BOSQUES NATIVOS
Técnicos ambientales relevaron dos establecimientos ganaderos
La actividad se desarrolló en los establecimientos ‘La Pía’, en el departamento Dupuy, y ‘Santa Isabel’, en Pueyrredón, a 95 kilómetros de la ciudad de San Luis. Se constató el estado del bosque, se confirmó la presencia de diversas especies arbóreas autóctonas y ausencia de exóticas.

Técnicos ambientales relevaron dos establecimientos ganaderos. La acción se aplica en el marco de la Ley de Bosques 26.331, que establece los presupuestos mínimos de protección ambiental para el enriquecimiento, la restauración, conservación, aprovechamiento y manejo sostenible de los bosques nativos. El principal objetivo es proteger los ecosistemas, considerando tanto el valor ambiental como los intereses de las comunidades indígenas y locales.
En esta oportunidad se realizaron dos inspecciones. Por un lado en el establecimiento ‘La Pía’, ubicado en el extremo sur del departamento Gobernador Dupuy. Y por otro, en el establecimiento ganadero ‘Santa Isabel’, ubicado en el paraje Varela, departamento Pueyrredón, a 95 kilómetros de la ciudad de San Luis.
La recorrida estuvo a cargo del equipo multidisciplinario de la secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, integrado por Florencia Landriel, Yanina Veppo, Noelia Pérez, Maximiliano, Daniel Truglio, Gastón López y Nicolás García Del Castello. Los recorridos abarcaron la observación directa, donde se inspeccionó sistemáticamente las áreas identificadas como bosque nativo dentro del predio y puntos de importancia a relevar.
Los datos obtenidos tendrán múltiples beneficios, entre ellos información clave para ajustar las categorías de Ordenamiento Territorial de Bosque Nativo: Categoría I (rojo), Categoría II (amarillo) y Categoría III (verde), cada una de ellas define el nivel de conservación y las actividades permitidas en cada zona boscosa.
Durante cada trayecto se constató el estado del bosque, se confirmó la presencia de diversas especies arbóreas autóctonas y ausencia de exóticas dentro del establecimiento. Otras acciones se focalizaron en observar el estado sanitario de las masas boscosas, la ausencia o presencia de signos de desmonte o intervención no autorizada, además de evaluar otros componentes bióticos como fauna y flora anexa, fisonomía del terreno y áreas frágiles o en riesgo de degradación.
“Todo el proceso fue registrado fotográficamente, y georreferenciado para poder darle robustez al trabajo de campo, además a través de la conversación con el encargado, nos permitió enriquecer la visita con información sobre las prácticas de manejo del predio y las dinámicas de trabajo dentro de él”, indicó Nicolás García Del Castello.
Las inspecciones se realizan al menos una vez por año, bajo la modalidad de certificación de obra, para corroborar estado del bosque y controlar las actividades realizadas en el predio. Esta actividad es crucial, ya que permite certificar las tareas realizadas por los beneficiarios de los programas de manejo y verificar que efectivamente se conserven las masas boscosas de los establecimientos.






