de un barco que había encallado en el dique”, destacó Francisco Olmos, también guardaparque.
El traslado del recinto del Centro de Conservación de Vida Silvestre (CCVS) a su nuevo hogar fue dirigido por la veterinaria Andrea Gangone. “Estos dos ejemplares de águilas mora ingresaron por heridas causadas por el ser humano, las dos lastimadas en las alas con un daño irreversible, por lo cual se suman al sendero de Fauna, donde podrán conocerlas y escuchar su historia”, afirmó.
“El águila mora es un ave autóctona de la provincia de San Luis, de amplia distribución y cumple un rol fundamental como controladora de plagas en el ambiente, y es nuestra responsabilidad cuidarla”, concluyó Gangone.
En la alegría de las buenas noticias, también se sumaron dos voluntarias para robustecer las tareas que son realizadas por cuidadores, brigadistas y guardaparques, Gianella Vandevalle y Alondra Godoy, quienes pudieron contemplar el sencillo pero emotivo momento de la llegada al nuevo refugio para las águilas porque todos merecemos un hogar.






