TURISMO Y CULTURA

Puntada a puntada, dos artistas bordaron sus mapas emocionales


Hasta el 5 de agosto, permanece abierta la cautivante exposición ‘Abrigo en la intemperie’, de Myriam Aguirres y Zadig García Zalazar en el Muhsal.

‘Somos’ de Myriam Aguirres.

La muestra reúne 15 mantas y matras realizadas con diversas técnicas en materiales reciclados, una iniciativa que comenzó hace más de un año, y mediante la cual recolectaron casi 11 kilos de ropas usadas y desechos textiles de talleres o fábricas.

Zadig y Myriam eligieron con delicadeza cada detalle para mostrar. “Cuando el dibujo se convierte en un fragmento certero de la obra imaginada, buscamos los textiles capaces de representar y resguardar la idea. Como realizar mantas, matras y mantillos era nuestro proyecto, buscamos textiles que fueran cálidos al tacto, recurriendo a retazos y prendas descartadas para que cumpliera la función de abrigo”, expresaron.

Asimismo, las artistas indicaron que la obra más desafiante para ambas fue la realización de los mantillos para la instalación ‘A solas con la tierra’, seis metros de piel de nuestro planeta, bordando un cubrimiento total de la superficie. Fueron dos meses de trabajo intenso, con varias horas diarias de labor. La más emotiva para Myriam fue ‘Somos’ y para Zadig lo fue ‘Escondida entre el follaje’, dos obras que evocan cómo la tragedia se convirtió en un altar de amor.

Tejidos compartidos

Las artistas también compartieron algunos detalles de sus rutinas creativas. “Desde hace mucho sabemos que las formas más nutritivas de encontrar momentos creativos se dan con la dedicación y el trabajo constante. Somos madres de familias numerosas, trabajamos por el sustento, aún hoy, e igualmente, siempre hay un momento o muchas horas para el ritual de la labor que nos conecta en nuestro ser artista”, indicaron.

Cuando se les consulta cómo manejan la intimidad de sus propias vivencias al momento de hacerlas públicas a través del arte, Myriam y Zadig eligen la apertura de par en par. 

‘Correspondencia’ de Zadig García Zalazar.

“En el momento de la incubación, cuando se ordenan las partes en el todo, es bien íntimo, pero luego compartimos sin tapujos y en confianza los relatos pormenorizados. Hemos pasado momentos muy emotivos escuchándonos activamente y allí también incluimos a nuestra curadora que nos hizo sabios aportes. Después, eso queda guardado atrapado en el hilván de cada trabajo, aportando energía creadora, porque se trata de nuestra historia, relato de identidad”, reflexionaron.

La emotiva muestra fue inaugurada el viernes 18 y se puede recorrer de manera gratuita hasta el 5 de agosto, de 08:00 a 20:00, en el Museo Histórico de San Luis (Muhsal). 

Cuidado del ecosistema

“Estamos convencidas de que cada prenda tiene una historia, un impacto y también una responsabilidad. La mayoría de las prendas son de poliéster o materiales plásticos y generan una contaminación excesiva en el medio ambiente. Se produce mucha ropa que solo dura una estación y es desechada rápidamente, y luego otra tanda más. Las prácticas de reutilización y reciclaje de los textiles son necesarias y muy presentes en nuestra obra desde hace mucho tiempo. La muestra es nuestro humilde llamado a repensar nuestra forma de consumir ropa. Un pequeñísimo aporte para crear conciencia dando vida a la ropa que no usamos, desde nuestra propuesta de resignificación”, expresaron.

Mientras avanzaba el proyecto, las artistas invitaron a sus seres queridos a participar, aportando materiales reciclados y sumándose con sus propias puntadas, en una trama colectiva que aún late.

“Pensamos también en la elección de las telas, apostamos por fibras naturales y duraderas, la utilización de tintes naturales para la obtención de los colores deseados. Aunque sabemos que hay que hacerlo con otros productos también, valoramos que podamos reflexionar sobre este en particular. La instalación de nuestra muestra habla de lo que pisamos arriba, en la corteza, pero por sobre todo queremos cuidar la tierra de lo que está debajo del mantillo”, detallaron.

La potencia del arte textil

Bajo la curaduría de la profesora Laura Comatelli, la exposición despliega hebras que entrelazan la intensidad plástica de Zadig y la elegancia heredada de Myriam, cuarta generación de una familia dedicada al arte de la costura.

“Con respecto a la relación costura-arte, hemos podido enriquecer los aspectos que hacen al proceso, mutuamente. Hilvanando relatos que luego fijamos con puntos firmes y dibujados, pero el deseo de narración va tocando lo sensible y, mediante la textura, el color y la forma; se puede definir. Cosimos, bordamos y tejimos dando sentido y construyendo amorosamente un camino que queremos seguir transitando como lenguaje de nuestra obra”, aseguraron.

Por último, cuando se les pregunta si tuvieran que nombrar una palabra que resuma esta experiencia creativa, cuál sería y porqué, las autoras reflexionaron: “Sin lugar a dudas es abrigo porque resume otras palabras que la sustentan y la sostienen. No es cualquier abrigo, es aquel que se sintió con persistente ternura y conexión y eso dice de una protección consciente y proactiva porque fue en un momento en que se sintió el frío de la intemperie”.



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