FAUNA NATIVA
Una zorra gris ingresó desde Villa de Merlo y se recupera en La Florida
El equipo de radiografía que tiene la clínica veterinaria del Centro de Conservación de Vida Silvestre (CCVS) permitió detectar balines de vieja data en el cuerpo del animal. El ejemplar sufrió aparentemente un atropellamiento vehicular y tiene pronóstico reservado.

La Policía Ambiental y Ecológica arribó a la Reserva Floro Faunística de La Florida, con una zorra gris, muy malherida, con signos de haber sido atropellada. Una vez comenzado los diagnósticos y evaluaciones, el equipo veterinario detectó heridas de vieja data en el ejemplar.
“No pudo determinarse si efectivamente lo atropellaron o lo dedujeron a partir de la parálisis de su tren posterior. Por ello le realizamos radiografías y nos encontramos con balines de vieja data debajo de su piel, encapsulados. Incluso pudimos palpar algunos”, subrayó la veterinaria del Centro de Conservación de Vida Silvestre (CCVS), Andrea Gangone.
“En su piel no había heridas nuevas. Además del lomo, tiene un balín en su mandíbula y otro en la entrada del torax. La medicamos para el dolor y la inflamación. Ni su columna ni sus caderas se ven fracturadas, pero el animal estaba muy decaído y se está recuperando con suero”, remarcó Gangone.
El zorro gris (Lycalopex gymnocercus) es un residente habitual de los ecosistemas sanluiseños y cada día se repiten los casos de atropellamientos, aparición en zonas suburbanas y casos de mascotismo con esta especie. Por ello es importante recordar que la relación entre zorros y humanos puede generar problemas cuando los animales se acostumbran a recibir alimento de las personas, lo que puede llevar a comportamientos agresivos o cambios en sus patrones de comportamiento natural, como acercarse a zonas pobladas y causar daños o ser atropellados. Además, aunque los ataques directos a humanos son raros, los zorros pueden transmitir enfermedades zoonóticas.
Los zorros que reciben alimento de personas pueden asociar a los humanos con la obtención de comida, lo que puede llevar a que se vuelvan más confiados y demandantes, incluso mostrando agresividad si no reciben alimento. La dependencia de la comida humana puede alterar los patrones de alimentación y movimiento de los zorros, llevándolos a zonas urbanas o suburbanas en busca de alimento, donde pueden ser atropellados, entrar en conflicto con mascotas o causar daños a propiedades.
Por otra parte, esta especie puede transmitir enfermedades zoonóticas como toxocara canis, echinococcus multilocularis y trichinella spiralis, lo que representa un riesgo para la salud humana si no se toman precauciones al manipular sus heces o restos. Los zorros pueden entrar en conflicto con perros domésticos, especialmente si se sienten amenazados o si compiten por el mismo alimento. En zonas urbanas, los zorros pueden buscar refugio en garajes, cobertizos o debajo de terrazas, y ocasionalmente pueden causar daños menores o dejar excrementos.
La coexistencia pacífica entre humanos y zorros es posible si se toman medidas para evitar la habituación de los animales a la presencia humana y se respetan sus espacios naturales.