EDIRO DIVERSIÓN
“Se generó un espacio donde los papás pudieron compartir experiencias y acompañar a sus hijos”
La EDIRO sumó una propuesta especial enfocada en la neurodiversidad junto con Secretaría de Personas con Discapacidad, con charlas destinadas a brindar herramientas a las familias y juegos para niños.

La Estación de Interconexión Regional de Ómnibus (EDIRO) realizó una charla sobre la neurodivergencia, en la que se brindaron herramientas a las familias junto a la secretaría de Personas con Discapacidad. La jornada se completó con las actividades recreativas habituales: zona de juegos inflables y una función de cine para seguir disfrutando las vacaciones.
Desde su experiencia profesional, Florencia Cañamero, licenciada en Psicomotricidad, destacó el valor de generar estos espacios para acompañar a las familias: “Esta fue la segunda charla que dimos los martes inclusivos en la EDIRO. La anterior fue más práctica, jugando con los chicos y mediando con los padres, y esta vez estuvo más centrada en ellos. La charla sirvió para brindar herramientas desde el juego y pensar las particularidades de cada niño, más allá de los diagnósticos. Se generó un espacio donde los papás pudieron soltarse, compartir experiencias y reflexionar sobre cómo acompañar mejor a sus hijos. La idea es volver al cuerpo, al juego como forma de conexión y desarrollo. Menos pantallas, más juego y presencia”.
El trabajo por una EDIRO más inclusiva también tiene su base en un proyecto institucional con visión integradora. Juan Pablo Miguel, coordinador del proyecto: EDIRO Conectando con la neurodiversida, explicó cómo nació y hacia dónde apunta esta iniciativa: “Uno de los objetivos principales del proyecto fue derribar las barreras actitudinales del entorno para que las personas neurodivergentes puedan participar, moverse con libertad y sentirse a gusto como cualquier otra persona que transita por la estación”, explicó Juan Pablo.
Entre los avances más importantes, detalló: “Implementamos agendas visuales que permiten anticipar situaciones y ayudar a regular emociones o necesidades —como frío, hambre o ganas de ir al baño—, lo que facilita mucho la comprensión del entorno. También trabajamos en la señalética accesible del edificio, con información sobre la neurodiversidad, especialmente dentro del espectro autista, para concientizar a la comunidad. Y capacitamos a todo el personal. Hoy podemos decir que toda la institución está atravesada por la cultura de la neurodiversidad. Cualquier persona que llegue a la EDIRO se va a encontrar con un equipo que sabe mínimamente de qué se trata, cómo comunicarse y cómo acompañar”.
La charla también generó un fuerte impacto entre los asistentes, incluso en quienes llegaron por casualidad y se vieron interpelados por la propuesta. Cristina Sosa, tía de dos niños neurodivergentes, compartió su experiencia: “Yo venía a una actividad de juego con los chicos y me encontré con esta charla sobre autismo. No creo que haya sido casualidad”, expresó.
También Sosa contó que llegó acompañada por cinco chicos, entre ellos dos con diagnóstico (uno con autismo y otro con TDAH), y que se animó a preguntar lo que le había quedado resonando de una conversación con su hija de siete años: “Hace un tiempo me preguntó si sus primos eran especiales, y me di cuenta de que no tenía herramientas para responderle. Hoy me voy muy contenta y llena, con muchas herramientas para poder acompañarla a ella, y a ellos”.
También destacó la importancia de replicar estos espacios: “Si no tenés un hijo con autismo o con TDAH, o no tenés algún caso cercano, no sabés de qué se trata. Estas charlas ayudan a que todos podamos ser mejores personas, con más conocimiento y empatía”.
Las actividades siguen en la EDIRO hasta el 19 de julio, de lunes a sábado, de 15:00 a 18:00, con entrada libre y gratuita. Cada tarde es una nueva oportunidad para aprender, compartir y disfrutar en familia.